
El movimiento feminista, del mismo modo que ocurrió el año pasado, vuelve a mostrar su poder el 8 de marzo. Millares de mujeres de todo el país, salieron a la calle para reclamar “la verdadera igualdad” entre ambos sexos. Aunque estas manifestaciones estaban convocadas en todo el mundo, es en España, con gran diferencia, donde más participación han tenido.
Pero ¿por qué en un país de los más igualitarios de Europa y por ende, del planeta, se consigue este seguimiento tan espectacular? ¿Cuál es esa “verdadera igualdad” que quieren alcanzar las mujeres de este país y que tanta indignación causa, cuando no hay ni una sola ley discriminadora para la mujer y sí alguna de discriminación positiva? ¿Por qué ese sentimiento de desigualdad? ¿Quién la ha generado? ¿De verdad hay en España tanto maltratador, tanto violador, tantas imposiciones machistas o estamos asistiendo a una gran victoria de la manipulación informativa de ciertos medios especialistas en crear ambientes de indignación y victimismo? ¿Tan poco criterio propio hay en España, donde tanta gente se deja arrastrar a la huelga por un manifiesto lleno de falsedades, extremismo marxista y odio al hombre o es que salimos a la calle sin ni siquiera haber leído lo que se reivindica?
“Mis felicitaciones” a la Sexta y a la Cuatro, entre otros medios, por haber conseguido idiotizar tanto a gran parte de nuestra sociedad. Son maestros en la utilización de un vocabulario prefabricado: “Brecha salarial”, “Techo de Cristal” “Heteropatriarcado” que, sin significar nada palpable, se han convertido en unas ideas-fuerza magnificadas. Estos medios de comunicación han conseguido que el feminismo sea considerado un concepto políticamente correcto y la mujer un objeto al que hay que proteger, por ejemplo, del complicado mundo del trabajo. ¿No es esto también una forma de machismo? Nadie se atreve a discrepar por miedo a ser tildado de machista; responsable de todos los males de las mujeres.
Es cierto que muchas mujeres y muchos hombres se han apuntado al carro del “feminismo” a causa de la detestable violencia de género, que debería ser cero; como cero debería ser el maltrato a viejos, a niños y también a los animales. Pero al final, todo hay que cuantificarlo y contemplarlo con cifras objetivas: nuestro país es uno de los que menos proporción de muertes por violencia de género se producen y en donde la Ley es más dura para este delito; único delito que, en pro de la protección de la mujer maltratada, no se le reconoce al acusado la presunción de inocencia.
Está claro que siempre se puede endurecer más la ley, llegando si se quiere a las torturas físicas de la Inquisición y a la pena de muerte; seguro que así disminuiríamos aún más las cifras por este repugnante delito, pero precisamente no es eso lo que reclaman nuestros “progres y progras” que están incluso en contra de la prisión permanente revisable ante la violación y asesinato de una joven.
La propaganda de los medios de comunicación ha sido tan persistente que nadie se atreve a discrepar. La unanimidad de apoyo a la huelga feminista, totalmente ilegal según el Decreto Ley 17/1977 de 4 de marzo, -porque no contiene ninguna reivindicación que se pueda negociar con empresa alguna y ser totalmente política y no laboral-, ha sido apoyada por todos los partidos políticos con representación parlamentaria, aunque alguno se ha desmarcado de su presencia en las calles, por no estar de acuerdo con el manifiesto; en algo se ha avanzado con respecto al año pasado.
La Izquierda ha capitalizado la manifestación ante la oportunidad de una acción que les justifique como fuerza que defiende los derechos sociales y así obtener una rentabilidad en votos. En cambio, la derecha pretende neutralizarlos y sin embargo, se apuntan al carro de esa lucha.
Digo yo, si se reivindica lo mismo que el año pasado y tanto PSOE como PP, partidos que han gobernado durante este año, así como también el resto de partidos de la cámara que así mismo están de acuerdo con las reivindicaciones ¿por qué no han tomado medidas y han legislado lo conveniente para que esa “igualdad real” se haya alcanzado? ¿O es posible que estemos frente a temas ya legislados; frente a falsedades, exageraciones, motivos espurios y medias verdades? ¿es humo, en general, del que haya poco que sustanciar legalmente porque ya existe legislación al respecto?
En toda huelga existen una serie de reivindicaciones concretas que se pretenden alcanzar; en cambio en el manifiesto de ayer solo encontramos victimismo y generalidades ideológicas del nuevo marxismo. Valga como resumen la siguiente frase del manifiesto que concentra todo lo que se dice en él: “Somos un movimiento internacional diverso que planta cara al orden patriarcal, racista, colonizador, capitalista y depredador con el medio ambiente”, o sea, que todos los males de este mundo son debidos al hombre y al patriarcado. Pero aparte de mucho contenido ideológico y demagógico, ¿qué tiene todo esto que ver con los derechos de la mujer?
Puestos a mezclar y a confundir, en beneficio de la izquierda totalitaria, nos quieren hacer creer que el feminismo histórico era de izquierdas apelando a la historia con la frase “Nos precede una larga genealogía de luchas feministas, las mujeres sufragistas y sindicalistas, las que combatieron al colonialismo, las que trajeron la Segunda República, las que lucharon en la Guerra Civil, y contra la Dictadura franquista, y todas las activistas que nos han traído hasta aquí”. Para empezar, ni hombres ni mujeres combatieron a la dictadura; no había huelgas, ni reivindicación alguna, ni manifestaciones que no fueran en favor de Franco y su régimen.

Por otro lado, justo España, al contrario que Inglaterra, no se caracteriza por haber logrado avances en este campo a base de manifestaciones y reivindicaciones como la del día 8M y mucho menos que se puedan atribuir a la izquierda que, incluso en la segunda república votó en contra del sufragio de la mujer por considerar que el voto de estas era más conservador que el de los hombres. El sufragio femenino en España fue aprobado por el dictador Miguel Primo de Rivera en 1924, aunque solo para elecciones municipales ya que en la dictadura no había elecciones generales ni para hombres ni para mujeres (Estatuto Municipal, del 8 de marzo de 1924, que apareció en el Decreto-Ley sobre Organización y Administración Municipal, Arts. 51.º y 84.º, en donde las mujeres eran electoras y elegibles).
La elegibilidad femenina en elecciones generales se estipuló en la Constitución de 1931 durante la Segunda República y dio como resultado tres diputadas en el Congreso; pero que como ya se ha dicho anteriormente, no fueron las izquierdas las que defendieron el sufragio universal, siendo la más ferviente defensora la liberal Clara Campoamor, saliendo adelante con los votos de las fuerzas conservadoras y de centro, siendo las mal llamadas fuerzas progresistas las que votaron en contra y en donde la socialista Margarita Nielken, se caracterizó en sus discursos por la negación al voto femenino por considerarlo muy influenciado por el clero. Y como curiosidad, señalar, que fue otro dictador, el innombrable Francisco Franco el que, a instancias de la Sección femenina de Falange, aprobó por decreto 258 de 1 de febrero de 1962, el derecho a la igualdad en la seguridad social, así como el principio de igual remuneración a igual trabajo entre hombre y mujer. La historia es como es, no como creemos que es, ni como quisiéramos que fuera.
Aunque todo el manifiesto en sí es un auténtico absurdo, voy a comentar brevemente algunas frases del contenido; unas por estar llenas de demagogia y exageración, otras por ser directamente falsas, otras por ser ejemplo del marxismo más rancio y casposo y, finalmente otras, por no tener absolutamente nada que ver con el problema de las mujeres. Os invito a leerlo completamente en http://hacialahuelgafeminista.org/manifiesto-8m-2019/.
- “si paramos nosotras, se para el mundo” generalidad absurda, ya que si se paran los hombres también.
- “Nuestras vidas siguen marcadas por las desigualdades, por las violencias machistas, por la precariedad, por procesos de exclusión derivados de nuestros empleos, la expulsión de nuestras viviendas, el racismo, …” Victimismo, que personaliza en la mujer lo que le puede suceder a cualquier persona con independencia de su sexo, amén de que no todas sufren la mal llamada violencia machista, sino que son unas pocas a las que se les da mucha publicidad en los medios pero, en cambio, ninguna si la víctima es un hombre, un viejo o incluso un niño. La violencia no es contra la mujer por el hecho de serlo, sino de seres humanos contra seres humanos, con casuísticas muy variadas.
- “Porque somos antirracistas estamos contra la ley de extranjería y los muros que se levantan en nuestro país; porque somos antimilitaristas estamos contra las guerras, que son una de las causas que obligan a las mujeres a migrar; contra los Estados autoritarios y represores que imponen leyes mordaza y criminalizan la protesta y la resistencia”. Ideología y más ideología de izquierdas, demagogia y más demagogia que no tiene nada que ver con la defensa de los derechos de la mujer.
- “… y frente a una derecha y extrema derecha que nos ha situado a mujeres y migrantes como objetivo prioritario de su ofensiva”. Esto, por si alguien tenía alguna duda de la orientación marxista de este femiestalinismo.
- “… para que se consideren las violencias machistas como una cuestión que atañe a toda la sociedad y se tengan en cuenta sus distintas causas y dimensiones. Poniendo fin a aquellas que sufrimos cotidianamente en todos los ámbitos y espacios vitales (hogar, trabajo, espacios públicos, pareja, familia, entorno laboral, sociedad e instituciones del Estado)”. La guerra global de sexos. ¡Que malos que somos todos los hombres, maltratando mujeres allá donde las haya!
- “Para que la justicia nos crea y deje de aplicar una lógica patriarcal …” Enseñando a los jueces a hacer justicia. ¿Es que los jueces aún no se han enterado de que una mujer nunca miente? Qué barbaridad es esa de que la mujer tenga que demostrar nada ante un juez; a una mujer se la cree y punto.
- “Para que la educación afectivo-sexual esté contemplada en el currículo escolar y sea integral, libre de estereotipos sexistas, racistas y LGTBIfóbicos” El adoctrinamiento de nuestros hijos es el objetivo prioritario de la ideología feminista y de género. Que los niños mamen desde bien pequeños su modo particular de ver el mundo; es el triunfo de la nueva izquierda a través de la enseñanza.
- “Para que el aborto esté fuera del Código Penal …” Es decir, aborto libre y en cualquier etapa de la gestación. No creo que esto sea una reivindicación común de todas las mujeres. En muchas queda algo de instinto maternal; instinto común a todas las especies animales y que la ideología feminista está eliminando del ser humano. En el aborto la mujer decide sobre la vida de otro ser distinto a ella; el aborto debe de estar reglado; el niño también merece una protección y así lo entienden, gracias a Dios, muchas mujeres.
Y así sigue todo el manifiesto, con proclamas en favor de la inmigración, del colectivo LGTBI y generalidades de la izquierda radical, que nada tienen que ver con lo que piensan todas las mujeres.
Los medios están totalmente volcados en el adoctrinamiento ideológico del feminismo y nos lo quieren vender como la lucha por una igualdad que hace tiempo que existe. Nos muestran la cara amable de las manifestaciones; a la vez que nos ocultan las pancartas macho fóbicas y obscenas de un hembrismo rancio. En cumplimiento de las consignas recibidas por algún poder global, los medios justifican la desigualdad hablando de unas estadísticas manipuladas sobre “brecha salarial” y de un concepto tan relativo y subjetivo como son “los techos de cristal”.
En lo relativo a “la brecha salarial”, ya hemos visto que la ley, desde tiempos de Franco, ya obligaba a las empresas a pagar un salario igual por el mismo trabajo. Si lo marca la ley, tan solo hay que denunciarlo ante la Inspección de Trabajo o a los sindicatos. Y en realidad, nadie, ni siquiera “La Sexta”, ha denunciado nunca a ninguna empresa que incumpla esa ley. Las empresas buscan la rentabilidad y si fuera posible contratar a las mujeres por hacer lo mismo a menos precio, las empresas contratarían solo mujeres, por lo que técnicamente se convertiría en una discriminación para el hombre. ¿Entonces dónde está la famosa brecha? Para hallarla hay que introducir otros parámetros, como la temporalidad de los contratos, el ausentismo, la menor preparación, menores tiempos cotizados … que no tienen nada que ver con el sexo, pero que, de momento, sí es cierto que afectan más a las mujeres que a los hombres aunque lleva camino de autocorregirse sin mediación alguna ya que las mujeres jóvenes están tan preparadas o más que los hombres.
En cualquier caso, esa brecha, según EUROSTAT, que lo mide para toda Europa, nos sitúa con un 14% claramente por debajo de la media, siendo el país europeo que más la ha reducido en los últimos años. Por otro lado, las mujeres tienen, en promedio, gustos y preferencias distintas, que conducirían a elegir profesiones y puestos diferentes a los hombres. Tan sólo con que las mujeres tengan mayor inclinación hacia la vida familiar, prefieran puestos o profesiones con más fácil conciliación o, simplemente, muestren una menor propensión a empleos más peligrosos…, explicaría esta diferencia salarial sin necesidad de recurrir a la discriminación.
Los techos de cristal son, posiblemente, el invento de ingeniería social más rentable del feminismo: “no es visible, pero viene impuesto por el heteropatriarcado”. Con el techo de cristal las mujeres ya no son responsables de sus propias decisiones, el culpable es otro. Los techos de cristal, vienen definidos como barreras invisibles que impiden a la mujer progresar en su carrera profesional. Son invisibles porque no existen leyes o dispositivos sociales que las fuercen y que tienen más que ver con las circunstancias particulares de cada persona, sea hombre o mujer. Son techos que nos imponemos voluntariamente y que forman parte de lo personal, si bien es verdad que la mujer por ser madre los tiene más acusados, por lo que no estaría de más dar algunos beneficios fiscales a la natalidad, pero me temo que la progresía está más por la destrucción de la familia tradicional que por resolver este problema del que tanto partido saca.
En resumen, “la verdadera igualdad” es la igualdad legal y existe; en España ya es una realidad. El feminismo es tan nefasto como el machismo e incluso va más allá porque el machismo es una actitud detestable que se puede menguar con educación, en cambio el feminismo es una ideología que se está imponiendo dentro de lo políticamente correcto, por lo que es una de las batallas que nadie está dispuesto a dar. El feminismo en España nos ha llevado al enfrentamiento de sexos, a ser el país con más divorcios y menos nacimientos de Europa, amén de multiplicar la practica abortiva. El feminismo, ha inculcado a las mujeres, que solo tienen valor social si hacen lo mismo que los hombres y como los hombres. Pero la realidad es que por todo hay que pagar un precio y por tener hijos también; por suerte o por desgracia solo la mujer puede tenerlos y justo esto, es lo más importante para una sociedad. Si no se tienen hijos la sociedad enferma y muere; objetivo último de quien diseño el neofeminismo o femiestalinismo.
Por último, lanzo una pregunta ¿por qué el feminismo español no se dedica a apoyar la lucha en otras culturas donde si carecen de igualdad legal entre hombre y mujer; en donde se practica la ablación, los matrimonios con niñas, el asesinato de niñas simplemente por serlo, las lapidaciones ante la denuncia de infidelidad por parte del marido o la negación de la identidad de la mujer tapando el rostro con los burkas? No, aquí hay que cerrar los ojos; las progres no somos Islamófobas, tan sólo odiamos al cristianismo.
Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)