El arte de enseñar a esperar
-¿A dónde vas a estas horas?, le preguntaron una amiga en la calle, a las nueve menos cuarto de la noche, un viernes.
-“Al Corte Inglés, a comprar pilas para el ratón del ordenador de mi hijo“
-“¿Y has salido de casa sólo para eso?
-“Hija, es que lleva una hora dando la murga, y ya con tal de no oírla…”