Opinión

LA DISCIPLINA DE VOTO

Es frecuente que en los medios de comunicación aparezca algún político con mando en plaza disertando con ocasión de alguna votación en el Congreso o el Senado, sobre la disciplina de voto. Hablan de ella como si fuera el oráculo de Delfos, en el sentido de que no es ni discutible ni cuestionable. No se dan cuenta que esa postura es de lo más antidemocrático que puede darse en un sistema que se basa  precisamente en la libertad de voto. 

Debo ser corto de miras, por no decir algo peor, pues no alcanzo a comprender como es posible que el ciudadano pueda defender su postura de manera individual, es más, cambiarla en función de su personal criterio, y sus señorías solo dispongan de la libertad de equivocarse, cuando lo hacen.

La calle

En 1976, el entonces Ministro de Gobernación Fraga Iribarne afirmó ingenuamente que la calle era suya. El siguiente medio siglo demostró día a día que no tenía razón ya que la calle pasó a ser dominio de la izquierda tanto cuando ostentaba el poder como, especialmente, cuando no lo hacía. Baste recordar a modo de ejemplo la violencia desatada ante la sede del PP en 2004 que cambió el signo del voto y el resultado electoral, como la famosa “alerta antifascista” proclamada por el entonces líder de Podemos.

En realidad la calle debe ser de todos siempre que se utilice civilizadamente. En la calle se puede andar, correr, descansar; se puede  expresar la aprobación o descontento de la marcha del pais; podemos manifestarnos o movilizarnos pacíficamente y siempre dentro de las normas legales, sin interrumpir el tráfico ni alterar el orden público.

Contra la amnistía sin violencia

La amnistía negociada entre Pedro Sánchez y los independentistas es una aberración intolerable. Es lógico y necesario que la sociedad se manifieste y se posicione: es un asunto muy grave, para el presente y para el futuro.

Seguirá habiendo muchas concentraciones o manifestaciones, y son necesarias. Sin embargo, no han de ser violentas. Treinta y nueve heridos, de los que veintinueve son policías. Resulta casi paradójico que los policías pidan la dimisión del delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid por las órdenes desproporcionadas, y a la vez sean los más perjudicados por la violencia de ciertos grupos ultras.

Estos días abundan informaciones confusas y hasta contradictorias. Como siempre, es útil preguntarse a quién beneficia que haya violencia en estas manifestaciones: beneficia a Pedro Sánchez, para intentar comparar y compensar la violencia independentista, y acusar al PP y Vox de alentarla ahora.

Amnistía vergonzosa

Pablo Motos, en ‘El Hormiguero’, lo dijo muy claro. Afirmó que, por primera vez, sentía vergüenza de ser español a causa de la amnistía pactada por Pedro Sánchez y los independentistas, para que logre la investidura el actual presidente en funciones. Motos subrayó su ya larga trayectoria periodística, como punto de referencia para calibrar este sentido máximo de vergüenza nacional, o de la gran mayoría de los españoles, porque está claro que, si está avanzando, es porque varios partidos la desean o la toleran.

Cuidados paliativos

Todos los Santos y día de los Difuntos, 1 y 2 de noviembre: tenemos el recuerdo de la muerte, del más allá y de nuestros seres queridos, por quienes rezamos o avivamos su memoria. Sin tremendismos, la muerte es una realidad que hay que afrontar y ayudar a afrontar, y en esa tarea tienen un papel fundamental los cuidados paliativos. El 11 de noviembre, sábado, en el Ateneo de Valencia se celebra un Homenaje a los Cuidados Paliativos, organizado por la Sociedad Valenciana de Bioética y la Sociedad Valenciana de Cuidados Paliativos, con el patrocinio y colaboración de muchas instituciones. Expertos autonómicos y estatales -médicos, profesores, enfermeros- que ha logrado reunir el coordinador de esta jornada, el profesor de Bioética Emilio García-Sánchez, con una visión esperanzada y urgente para movilizar a la sociedad.

EUROPA A LA DERECHA

El domingo 15 de octubre se celebraron en Polonia elecciones generales. La noticia fue importante ya que aquel país es el más extenso de la región y concentra una población que es semejante a la del resto de los países del área -Chequia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria- considerados conjuntamente. Cuenta con una economía pujante y posee uno de los ejércitos más potentes del mundo.

En Polonia competía un partido de centro derecha -la Plataforma Cívica (PO) de Tusk, miembro del Partido Popular europeo- con otro de derecha que se encuentra gobernando el país desde hace 12 años -el PiS, Ley y Justicia, integrado en el grupo de los Conservadores y Reformistas europeos-; es decir, se enfrentaron en Polonia un partido de derecha contra otro todavía más de derecha. Es como si en España hubiera competido el PP con Vox.

Claves del pacto PSOE-Sumar

Cuando todos dábamos por hecho el pacto entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, PSOE y Sumar, a primera hora de este martes “saltaba” la noticia de que habían llegado a un acuerdo de Gobierno. Vaya noticia, a primera hora, para empezar a marcar la agenda informativa.

Es pretencioso hablar de “claves” a bote pronto, recién firmado el pacto, pero también tiene la ventaja de analizar lo más relevante, porque desde luego tiempo tenemos tiempo para irlo desmenuzando.

En primer lugar, y pienso que puede lograr su propósito, Pedro Sánchez ha visto oportuno adelantar el pacto de Gobierno con Sumar para que no se hable tanto de la amnistía. Así de sencillo. Y Yolanda, ha aceptado gustosa, porque sale ella en la foto una vez más: Pedro y Yolanda, Yolanda y Pedro, alma mater del nuevo Gobierno.

España y Oriente Medio

Oriente Medio se encuentra una vez más en conflicto. Esta vez uno de los más crueles desde que Israel nació en 1948; setenta y cinco años durante los cuales la región estuvo casi constantemente en estado de guerra.

El mundo árabe difícilmente asumió la implantación de un pueblo -el hebreo- de cultura diferente, en el seno de lo que consideraba su propio territorio desde que dos milenios antes se produjera la diáspora judía.

No es el momento para reflexionar sobre si la decisión occidental de asentar al sufrido pueblo judío, recién diezmado durante la Segunda Guerra Mundial, fue o no la correcta.

Israel debe medir su respuesta

Con el aliento contenido desde el sábado 7 de octubre, día en que milicianos de Hamás asesinaron a 1.300 israelíes, seguimos día a día los acontecimientos, en una tierra que se denomina Tierra Santa, que debería ser de paz, y penosamente es de violencia, odio y guerra.

Oriente Próximo mantiene en vilo al mundo. El bombardeo del martes a un hospital de Gaza, con cientos de muertos –Hamás acusa a Israel, Israel a Hamás– ha vuelto a subir las amenazas de Hizbulá y de Irán.

Es una guerra compleja. No me parecen acertados ciertos titulares en medios de comunicación, como “guerra de Israel contra Gaza”, ni siquiera “guerra de Israel contra Hamás”, porque transmiten solo una parte de la realidad, o incluso la deforman, por prejuicios o ligereza. Israel tiene derecho a defenderse, no es una guerra que haya iniciado.

Quejicas

Dos hechos recientes pueden ilustrar lo que pretendo expresar. Uno de ellos es el de un taxista en Valencia, venezolano, ingeniero, que trabaja 16 horas al día, para sacar adelante la familia: quien me lo contaba me expresó su inicial incredulidad, pero a la vez que pudo conocerlo y es real. Y lo más llamativo: que no se queja.

El otro hecho es el de una española, que ha escrito en redes sociales que, con tres carreras y tres másters, no tiene trabajo. No voy a defender que los estudios universitarios españoles sean ideales, coordinados con el mundo laboral, pero pensé que, si ha podido estudiar tres carreras, es porque alguien la ha mantenido, aunque no hay que descartar que ella se ha haya sufragado los gastos o una parte de ellos con trabajos variados. Tal vez hay más inmadurez en los padres que en los hijos.

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