UE versus CORONAVIRUS

¿Es la UE algo más que el proyecto Erasmus? la crisis generada por el coronavirus demuestra que no.

Todos sabemos que Erasmus es una especie de sistema por el que los jóvenes pueden optar por realizar sus estudios en distintas partes de Europa. Es un proyecto que digamos forma parte de esa visión edulcorada de la UE en la que Europa es “lo más”, todos son felices y estamos unidos en un maravilloso proyecto común de tonos dorados y rosas.

Sin embargo, como hemos visto, la realidad camina por otros derroteros, los países del norte, globalistas, neoliberales a ultranza, de larga tradición calvinista o protestante, insolidarios y desleales para con sus socios, e incumplidores de cualquier principio europeo que no se adapte a sus particulares y personales intereses nacionales, parecen dispuestos a dejar la UE reducida, únicamente, a este proyecto de crédulos estudiantes jovenzuelos; pues, mientras estos países, fundamentalmente Alemania y Holanda, disfrutan de su particular festín globalista en el que obtienen sus fantásticas fortunas, y consiguen rentas “per capitas” para sus ciudadanos que doblan las Españolas, obviando y traicionando los más básicos principios de la Unión Europea, tales como el mercado único, o el principio de preferencia europeo, los países del sur sufren y se desangran en el “festival del todo vale y nada se respeta” especialmente organizado por ellos mientras se agudiza la división entre un norte rico y un sur pobre, auspiciada por sus deslealtades.

Insolidaridad, altanería, egoísmo, intereses particulares. Esto se ha demostrado ahora, más que nunca y a propósito de la crisis generada por la pandemia del covid 19, o coronavirus. El parón económico que la lucha contra la enfermedad impone y los efectos económicos que del mismo se derivan, han tratado de paliarse, en la última cumbre europea, a través de la creación de unos coronabonos, que es tanto como decir a través de un fondo común de rescate de los países más afectados. En esencia, esta propuesta implicaba que la UE respondería de forma solidaria y conjunta a un problema que esencialmente afecta más a los países del sur al menos por el momento.

Pues bien, Holanda y Alemania se han negado, lo que ha provocado que los Presidentes Español, Italiano y Portugués se levantaran de la reunión, dejando la cuestión pendiente de solución.

No sólo esto. La tensión en la reunión se ha disparado en el momento en que el Ministro Holandés, un tal Wopke Hoekstra, se ha desmarcado, mostrando, una vez más, la total falta de empatía de los países nórdicos, exigiendo que se investigara a los países que no dispongan de margen presupuestario en orden a combatir una emergencia como esta. Es decir, que estamos en la peor crisis humanitaria y sanitaria desde 1918, y al holandés solo se le ocurre exigir una investigación financiera…

A partir de aquí, el Presidente de Portugal, ha calificado la petición del Holandés como “repugnante” y “mezquina”, dado que se realiza en un contexto en el que las víctimas se cuentan ya por millares tanto en España como en Italia, al mismo tiempo que le acusaba de actitudes “totalmente contrarias al espíritu de la UE. “España ni creó ni importó el virus”, ha manifestado Antonio Costa.

Al hilo de lo anterior, Costa ha calificado la actitud Holandesa como una “absoluta inconsciencia” que “mina completamente el espíritu de la UE y es una amenaza para la Unión”. “Si no actuamos en común…nadie va a entender qué significa la UE”. Y tiene toda la razón.

La actitud de Holanda, igual que la Alemana, es de que cada país se preocupe y resuelva por separado sus problemas, lo cual deja a las claras lo que les importa a estos países globalistas sus socios europeos o la misma UE, es decir, nada.

Hace poco ya fue motivo de escándalo el que Alemania prohibiera la exportación de mascarillas, respiradores y todo tipo de material sanitario a Italia cuando esta sufría el pico de su crisis sanitaria, vulnerando así no sólo los principios de la UE si no cualquier atisbo del menor principio de solidaridad o fraternidad humana con los que sufren. Tal fue el escándalo que esta prohibición generó, que finalmente Alemania se retractó, lo que no impidió que, como vulgarmente se dice, los alemanes quedaran perfectamente “retratados” en sus actitudes altivas y despectivas respecto de la UE.

Lo acontecido es una muestra de la inexistencia real de la UE y de artificialidad del edificio europeo. Los países del norte sólo quieren a los del sur como una especie de mercado pasivo para sus productos, pero no están dispuestos a mover un dedo por ellos. Pues si no lo hacen en la peor crisis sanitaria vivida por la humanidad desde hace más de un siglo, es evidente que, mucho menos, en la vida normal.

Por tanto, esta Unión Europea absolutamente insolidaria, en la que los países del norte SOLO miran por sus personalísimos intereses y desprecian a los del sur no tiene ya, razón de ser alguna. Ha llegado el momento de decir “adeu Bruselas”!!! y empezar a mirar por nuestros propios intereses, mucho me temo que ingenuamente abandonados a su suerte en sus ponzoñosas manos.

  • José Manuel Millet Frasquet es abogado.