La Historia, LUZ DE LA VERDAD

El jurista, filósofo y escritor romano Marco Aurelio Cicerón en el ensayo titulado De Oratore, Libro II, cap. 9 escribió: “Historia vero est testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetustatis”, es decir: “La Historia es verdaderamente testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera de la Antigüedad”. Esta sentencia ciceroniana viene a propósito en el caso de esos políticos actuales desmemoriados que, con visión sectaria, sesgo ideológico y mezquíndad moral, quieren imponer su “Memoria Histórica” o su mal entendida “Memoria Democrática” para reescribir una parte de la Historia de España del siglo XX. 

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El humanista Marsilio Ficini escribió que la Historia es necesaria para conferir a la vida un significado moral. Es el mayor antídoto contra la distorsión ideológica y propagandística. A esta disciplina le corresponde transmitir el conocimiento de nuestro pasado. Ya en el mundo clásico greco-latino se propugnaba el principio “conócete a ti mismo”.

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Al respecto, conviene recordar lo que escribió el filósofo e historiador enciclopedista francés del siglo XVIII François Marie Voltaire: “La política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria”.

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Hoy en día, las tergiversaciones históricas de totalitarios socio-comunistas y de nacionalistas independentistas pretenden manipular nuestro pasado y cuestionar hechos y personajes históricos. Las reivindicaciones tienen una clara intencionalidad: subvertir el orden constitucional que nos dimos los españoles en 1978, impulsar la secesión de ciertos territorios peninsulares y derrocar la monarquía española.

Nada de superioridad moral de una izquierda trasnochada en la que reina el revanchismo y el odio en sus propuestas. Populismos comunistas y nacionalismos radicales y alborotadores que orquestan campañas contra el sistema actual de la monarquía constitucional. Muchos de estos parásitos de la sociedad quieren aprovechar las crisis para crear convulsiones y movilizar las masas contra el orden democrático instituido.

El 29 de septiembre de 1959 el líder comunista Nikita Khrushchev en un manifiesto predecía que no era necesario aceptar directamente el comunismo; sigamos alimentando con pequeñas dosis el socialismo hasta que finalmente te despiertes y descubras que ya tienes comunismo. Debilitaremos la economía, hasta que caiga como fruta demasiado madura en nuestras manos.

Exponía que el socialismo conduce al comunismo. Y se interrogaba ¿Cómo se crea un Estado socialista? Y afirmaba que para lograrlo existen ocho niveles de control sobre los que hay que actuar.

1) Atención médica: controle la atención médica y usted controla a las personas.

2) Pobreza: aumente el nivel de pobreza lo más alto posible; las personas pobres son más fáciles de controlar y no lucharán si se les proporciona todo.

3) Deuda: aumente la deuda a un nivel insostenible. De manera que se tenga que incrementar los impuestos y esto producirá más pobreza.

4) Control de armas: elimine la capacidad de defenderse del gobierno. De esa manera puedes crear un estado policial.

5) Bienestar: supervise todos los aspectos de sus vidas -alimentos, vivienda, ingresos- porque eso los hará totalmente dependientes del gobierno.

6) Educación: tome el control de lo que la gente lee, escucha y vigile lo que los niños aprenden en la escuela.

7) Religión: elimine la creencia en Dios para que los ciudadanos necesiten creer sólo en los gobernantes, trasmitiéndoles que esto es lo mejor para la gente.

8) Guerra de clases: divida a las personas en ricos y pobres. Eliminad a la clase media. Esto causará más descontento y será más fácil gravar a los ricos con el apoyo de los pobres.

El premio nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, ha afirmado: “Me indigna el doble discurso de obligar a los demás a vivir en las penurias socialistas mientras ellos saborean las mieles del capitalismo”.

Actualmente, la coalición de gobierno sabe que imponiendo la docencia afín a sus objetivos, teniendo el control de los medios de comunicación, atando a la Justicia y aboliendo el espíritu de división de poderes de Montesquieu se puede mantener anestesiada a la sociedad. Olvida que la Historia, en mayúsculas, ha de estar dirigida a inculcar en los ciudadanos el sentido de la responsabilidad moral, civil y política.

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LAS PROVINCIAS. Opinión. Publicado el viernes 2 de octubre de 2020, p. 27
  • José Vicente Gómez Bayarri es Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia, 
    Catedrático de Geografía e Historia, Académico de número de la RACV y Medalla de 
    Plata de la Ciudad de Valencia.