Patton

  • Patton1Año: 1970
  • País: EE.UU.
  • Dirección: Franklin J. Schaffner
  • Intérpretes: George C. Scott, Stephen Young, Karl Malden, Michael Strong, Carey Loftin, Frank Latimore, Albert Dumortier, Karl Michael Vogler, Morgan Paull
  • Argumento: Ladislas Farago (Hechos reales de “Patton: Ordeal and Triumph”), Omar N. Bradley (Hechos reales de “Patton: Ordeal and Triumph”)
  • Guión: Francis Ford Coppola, Edmund H. North
  • Música: Jerry Goldsmith
  • Fotografía: Fred J. Koenekamp

 

Sinopsis:

Los tres últimos años de la vida del famoso general norteamericano George S. Patton, una de las personalidades militares más atractivas e interesantes de la Segunda Guerra Mundial. La película acompaña a Patton desde su llegada al teatro de operaciones del Norte de África, tras la inicial derrota estadounidense en el paso de Kasserine, siguiendo por su enfrentamiento con Rommel, el desembarco en Sicilia –donde su rivalidad con el británico Montgomery y un lamentable incidente hicieron que el alto Mando le relegara-, su lucido papel en las campañas de Francia y Las Ardenas, así como su proverbial escasa diplomacia, hasta concluir poco antes de su muerte en un prosaico accidente de tráfico en la Alemania ocupada

Más que una película de guerra o acerca de la guerra, “Patton” es una película sobre un guerrero.

Se ha escrito que “Patton” redefinió el género bélico, y es rigurosamente cierto.

Patton es un individuo políticamente muy incorrecto, como diríamos hoy, que no sabe mantener la boca cerrada, y opina en voz alta acerca de cuestiones que exceden su jurisdicción, verbigracia cuando preconiza una sólida alianza angloamericana para dirigir el mundo de la inminente Postguerra, o poniendo a parir a los rusos, que evidentemente no son santo de su devoción de militar de ideas conservadoras y profundamente anticomunistas.

Anécdotas o disparatadas teorías aparte, “Patton” es un espectáculo visual y auditivo de primer orden, que movilizó a un buen número de excepcionales talentos al servicio de una poderosa historia que cambió de un plumazo nuestra forma de ver las películas de guerra, aunque muy pocas producciones posteriores hayan conseguido acercarse a su gigantesca estatura.

La famosa Arenga Inicial:

“Sentaos. Quiero que recordéis que ningún bastardo ganó jamás una guerra muriendo por su patria. La ganó haciendo que otros pobres estúpidos bastardos murieran por ella. Muchachos, todas esas historias de que América no quiere luchar, que pretende estar al margen de la guerra, son un montón de estiércol. A los americanos, por tradición, les entusiasma luchar, todo verdadero americano ama el acicate de la pelea. Cuando erais niños todos admirabais a los campeones: Al corredor más veloz, a los ases del fútbol, a los boxeadores más duros. Los americanos aman al ganador y no pueden soportar al que pierde. Todo americano juega siempre para ganar. Yo no apostaría el pellejo por un hombre que, estando perdiendo, se riera. Por eso los americanos nunca hemos perdido ni perderemos una guerra, porque la sola idea de perder nos resulta odiosa.

Ahora nuestro ejército es un equipo, vive, come, duerme y lucha como un equipo. Todo eso de la individualidad es solo basura. Los que escribieron esa majadería sobre el individualismo para el Saturday Evening Post no conocen de una verdadera batalla más de lo que saben de fornicación. Ahora tenemos la mejor comida y equipo, el mejor espíritu y los mejores hombres del mundo. Todos sabéis, y es la verdad, que compadezco a esos pobres contra los que vamos a luchar, por Dios que así es, ya que no solo vamos a disparar contra ellos: ¡Nuestra intención es arrancarles las entrañas y usarlas después para engrasar las ruedas de nuestros tanques. Vamos a matar a esos miserables teutones por millares! Bien, algunos de vosotros estáis dudando de si tendréis miedo bajo el fuego. Eso no debe preocuparos. estoy convencido de que todos cumpliréis con vuestro deber. Los nazis son el enemigo: ¡Cargad contra ellos, derramad su sangre, disparadles en el vientre! Cuando pongáis vuestra mano sobre una masa informa que momentos antes era el rostro de vuestro mejor amigo…ya no dudaréis.

Patton2

Deseo recordaros otra cosa: No quiero recibir ningún mensaje que diga: Estamos aguantando nuestra posición. ¡No aguantamos nada!, ¡Que aguante el enemigo!. Nosotros avanzamos constantemente y no tenemos ningún interés en aguantar nada, excepto al enemigo. Vamos a agarrarle por la nariz y a darle un puntapié en el trasero, ¡A patadas enviaremos a esos teutones al infierno, acabando así con ellos en un santiamén! Bueno, sin duda habrá algo que podréis contar cuando volváis a vuestras casas, y dar gracias a Dios por ello. Y si dentro de treinta años, sentados junto al hogar y con vuestro nieto sobre las rodillas, él os pregunta qué es lo que hicisteis en la Segunda Guerra Mundial, no tendréis que contestarle: “Pues…Acarreé estiércol en Louisiana” Bien, ahora, hijos de perra, ya sabéis cómo pienso. Ehh…estaré muy orgulloso de dirigiros en esta lucha, muchachos, siempre y en todo lugar. Esto es todo”.