¡VIVA UCRANIA, BRAVO POLONIA!

Hasta hace escasamente medio mes, el conocimiento que en España teníamos de Ucrania era más bien escaso y ello pese a ser el país más grande de Europa, si exceptuamos a Rusia y Turquía, países estos mayoritariamente asiáticos. Pese a sus 42 millones de habitantes, a ser el granero de Europa, a pesar de sus importantes minas de hierro, gas, petróleo, titanio etc, Ucrania seguía siendo ignorada por muchos.

Ucrania ha sido históricamente la cuna del eslavismo, desde donde se expandió hacia el Este -Rusia-, el Norte -Bielorrusia-,el Oeste -Polonia, Checoslovaquia- y el Sur -Bulgaria, Yugoslavia-.

La razón de esta ignorancia quizá provenga de que hasta hace tres décadas, Ucrania se encontraba subsumida en la Unión Soviética de la que era parte esencial. Poseía dentro de la URSS, armas nucleares; en su territorio -Crimea-, se encontraba la principal flota Soviética; muchos de los líderes soviéticos eran ucranianos de nacimiento o de origen (Kruschev, Gorbachov).

Hoy, todos esos y otros muchos datos históricos y geográficos importantes, nos empiezan a sonar. Todos sabemos donde está Kiev, Donetsk, Luhansk, Odesa, Mariupol, Jerson, Leópolis, Jerkov, ciudades que hemos seguido con expectación y dolor conforme el ejército ruso las sitiaba o bombardeaba.

Hoy sabemos del coraje de un pueblo cuyo Presidente no huye despavorido del país al primer disparo, donde los hombres y con frecuencia también las mujeres luchan valerosamente contra un ejército diez veces superior.

Esta guerra será una prueba definitiva y dramática que marcará para siempre el prestigio de un país que quizá se vea mermado temporalmente pero que buscará recuperar indefectiblemente sus fronteras.

Ucrania merece la admiración del mundo entero que ya se moviliza para apoyarlo en todo lo posible, aunque no pueda hacerlo en lo que Ucrania más necesitaría, so pena de desencadenar una tercera guerra mundial que podría ser definitiva.

Por el momento, esos 20.000 brigadistas procedentes de 52 países son, junto con las sanciones económicas y el envío de armas, víveres y medicamentos, lo poco o mucho que el mundo puede hacer por este gran país.

Un país que tiene 2229 Kms de frontera hacia los países amigos. Es evidente que nadie escapará de Ucrania para refugiarse voluntariamente en los Estados agresores -Rusia y Bielorrusia- por lo que los dos millones de refugiados evacuados hasta el momento, cifra que Acnur estima puede alcanzar los cinco millones, se están dirigiendo hacia los cinco países emplazados en el Suroeste.

De esos cinco, el que posee mayor frontera con Ucrania es Moldavia (939Kms), seguido de Rumania (531 Kms) y de Polonia (526). Las fronteras de Hungría (136) y de Eslovaquia (97 Kms) son menores.

Teniendo en cuenta que la inmensa mayoría de los evacuados, hasta el momento un millón y medio de ellos, se han encaminado a Polonia, es lícito preguntarse por qué ello es así. Dejando aparte razones de tipo geográfico -mejores carreteras hacia ese país, proximidad de ciudades de cultura histórica polaca, como Leópolis- señalaré tres razones de peso:

-La particular hospitalidad del pueblo polaco, como lo demuestra el hecho que desde el ingreso de Polonia en la UE en 2004 y en especial tras los sucesos de Crimea y Donbas en 2014, no menos de dos millones y medio de ucranianos se han asentado en el país, que unido al millón y medio actual, suman cuatro millones de ucranianos -más del 10% de la población del país- los que se encuentran en Polonia.

-El efecto llamada de aquellos dos millones y medio bien integrados está siendo decisivo en esta nueva estampida humana. Los ya asentados llaman, acogen, alojan a los recién llegados.

-Para los ucranianos, por razones lingüísticas e históricas, los dos países vecinos, refugio natural son Eslovaquia y Polonia. La Magiar Hungría y las latinas Rumanía y Moldavia, les resultan menos fáciles a la hora de su integración.

La actitud acogedora y hospitalaria de Polonia está produciendo la admiración del mundo entero, no siempre solidario cuando se trata de acoger refugiados. Un buen argumento para acallar a quienes critican el escaso entusiasmo de los líderes polacos -y húngaros!- a la hora de cumplir ciertos dictados de Bruselas.

Aunque se están produciendo verdaderas romerías y peregrinaciones desde distintos puntos de Europa para rescatar refugiados en la frontera polaca, la velocidad de ingreso en este país es tal que habrá que articular soluciones más drásticas que permitan descongestionar los millones de seres humanos que Polonia sola no logrará integrar.

Una gran lección de coraje y humanidad la que nos están dando estos dos admirables países.

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.