Solo los ricos no necesitan patria

Es posible un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, una nueva luz.

Solo los ricos no necesitan patria.

¿Sería posible ser, por fin, nada más y nada menos que españoles, una nación unida, fuerte, decidida, valiente, firme, libre de cuestionamientos inútiles, de pérdidas de tiempo, de esfuerzos improductivos, de tragedias inútiles?. 

¿Sería posible que por fin estuviéramos todos juntos, de pie, hombro con hombro, reclamando al mundo lo que nos corresponde?. 

¿Sería posible que nos pusiéramos por una vez de acuerdo y que nos reconociéramos de una vez como vecinos, hermanos, parientes, compatriotas, conciudadanos, como españoles todos, sin más?. 

¿Sería posible, por fin, enterrar y olvidar, para siempre, las antiguas guerras de los abuelos y no volver a discutir ni hablar más de lo que, vergonzosamente, ocurrió hace un siglo?. 

¿Sería posible mirar el futuro, y trabajar sin más, haciendo lo necesario para que este fuera los más brillante posible, por nosotros y por nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos?. 

¿Sería posible hacer un frente común a los desafíos tecnológicos que nos atemorizan, no olvidando nuestras raíces, nuestros principios cristianos, nuestro humanismo, anteponiéndolo y derrotando el despiadado principio de la eficiencia económica?. 

¿Sería posible deshacernos políticamente de aquellos que defienden otros intereses contrarios a los españoles, aquellos que se venden a los poderosos, y no permiten que esto sea posible, generándonos problemas, turbulencias, impedimentos, dificultades; simplemente no votándoles y dejando que desaparezcan, ninguneados por la gente?. 

¿Sería posible encarar un nuevo futuro, como hombres libres, poderosos, sin lavados de celebros, libres de falsas creencias artificiales, libre de ingenierías sociales, libres de falsas imposiciones, con sencillez y naturalidad, simplemente?. 

¿Sería posible crecer demográficamente de nuevo, fomentado las familias, creando un futuro para nuestros hijos, de españoles que viven en su casa, y no tienen necesidad de emigrar a ninguna parte?.

¿Sería posible defender nuestros intereses nacionales con eficacia, dejando la inutilidad, inoperancia, negligencia y dejadez como cosas del pasado?.

¿Sería posible que fuéramos de nuevo una gran nación, admiración del mundo por su fuerza, bravura, valentía y tenacidad?. 

¿Y así, sería posible que nuevamente nos respetáramos y nos hiciéramos respetar en el contexto mundial?. 

¿Sería posible, de una vez, enfrentarnos a las organizaciones supranacionales que sólo se han preocupado en destruirnos y humillarnos, trayéndonos sólo ruina y miseria?. 

El domingo, esto es posible, ya sabes a quien voxtar. 

  • José Manuel Millet Frasquet es abogado.