Podemos amenaza a Sánchez

Hay que reconocer que Pedro Sánchez hace y deshace a su antojo, según sus intereses personales, en las convocatorias electorales y en la designación de los ministros. Lleva años jugando su particular partida de ajedrez, y consigue sus objetivos.

No ha nombrado ministros ni a Ximo Puig ni a Vara, echando por tierra a los pronosticaban que le iban a ser útiles con cartera ministerial, con su imagen de ganadores electorales en la Comunidad Valenciana y Extremadura aunque no hayan podido gobernar a raíz de los pactos. 

Ni a Ábalos, que tanto hizo en su día por Pedro Sánchez: la gratitud política no figura ente las cualidades de Pedro Sánchez, aunque la salida de Ábalos planteó incógnitas todavía no resueltas. Era previsible que recompensara a María Jesús Montero. Y de paso le quedan cuatro mujeres como vicepresidentas, que es una imagen que le encanta a Sánchez: este dato saldrá a relucir en más de una ocasión, lo veremos.

Personalmente, estaba convencido que Ximo Puig sería ministro, por su capacidad contrastada de negociar y tragar lo que haya que tragar para gobernar –en eso, bastante parecido a Pedro Sánchez, pues gobernó la Comunidad Valenciana con Compromís y Unidas Podemos-, y teniendo en cuenta su facilidad para conectar con los independentistas catalanes, en ese “federalismo” que Puig ha ido preconizando desde hace tiempo.

Aunque Ximo Puig está ahora muy nervioso, al no ser nombrado ministro. Se enfrentó a Pedro Sánchez, y ambos han rehuido el encontronazo en estos años. Pero el dominio del PSPV apunta a Diana Morant, relevo de Ximo Puig. La gandiense, ingeniera de telecomunicaciones, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, es la única representante de los socialisas valencianos en el Gobierno: es un dato, que alumbra elucubraciones más o menos ya consistentes.

El ascenso de Pilar Alegría, ahora ministra de Educación y FP, y portavoz del Gobierno, también ha sido una sorpresa. Ya se ve que la quiere potenciar para sustituir a Javier Lambán. Esta aragonesa, diplomada en Magisterio, ha vivido toda su vida a expensas de la política: nada de eso le importa a Pedro Sánchez, pues para él la experiencia y valía profesional contrastadas no cuentan, empezando por él mismo. Cuentan las argucias políticas, el control por encima del buen trabajo profesional contrastado y reconocido. Mayte Pérez, la portavoz de los socialistas en las Cortes de Aragón, ya sabe quién es su rival para sustituir a Javier Lambán.

Algunos preveían que reduciría ministerios, por aquello de una imagen algo austera, que en el inconsciente hispano compensara un poco los gastos del Falcon y otros muchos de mayor entidad. No ha sido así: ve más rentable políticamente contentar a muchos como ministros, para aguantar y previendo pasos que solamente Pedro Sánchez tiene en la cabeza.

Soy de los que pensaban que, por frenar a Pablo Iglesias, podía nombrar ministra a Irene Montero, aunque en otra cartera, y contentar a Ione Belarra. No ha sido así tampoco.

Ante tantos fallos de previsión por parte de casi todos nosotros, la guerra que han declarado Ione Belarra e Irene Montero seguro que, entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, lo preveían, y tendrán sus propios planes.

El espacio de la izquierda del socialismo anda en juego. Si Sumar (Yolanda Díaz) sigue fagocitando –como parece-, las amenazas de Ione Belarra e Irene Montero, pueden quedarse en unas amenazas poco consistentes, pero lo evidente es que van a intentar “dar guerra”, tengan o no éxito.

Intentarán influir en las iniciativas legislativas con sus 5 escaños. Y está Pablo Iglesias que ha venido amenazando también.

“Ahora se van a dar cuenta de que era mejor tenernos dentro del Gobierno”, han dicho. Y era mi opinión: controlarlas a cambio de alguna poltrona, pensando en cómo anula Pedro Sánchez en ocasiones a quien puede incordiarle.

Sánchez tiene tantos pozos en la legislatura, minas, que las amenazas de Podemos no son las que más le preocupan… por ahora. Vamos a ver qué capacidad tienen de incordiar Ione e Irene, vamos a ver próximas convocatorias electorales. Esta montaña rusa acaba de empezar, y parece que no se hacen prisioneros.

  • Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
    Escribe, también, en su web personal.