De EL MITO DE LA CAVERNA a LA GUERRA DE LOS MUNDOS

Qué locura vivimos actualmente.

Cuando leí por primera vez el mito de la caverna, no acabé de entenderlo muy bien porque era bastante joven, pero con los años he ido percibiendo lo acertada que era aquella alegoría.

Diariamente, quién no ha topado con un contumaz testarudo que no quiere reconocer su falta de información, o con el orgulloso que siempre ha creído que no necesita saber más. Cuando eso sucedía, pensaba que era irrelevante, sin importancia, porque a fin de cuentas, ellos eran los que perdían. 

Pero, poco a poco fui percibiendo lo necesario que era leer, buscar en las fuentes, estudiar e investigar por ti mismo, para no sufrir las consecuencias de la manipulación interesada.

Es esencial cómo te han educado. Te han debido de enseñar a ser crítico con la información y descubrir por ti mismo la veracidad de los hechos, en lugar de conformarte con que ya te lo den todo ‘resuelto’. 

En fin, al grano. He observado como te puedes convertir en una marioneta gracias a tu exceso de confianza, fé ciega hacia un medio de comunicación o fidelidad a una ideología.

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Siempre hemos comentado, entre amigos, que el mundo esta manejado por cuatro poderosos, y nos hemos acostumbrado a no reflexionar.

Nunca se nos ha ocurrido pensar qué pasaría si aprovechándose alguien de nuestra comodidad con no cuestionarnos nada, nos hicieran creer una falacia como si fuera verdad, quedando la verdad como una falsedad.

Actualmente, los poseedores de la falsa verdad, no quieren escuchar a alguien que les pueda sugerir que han sido engañados. Entonces, podríamos decir que el engañado pudiera haber entrado en el estado de disonancia cognitiva, bloqueando cualquier posibilidad de apertura.

Se puede reconocer a estas personas que se han blindado en sus creencias porque no están dispuestos a participar en un debate serio, con gente preparada y experta en el asunto que acontece. Son aquellos que no puedes rescatar de la caverna.

Lo peor de todo es que ese gran terror a reconocer que se ha confundido, le precipita a que se aferre más a su error y vea como enemigo al que le puede hacer dudar de sus convicciones. Si encima, la mentira ha penetrado en la mayoría de una sociedad, la minoría es sentenciada de peligrosa o menospreciada y burlada.

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El resultado, al final, puede ser la aparición del odio, y no olvidemos que este, es la semilla de la guerra.

Desgraciadamente, se ha perdido el respeto, ha quedado dormida la mente, atenazada por el monstruo del miedo y ha muerto la libertad en el mundo de la ignorancia.

Y de aquel Mito de la Caverna, de La República de Platón, se pasó dos mil años después a La Guerra de los Mundos: el día 30 de octubre de 1938, un brillante y jovencísimo Orson Welles de 23 años, realizó un experimento, cuando por medio de la emisora CBS retransmitió un programa radiofónico sin solución de continuidad, que conmocionó a la sociedad neoyorquina. Consistió en recrear una adaptación de la novela de H. G. Wells que provocó una situación de pánico e histeria general en la sociedad estadounidense. Sembró el caos más absoluto, convenciendo a sus oyentes que realmente eran atacados por unos seres extraterrestres que habían invadido la Tierra. Como respuesta a la formidable manipulación realizada sobre las masas, pasó a ser un hito en el mundo de la comunicación que influiría absolutamente en resaltar el enorme valor de los medios de comunicación y su utilización en el futuro.

El experimento demostró hasta que punto se puede crear una realidad virtual, captada como real por la población. 

La tecnología actual, con medios audiovisuales, además de la tradicional prensa escrita, constituye una formidable industria para poder operar en la sociedad y construir una realidad alternativa, mediante la sugestión y fascinación, creando un mundo imaginario. Máxime, si hubiera un monopolio informativo de alcance global que pudiera utilizar toda la maquinaria al servicio del Poder.

 

Imagen 1: Rakuten Kobo
Imagen 2: TusLibros.com
Imagen 3: Scribd

  • Verónica Rosique. Técnica especialista en Administración y en Informática de Gestión.