
La salud democrática de un país es directamente proporcional al grado de independencia de sus medios de comunicación, que deben de contar exactamente lo que ocurre, como ocurre y porque ocurre; sin ocultar intencionadamente información y dando relevancia a lo que verdaderamente lo tiene.
El poder de los medios de comunicación radica en su influencia sobre la opinión pública y por lo tanto sobre el voto ciudadano, que es el que en definitiva concede el poder político. Por ello, el poder económico puede controlar el poder político, comprando y dominando al poder mediático.
Los medios de comunicación básicamente realizan tres tareas sociales: nos informan, nos entretienen y nos educan. El peligro consiste en que aprovechando estas tres características y corrompiéndolas con las técnicas de manipulación adecuadas, su función puede ser “adoctrinarnos”. Recordemos una frase popularmente conocida, atribuida al alemán Goebbels, ministro de propaganda Nazi: “una mentira repetida mil veces se convierte en una gran verdad”. Pues nada nuevo bajo el sol, si nos fijamos en la información que recibimos en nuestros medios de comunicación, las técnicas diabólicas de este personaje se siguen practicando en los medios de comunicación españoles: La repetición machacona de una idea hasta que nadie dude de su veracidad, el silenciamiento de lo que no interesa, no importa lo importante que sea una noticia, si no se publica no existe; se desvía la atención sobre lo superfluo para que no nos centremos en lo importante; se apela a nuestras emociones y sentimientos para influir sobre nosotros; el victimismo y la dramatización se convierten en una herramienta eficaz de manipulación de nuestro pensamiento; los casos particulares son utilizados para generalizar y, por último, si alguien es molesto se le elimina socialmente con el desprestigio, atacando alguna de sus vulnerabilidades personales.
Entonces, ¿Hasta qué punto nos manipulan nuestros medios de comunicación? ¿Cuál es nuestra salud democrática? ¿Cómo defenderse de esta agresión desinformativa? Legislando es imposible; las posibles soluciones serían peor que la enfermedad, ya que limitaríamos la Libertad de prensa y el derecho fundamental de Libertad de expresión, principios incuestionables de un estado de derecho. Teóricamente, el mercado informativo se regula él sólo atendiendo a la ley, del mundo de la economía, de “oferta y demanda”, y por ello hay medios para todos los gustos del arco ideológico. De hecho, todos somos capaces de diferenciar que medios españoles son de izquierdas y cuáles de derechas, por lo que “aparentemente”, este principio del mercado se cumpliría.
Pero, si comparamos el tratamiento general de los medios ante hechos parecidos realizados por la derecha y la izquierda, ese supuesto equilibrio ideológico de los medios, en la práctica no se da. ¿Creen ustedes que el tratamiento de los medios al caso Gürtel del PP es siquiera parecido al que dan al caso de los ERE o al caso EDU, ambos del PSOE de Andalucía? No olvidemos que la presión mediática de Gürtel fue tanta, que la sentencia de una de sus partes, dedicada a la corrupción en los ayuntamientos de Majadahonda y Pozuelo, fue aprovechada por el “Doctor No” para lanzar su moción de censura en nombre de la regeneración y la democracia, cuando su partido también estaba enfangado de corrupción hasta las cejas. Gürtel, siendo un caso grave de corrupción, representa una malversación de 120 M de €, mientras que los casos ERE y EDU de la Junta de Andalucía, en manos del PSOE, son los mayores casos de corrupción política y clientelar de la historia de España; ERE entre 750 y 1.200 M de € y EDU de alrededor de 3.000 M de €. Un caso paradigmático de la manipulación informativa es el caso Pitufeo en la Comunidad Valenciana. El supuesto blanqueo de 50.000€ en participaciones de 1000, dio lugar a casi un año de noticias a diario en todas las televisiones y al acoso más indecente de toda la democracia, con escraches continuos a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, que le costó la perdida de la salud y la muerte, cuando las imputaciones eran por blanquear 1000 tristes € y encima ella ni siquiera llegó a estar imputada ni el caso demostrado, pues bien, aunque no lo digan los medios, no se practica ni una sola diligencia desde hace más de un año y está a punto de archivarse la investigación, quedando el caso en nada. Para postre los periodistas acosadores, como verdaderos canallas que son, nos vendieron que su muerte era debida al abandono de los suyos.
Estamos asistiendo a un auténtico golpe de estado y no me refiero al realizado por el fugado Puigdemont, aunque sí relacionado con este; el siniestro “Doctor no” ha alcanzado la presidencia de España en una moción de censura legal, pero con el indecente apoyo de partidos independentistas, filoterroristas y antisistemas, que en otros países tendrían vetado el juego democrático por anticonstitucionales. La ambición de este narcisista y falso Doctor está poniendo en grave riesgo la unidad de España. ¿A qué precio ha comprado su presidencia? Su amigo, el Condemor de Galapagar, se reúne obscenamente, a puerta cerrada y con toda la oscuridad necesaria con el golpista preso Oriol Junqueras, ¿de qué han hablado? ¿qué oscuros planes tienen para los españoles, estos odiadores de nuestra nación y que desgraciadamente hoy influyen sobre los que nos gobiernan? En definitiva, ¿creen ustedes que este escandalazo, único en el mundo democrático, está teniendo la suficiente presión mediática, que les reporte algún desgaste?. Por cierto, ya que hablamos del revolucionario líder de Podemos. ¿Creen ustedes que su partido hubiera tenido el mismo éxito de no haber tenido un apoyo mediático adecuado? Bien o mal, los medios siempre están hablando de ellos y continuamente están presentes en nuestras pantallas.
¿Y qué decir del gobierno? un Presidente del gobierno con una mediocre tesis doctoral valorada Qum Laudem, con innumerables plagios y la duda sobre la verdadera autoría; dos ministros ya dimitidos; una mentirosa ministra de Justicia que negó haberse reunido con el espía Villarejo, quien con unos audios pone en evidencia la profesionalidad de la ministra e incluso la posibilidad de que haya incurrido en delito, al ser conocedora y no denunciar, en su etapa de fiscal de la Audiencia Nacional, de delitos de pederastia de compañeros de profesión y de la extorsión a políticos y empresarios a través de un prostíbulo del propio Villarejo; el ministro astronauta Pedro Duque cuestionado por evadir el pago de impuestos a través de una sociedad pantalla, cuando el propio Pedro Sánchez, allá por 2015 afirmó textualmente: “Si yo tengo en la ejecutiva federal de mi partido, en mi dirección, a un responsable político que crea una sociedad interpuesta para pagar la mitad de los impuestos que le toca pagar, esa persona al día siguiente estaría fuera de mi ejecutiva. Ese es el compromiso político que yo asumo con mis votantes y también con los españoles”; y el ministro Borrell que en el 2015 hizo uso de información privilegiada en la venta de acciones de Abengoa, empresa de la que era consejero y que poco después presentó un preconcurso de acreedores que depreció su valor bursátil. ¿Creen de verdad que la presión mediática por todos estos escándalos del gobierno de la “limpieza y la transparencia”, por los que nadie dimite, es similar al tratamiento que dieron al Ministro Soria, único escándalo de miembros del “gobierno de la corrupción” del PP? Recordemos que el ministro Soria tuvo que dimitir, no por corrupción o por algo ilegal, ya que la legislación sobre paraísos fiscales era distinta en 1992 cuando se produce el caso, sino porque los medios decidieron que el ministro mintió y no se creyeron lo de que no recordaba haber inscrito una empresa de su familia, en la que figuraba como presidente, en el paraíso fiscal de Panamá, al haber transcurrido tanto tiempo y tener su familia muchas empresas de transportes marítimos por todo el mundo.
Y ahora que el PP se había regenerado, gracias a la sorprendente victoria contra pronóstico de Pablo Casado sobre la candidata de Bildelberg, Soraya. Ahora que el PP regresa a los principios ideológicos conservadores, justo los contrarios de los masónicos dirigentes del Club Bildelberg. Justo ahora que los problemas ahogan al “doctor no”, los medios vuelven sobre la corrupción del PP a través de las curiosas escuchas del exinspector Villarejo, que, aunque se trate de casos ya judicializados y que en su día ya fueron lo suficientemente mediáticos, le producirá el suficiente desgaste al PP, que beneficie al otro candidato Bildelberg, Albert Rivera y al “Doctor no”, primer candidato del Club para lograr sus objetivos para España. Por cierto, hasta ahora Vox no existía para los medios, no interesaba que consiguiera representación alguna. Ahora ya se habla de ellos. Tengan por seguro que con algún propósito. ¿Dividir el voto quizá, para que en las próximas elecciones vuelva a ganar Sánchez?
Otra herramienta de manipulación mediática es la publicación de encuestas. Las encuestas no se hacen para saber que se piensa, sino para modificar el pensamiento en la dirección deseada, ya que se tiende a dar como buena la opinión de la mayoría; si la mayoría opina que el caballo blanco de Santiago es negro, será que es negro. Entre ellas, podemos destacar las de intención de voto, en las que directamente se quiere influir sobre el voto, por ello, el CIS en manos del socialista Tezanos, nos quiere castigar con una encuesta mensual y en ella el PSOE siempre sale al alza, mientras que castiga a la baja a su adversario más directo.
La benevolencia de los medios de comunicación no es solo con nuestro indigno presidente. El silencio informativo es absoluto en lo que respecta a los asuntos delictivos del Banco de Santander y su presidenta Ana Patricia Botín, miembro del comité ejecutivo del grupo Bildelberg. La Tribuna de España con artículos de su director Josele Sánchez, viene denunciando al respecto del Santander: la difícil situación al borde de la quiebra en la que se encuentra el Banco; su situación legal en Alemania, donde la fiscalía alemana acusa al banco de un fraude a la hacienda alemana de unos 10.000 M de €; sobre la petición de extradición por el caso TCQ (Terminal de Contenedores de Quetzal) ordenada por la justicia de Guatemala de Ángel Pérez Maura sobrino de Emilio Botín, con el posible soborno, para evitarla, a la entonces fiscal y hoy Ministra de Justicia Dolores Delgado; sobre la posible implicación de Ana Patricia en la misteriosa muerte de su padre (…). Acusaciones muy graves, de las que, curiosamente, la prensa española no se hace eco, pero que sí podemos comprobar su veracidad a través de la prensa extranjera.
También observamos silencio en los casos de pederastia relacionada con políticos, como el caso del diputado socialista Odón Elorza o el caso del Bar España, en donde a pesar de que La Tribuna de España ha dado los nombres de los pederastas, nadie se querella contra el informador, y a pesar de la gravedad de los hechos y de la publicación de reveladores videos de victimas acusando a personas importantes de la política, ningún medio se hace eco del escándalo.
Cada vez es más frecuente que los medios intenten influir en las sentencias judiciales, creando juicios alternativos, que o bien consiguen doblegar la voluntad de los jueces o generan una alarma social que resulta aún más beneficiosa para los intereses ideológicos de quien los provoca. Así, podemos ver decisiones antagónicas ante hechos parecidos y cercanos en el tiempo, pero con tratamiento mediático distinto; como el caso Blanquerna y el caso del asalto a la capilla de la universidad complutense. En el primero, unas personas sobre las que se puso el acento en su pertenencia a la extrema derecha, (para nuestros medios cualquiera que enarbola una bandera de España lo es), entraron, al grito de “No nos engañan, Cataluña es España”, en el hotel Blanquerna de Madrid, donde los parlamentarios independentistas catalanes estaban celebrando la Diada de Cataluña, sin que, como todos pudimos ver en televisión, se produjera ninguna agresión, a excepción de un par de forcejeos. Ante la uniformidad en todos los medios de tratar aquel acto como un vil atentado terrorista de la extrema derecha, los jueces sentenciaron con cuatro años de cárcel a cada uno de los asaltantes, por delito de odio. Esta sentencia contrasta con la del asalto a la capilla de la complutense por la podemita pija Rita Maestre y sus amigas ultraizquierdistas, que entraron en la capilla a pecho desnudo y al grito de “arderéis como en el 36”, según parece, desear a alguien que arda, ni para la prensa ni para los jueces supone un delito de odio, más bien se trata de una justa reivindicación feminista contra la iglesia opresora, menos mal que no condenaron a los que estaban allí orando como participes indirectos de esa opresión.
Y cuando alguna sentencia no gusta al lobby feminista, como el caso de la manada de Pamplona, los medios se han encargado de encender los ánimos de la gente, produciéndose un antidemocrático linchamiento feminista a los jueces. En cambio, en violaciones realizadas por inmigrantes musulmanes, estos mismos medios ocultan la noticia o la condición de inmigrante y las feministas caso de enterarse de la noticia, la ignoran; como los intentos de violación de una chica en la playa de Cullera (Valencia) a cargo de un afgano el pasado 22 de Julio o la de un marroquí en Mula (Murcia) el 23 de septiembre, o los 10 argelinos que violaron a tres menores en Alicante en Marzo de este año.
En el próximo capitulo hablaremos sobre las campañas de manipulación con intención adoctrinadora, como son las que se llevan a cabo en favor de la Ideología de Género, LGBTI y la inmigración; diseñadas por el Grupo Bildelberg, para alcanzar el Nuevo Orden Mundial.
Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)