Coronavirus: ¿ARMA BIOLOGICA DEL GLOBALISMO?

Como ya hemos mencionado, el Coronavirus ha actuado en las sociedades occidentales como un acelerador de tendencias: ruina de las pequeñas empresas y, consecuentemente, más espacio para las grandes. 

En epidemias anteriores, el virus causante acabó siendo localizado en algún animal, lo que se conoce con el nombre de reservorio, dado que de él surgía el virus. También se encontró el animal puente desde el que el virus saltó al ser humano, contagiándolo. Sin embargo, en el caso del Covid no se ha encontrado nada. Ni siquiera el murciélago que supuestamente tenía el virus. Tampoco el animal puente. Nada.

Esto es sorprendente y dado que el virus no existe en la naturaleza, convierte en indefendible la teoría de la zoonosis, es decir, que el virus surgiera por causas naturales.

Dejando a un lado otro hecho también inexplicable, es decir, que el virus surgiera al lado del único laboratorio del mundo, el de Wuhan, que trabaja con este tipo de virus, lo que de por sí ya debiera ser suficiente, está la noticia, ahora publicada por ABC en fecha 23 de enero del presente 2022, en un artículo escrito por Pablo M. Díez, se da a conocer el hecho de que la máxima autoridad del laboratorio chino ha presumido de haber creado nada menos que 8 coronavirus, de los cuales dos eran tremendamente infectivos para el ser humano.

Al parecer, la Doctora citada en el artículo (aunque parece que el título de “Doctor” no va con alguien que puede haber causado la muerte y destrucción que el virus ha traído) la Sra. Zhengli, trabajaba, codo con codo con el Doctor Báric, otro reputado virólogo mediante una técnica denominada de “genética inversa”, y que básicamente consistía en utilizar el ADN de un virus ya existente para añadirle características de otro y conseguir que alcanzara así lo que se conoce como “ganancia de función”, es decir, añadirle a un virus que no la tenía, la posibilidad de  infectar humanos; más aún, convertir un virus desconocido, en tremendamente infeccioso para la humanidad.

Esto es lo que parece ha ocurrido con el COVID dado que, insistimos, todavía están buscando el virus en la naturaleza, por lo cual, estamos ante un virus desconocido, nuevo, de creación artificial, de laboratorio, un virus sintético, un virus fabricado ex proceso.

Al parecer, ya en 2021, 18 reputados virólogos dirigieron una carta a la revisa “Science” en la cual pedían explicaciones sobre el origen del virus. No ha habido respuesta a esta carta.

El hecho de que en un laboratorio se dedicara a crear nuevas amenazas víricas para la humanidad, de que todo su personal, todos sus medios, todo su saber y tecnología, todo su dinero, se utilizara para generar virus nuevos, es una realidad escalofriante y escandalosa que en su momento motivó el que la comunidad científica protestara, alarmada, dado que esto suponía crear amenazas de forma gratuita, con consecuencias inimaginables. Máxime en unas circunstancias en las que el citado laboratorio de Wuhan tiene unas medidas de seguridad mediocres.

Todo esto coincide con lo manifestado recientemente, por la doctora china Li-Meng Yan, viróloga de la Universidad de Hong Kong exiliada a los Estados Unidos, la cual compareció en el programa de Iker Jiménez. Explicó por qué sabe que el coronavirus es un arma biológica, creado en un laboratorio, así como las circunstancias que motivan que estas opiniones la hayan llevado a ocultarse en Estados Unidos.

Según manifestó en el programa, ella es Doctora en virología y trabajaba como investigadora en un laboratorio de alta seguridad de Hong Kong cuando le encargaron investigar qué había pasado con el coronavirus en Wuhan.

Tras estudiar la cuestión, la Doctora llegó a una conclusión: “por el análisis de la secuencia del genoma, se basa en un virus basado 100% en el coronavirus del murciélago. Pero no procede de la naturaleza”.

Según la Doctora, el virus no es de generación espontánea, si no que ha necesitado de su manipulación en laboratorio a fin de poder infectar a un humano, utilizando como plantilla el virus del murciélago.

Según la conclusión de la Doctora, “es un arma biológica muy novedosa y sin restricciones. Un virus global. Es un virus creado para matar a gran escala”.

Cuando la Doctora comunicó estas conclusiones a su superior, éste le amenazó: le dijo que caso de que comunicara esto la harían desaparecer, motivo por el cual huyó a USA.

Cuando le han preguntado si teme por su vida, la Doctora ha manifestado que su intención es revelar todo lo que sabe, antes de que acaben con su vida, o quizás, revelar todo lo que puede contar con la esperanza de que, realizada toda la difusión de su conocimiento, deje de tener interés como objetivo.

Por supuesto que los expertos reunidos en el programa de TV, ha procedido, después de su intervención, seguidamente, a opinar en contra de la doctora, descalificándola y considerando, básicamente, que su diagnóstico carece de método científico.

Por otra parte, ya teníamos la versada opinión de Luc Montagnier, biólogo y ganador del Premio Nobel de Medicina en 2008 por su participación en el estudio del VIH, el cual coincide en parte con la Doctora Li-Meng Yan: considera que el virus ha sido artificialmente creado en el laboratorio de Wuhan. Sin embargo, se resiste a pensar mal y disiente de que se trate de un acto deliberado, y considera que el laboratorio de Wuhan estaba trabajando en una vacuna contra el VIH (Sida) utilizando el virus del murciélago, cuando se produjo algún tipo de “fuga accidental”.

El Nobel francés, además, apunta a la existencia en el COVID 19 de secuencias del VIH que habrían sido implantadas artificialmente en este virus como resultado de un trabajo de laboratorio.

Según él, la versión de que el COVID se originó en un mercado de animales vivos en Wuhan “es una bella leyenda, pero no es posible”, según sus propias palabras. Montaignier sustenta su opinión en estudios y modelos matemáticos. Además, considera que el virus, y dada su naturaleza artificial, será eliminado, con el tiempo, por la misma naturaleza dado que la naturaleza “odia las imperfecciones”.

El Doctor Steven Quay está considerado como uno de los mejores científicos del mundo, siendo citado en más de 10.000 trabajos, es titular de nada menos que 87 patentes estadounidenses y ha inventado siete productos farmacéuticos aprobados por la FDA, y ayudado a más de 80 millones de personas. Es director de Atossa Therapeutics Inc. Y autor del libro más vendido sobre supervivencia a la pandemia.

En un artículo de “Hispanidad”, de fecha uno de febrero de 2021, el Doctor Quay, explica que procedieron en su laboratorio a analizar el virus intentando dar con su origen. La tesis de la que se partía era en un 98% que fuera un surgimiento espontáneo de la naturaleza, lo que se conoce como zoonosis natural, y en un 1’2% que se tratara de una elaboración artificial de laboratorio. El análisis hecho por este prestigioso doctor abarca nada menos que veintiséis datos o hechos determinantes en orden a la conclusión, llegando a ella en el sentido de que existen un 98% de probabilidades de que se trate de un producto de laboratorio.

Esto lleva, nuevamente, a la polémica relación entre la OMS y China, a los fondos con los que esta potencia está financiando la organización, unos lazos demasiado estrechos como para que la determinación del origen se pueda considerar objetiva e imparcial.

Sin embargo, a pesar de esta “verdad oficial” que se pretende imponer, como tantas otras cosas, por encima de los hechos, el Doctor Quay tiene claro que la procedencia artificial del virus está más allá de toda duda razonable.

Ya en en España, una experta viróloga, la Doctora Carmen Hidalgo, en una información del periódico “Granada Hoy”, en un artículo de Isabel Vargas de fecha 1 de junio, llega a la conclusión de que se trata de un arma biológica perfecta:

“Estoy totalmente convencida de que esto está inventado.

Creo que estaban trabajando en él, quizá sin malicia ninguna, y uno de los trabajadores sin querer se contagió y se lo pegó a alguien. Entre otras cosas porque el microorganismo tiene un periodo de incubación larguísima.”

La Doctora Hidalgo se sorprende de que en este caso no exista un hospedador del virus intermedio.

No existe el hospedador intermedio. Ha saltado desde el murciélago o el otro microorganismo en el que se cree que ha existido en el otro bicho ha pasado directamente al humano. El resto de los coronavirus han pasado de las aves a un animal intermedio, como el cerdo, y del cerdo al humano.”

En este caso no. Hidalgo bromea y afirma que:

“El huésped intermedio se cree que ha sido la pipeta. Es un arma biológica perfecta porque el periodo de incubación es prolongado, el diagnóstico difícil de realizar y hay pacientes enfermos, cuyas pruebas salen negativas. Igualmente, es una teoría sin pruebas.”

Es decir, que si necesitamos un hospedador intermedio, aquí no aparece. Ello nos lleva a la teoría de la creación artificial del virus, “el huésped intermedio…ha sido la pipeta”, como dice la Doctora. Por otra parte, curiosamente, no se sabe ni se informa de quién fue el paciente cero. Hay demasiadas circunstancias que nos hacen dudar de la tesis oficial. Por ejemplo, que China haya impedido con reiteración que cualquier comisión de verificación internacional pueda actuar en su territorio intentando investigar el origen del virus, no ayuda, desde luego, a pacificar la cuestión.

La coincidencia brote-laboratorio es demasiado concreta: es decir, que el murciélago que supuestamente transmitió la enfermedad, fuera volando, imaginemos, y es mucho imaginar, desde donde sea que fuere, y llegara, precisamente (¡qué casualidad!), al lado del único Laboratorio de Alta Tecnología Militar en Guerra Bacteriológica, especializado precisamente, en virus de murciélagos, lugar de los hechos, y donde se generó el primer contagiado no es, en absoluto, un dato menor ni, mucho menos, casual.

Es muy evidente que existen unas conexiones muy evidentes entre China, la OMS, y el control de los medios informativos. Por ejemplo, Maldita, la conocida web de censura, según ellos “caza-bulos”, o quizás sería mejor decir “caza-realidades”, inmediatamente después de las declaraciones del Nóbel francés, ha iniciado una campaña de desprestigio de éste, expresando que en ningún caso pueden tenerse en cuenta sus apreciaciones, a pesar de que estemos hablando de un Premio Nobel.

Sin embargo, existen más evidencias, citamos el programa de la RAI italiana, de 2015 en el que daban cuenta de la noticia de que en un laboratorio chino se había conseguido un virus capaz de acceder al hombre desde un murciélago y que provocaba terribles infecciones respiratorias, exponiendo el presentador del programa el riesgo que este supuesto “avance” pudiera suponer y la temeridad que tal logro conllevase. Por supuesto que ahora este programa es igualmente desmentido, afirmando que en ningún momento se refirieron concretamente al COVID 19.

¿POR QUÉ CHINA?: OPACIDAD INFORMATIVA Y ORDEN MORDAZA

¿Por qué el gobierno chino evita cualquier investigación sobre el origen del virus?, ¿y al contrario, persigue cualquier información al respecto?. Porque esta es la noticia aparecida en “El Mundo” en fecha de 27 de noviembre último, en la cual se daba cuenta de una “orden mordaza” emitida por las autoridades chinas sobre todo lo concerniente al coronavirus, a todos los médicos de Wuhan.

Según la agencia de noticias Kyodo, japonesa, los médicos fueron advertidos de que podrían ser castigados por espionaje “si revelaban lo que sucedió durante la etapa inicial del brote”.

En concreto, "Un médico en Wuhan contó que las autoridades sanitarias le dijeron que sería castigado por la ley si revelaba su experiencia, y si se le acusaba de espionaje, se le podría imponer la pena de muerte.”

Se ha conocido el dato de que en cuanto el virus comenzó en china, 17 millones de móviles dejaron de emitir señales, sin que el dato haya tenido explicación alguna por parte de las autoridades chinas.

Desde Japón se citaba a Li Wenliang, un médico chino al que se le silenció cuando intentaba alertar sobre el virus y que, finalmente, murió a consecuencia de éste.

Esta mordaza informativa también se extendió a los periodistas que estuvieron cubriendo la información en Wuhan, algunos fueron incluso detenidos por orden del gobierno chino.

En concreto, la noticia de “El Mundo” se refería a:

“…Zhang Zhan, una ex abogada de 37 años que lleva cinco meses detenida, la fiscalía pide cinco años de prisión por "enviar información falsa a través de textos y vídeos por WeChat, Twitter y YouTube".

Otro disidente, un bloguero llamado Li Zehua, fue detenido en su apartamento de Wuhan el 26 de febrero y no se supo nada más de él hasta principios de mayo. Del que aún no se ha vuelto a saber nada es de Chen Qiushi, un activista que documentó las primeras semanas del coronavirus en Wuhan y cuya pista se perdió el 5 de febrero. Cuatro días más tarde de la desaparición de Chen, se perdió el rastro de Fang Bin, un comerciante textil que llevaba desde el 25 de enero publicando vídeos en Youtube en los que narraba el día a día en la ciudad. Fang fue acusado de difundir "noticias falsas".

¿DE QUIEN ES EL LABORATORIO DE WUHAN?

Ciertamente esta es la gran pregunta. ¿Quién está interesado en crear virus?. Procedamos como si fuéramos Hércules Poirot. Método de deducción. Es evidente que China no necesita ningún virus para ser lo que ya es, es decir, la potencia que amenaza con dominar el siglo XXI. Por tanto, si no es China la interesada, ¿por qué todo ocurre en un laboratorio allí ubicado?.  Existen varias razones, desarrollo tecnológico chino, dato nada despreciable. Posibilidad de ocultar lo que ocurra, dado que no es un país democrático. También. Y sobre todo, quizás, despistar respecto de los verdaderos interesados en las consecuencias del virus…

Imagen: Redacción Médica

  • José Manuel Millet Frasquet es abogado.