EL REY FERNANDO I de ANTEQUERA y EL CISMA RELIGIOSO de OCCIDENTE
Si la sociedad valenciana estaba dividida en las primeras décadas del siglo XV, la Iglesia también. En el Reino de Valencia, los Centelles tenían el apoyo de la nobleza y preferían la opción del Trastámara, Fernando de Antequera; los Vilaragut, que se sentían respaldados por la clase popular, mayoritariamente, preferían al conde de Urgell. Ambos bandos representaban el antagonismo, “grosso modo”, del elemento aristocrático y popular respectivamente y pretendían proclamar a su pretendiente a cualquier precio[1].
En julio de 1414 se reunieron en Morella el rey Fernando I de Aragón, el papa Benedicto XIII y el dominico fray Vicente Ferrer para tratar la cuestión de la renuncia de Pedro de Luna de la tiara y solucionar la Cisma de la Iglesia. Las negociaciones fueron infructuosas. No se pudo vencer la intransigencia del antipapa. Esto determinará que Aragón, Castilla y Navarra abandonaran la obediencia religiosa debida al Pontífice.