EL PINGANILLO
En el día de ayer fuimos testigos de uno de los espectáculos más tristes y esperpénticos que nos ha ofrecido hasta ahora el parlamento nacional. En cumplimiento de lo exigido por el prófugo Puigdemont, el gobierno puso en práctica sin haber debatido la cuestión en el pleno, la utilización de tres nuevas lenguas, el catalán, el vascuence y el gallego. El costo anual del disparate, incluido material e intérpretes rondará el medio millón de euros que pagaremos usted y yo.
La cuestión no deja de tener miga por varias razones siendo la primera que las regiones separatistas son conscientes de que incluir tres lenguas nuevas no es por razones prácticas sino por sembrar la clara impresión de la desunión del país tanto de puertas adentro como hacia el exterior.