Polvorín permanente
Nuestros montes son un polvorín permanente. Sabemos que los incendios se apagan en invierno, limpiando adecuadamente los montes. La catástrofe del incendio, de nuevo en el interior de Castellón y que ha afectado a una parte de Teruel, nos recuerda el incendio en Bejís del año pasado. Es sabido por todos que hay que limpiar los montes, que antes había más ganadería, que la despoblación trae consigo un abandono forestal que hay que afrontar, que el cambio climático exige actuar y no solamente hablar de él. Estos días los vecinos afectados han sido muy claros: “Se veía venir”. Muy claro Sergio Fornas, alcalde de Montán: alguien dirá que es porque pertenece al PP.
Coincidimos todos en que ahora lo urgente es apagar el incendio, tras más de 4.300 hectáreas arrasadas. Por supuesto, pero tomando nota, y muy precisa, de todo lo que está pasando, en el primer incendio de entidad este año en España ¡en marzo! El año pasado fue en Bejís, ahora en una zona próxima: las casualidades pueden tener “causalidades” en la nefasta política de prevención de incendios.
El incendio del año pasado en Bejís y el de estos días tienen muchas cosas en común. Demasiadas como para callar. Cuando se produce un incendio, hasta Pedro Sánchez viene a hacerse la foto, y prometer todo, reconstruir “todo lo perdido y dañado”. Ximo Puig y Javier Lambán también se hacen la foto, pero ¿Qué han hecho en años?