Tras 79 años adornando el Parque Ribalta, este miércoles, se ha procedido a retirar la Cruz de dicho Parque, bajo el supuesto cumplimiento de la ley 14/2017 de 10 de noviembre de memoria democrática, que obliga a la retirada de los «vestigios franquistas». ¿Pero es un vestigio franquista una cruz descontextualizada?
Una Cruz no es ni Franquista ni Fascista; una Cruz siempre es cristiana. Y concretamente, al dedicarla a unas víctimas, simplemente pretende honrar su recuerdo e invitar a la oración por ellas. Una Cruz, en definitiva es el símbolo del amor, de la paz y del perdón, en ningún caso incita al odio del que la propia cruz es objeto por parte de la corporación municipal.
La Cruz del Ribalta, al igual que muchísimas cruces a lo largo de la geografía española, se construyeron en recuerdo de los caídos en la Guerra Civil, lo hicieran en un bando u en el otro, ya que todos luchaban por España, por su visión de España, pero por España al fin y al cabo. De ahí que no debiera de ofender a nadie la inscripción “A LOS CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA”.
Aun así, sin ninguna polémica, la corporación municipal en 1979 decidió descontextualizar la Cruz, y resignificarla “A LAS VICTIMAS DE LA VIOLENCIA”. Su significación actual sigue siendo esta, a pesar que, el robo de letras, hiciera desaparecer la inscripción.
¿Y por qué no gusta tampoco que se dedique “A LAS VICTIMAS DE LA VIOLENCIA? Pues sencillamente, porque lo que de verdad molesta es que el Parque Ribalta este regido por una Cruz, un símbolo de una fe, que sus antepasados combatieron a sangre y fuego, asesinando religiosos y quemando bienes de la iglesia desde 1936 a 1939. Y no es que yo no quiera que les represente, por supuesto que quiero que la cruz honre a cualquier fallecido por la violencia; son sus descendientes los que no quieren que una Cruz les recuerde.
Ahora la Cruz será trasladada a la explanada de Santo Tomás de Villanueva, en la zona de Rafalafena; es decir, que la misma Cruz que es Franquista en el Parque Ribalta, deja de serlo en la Iglesia de Santo Tomás.
En definitiva, la Cruz del Ribalta se quita por odio a un símbolo que tiene más de 2000 años; cualquier cruz representa la Crucifixión de nuestro Señor Jesucristo y que, habitualmente, suele honrar la memoria de todos los fallecidos en nuestra cultura cristiana.
¿Y cuánto cuesta este odio? El odio a esta Cruz les va a costar a los Castellonenses la no despreciable suma de 80.000€; 80.000€ públicos gastados en odio a una cruz.
Los españoles, con la transición, dejamos atrás los odios de una Guerra fratricida, en la que nuestros abuelos se mataban por sus ideas y creencias. Pero algunos políticos, desgraciadamente, siguen identificándose con partidos del pasado que, moviéndose por odio a la fe católica fueron responsables de muchas muertes. La Guerra Civil con víctimas y verdugos en ambos bandos quedó atrás, pero estos políticos, no solo no se han enterado sino que siguen alimentando el odio que trajo tanto sufrimiento.
Del odio a la Fe de aquella Guerra es prueba este cuadro resumen sobre los fallecidos por represión en ambos bandos en diversas ciudades importantes de la Provincia de Castellón.
El cuadro se ha confeccionado a través de los listados del historiador castellonense Germán Reguillo, en su libro: “Tiempos Amargos”. La veracidad de estos listados viene avalada por el detalle de los represaliados: nombres, apellidos, lugar de origen del represaliado, ciudad donde fue asesinado, profesión, si eran milicianos armados, si pertenecían al Comité Revolucionario de la ciudad, nº de sentencia judicial, fecha de la ejecución …
El total de represaliados, en la Provincia de Castellón por el Bando Republicano, según Germán Reguillo, fueron 2.288 víctimas, y algo menos de la mitad, 1.046 las víctimas republicanas, fusilados por el Bando Nacional.
Por si alguien cuestiona estas cifras, del historiador Germán Reguillo, cabe señalar que son muy cercanas a las que, para la provincia de Castellón proporciona el historiador de ideología republicana Vicent Gavarda (1014 víctimas republicanas) y las que proporciona el historiador nacional Ramón de Salas Larrazabal (2070 víctimas nacionales y 889 fusilados por el Franquismo).
Cada uno que saque sus propias conclusiones. Haya o no Memoria democrática, los datos de los historiadores y los juicios siguen ahí para ser consultados. Los relatos, ante los datos, no sirven de nada.
Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)