LOS SABIOS DE IRUÑA-VELEIA y el indefenso blavero

En el 2006, cerca de Vitoria, el arqueólogo vitoriano Zubillaga descubrió unas cerámicas que se remontaban hasta el siglo III. Las inscripciones en euskera y latín eran acompañadas de imágenes insólitas, como el Calvario. Con este hallazgo se adelantaba en más de 500 años la aparición del vasco como lengua escrita, con lo que las Glosas Emilianenses del s. X pasaban a ser anecdóticas; de igual modo que desterraba la hipótesis de la vasconización tardía. No voy a ocupar más espacio en la descripción de aquel hallazgo que asombró a filólogos, arqueólogos y demás sabios acabados en -logos. A mí, desde que era estudiante, me apasionó la cultura de los hititas, griegos, etruscos, cristianos primitivos…, y había leído por placer los múltiples tomos del fabuloso Summa Artis (llamado Summa Disparatis por los envidiosos); así que, intuitivamente, al observar las inscripciones de Iruña-Veleia sólo me vino a la mente una certeza: eran elementales mamarrachos del nacionalismo lingüístico vasco y, además, realizados por algún zote, pues a la lengua vasca no le hacía falta ningún apoyo gráfico para aumentar su grandiosidad y singularismo. Nadie puede discutir al pueblo vasco su fabuloso tesoro idiomático. Ha pasado el tiempo y, en junio de 2020, la condena al arqueólogo Gil Zubillaga confirma que sólo eran mamarrachos del nacionalismo chusquero:

«El descubrimiento que iba a reescribir parte de la historia ha quedado como un gran fraude. La Audiencia de Álava ha condenado al antiguo director del yacimiento de Iruña-Veleia, Eliseo Gil (Zubillaga)… por un delito continuado de falsedad documental y otro de estafa tras considerar acreditado que falsearon los hallazgos de los grafitos encontrados en el enclave romano situado a 10 kilómetros de Vitoria, unos “descubrimientos” presentados a bombo y platillo que cambiaban el origen del euskera y adelantaban en tres siglos la primera representación del Calvario de Cristo, convirtiéndola en la más antigua de la historia» (La Vanguardia, País Vasco 10/06/2020)

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Fue una estafa y era evidente. De forma paródica, pues la falsificación de Iruña-Veleia no requería otro nivel, publiqué en Las Provincias (08/01/2009) el artículo ‘Morcillas y coloquios de Tortosa‘, que provocó la ira de talibanes nacionalistas. Lo curioso es que al ataque se incorporó el fascismo expansionista catalán, aunque usando el español para poder entenderse vascos y catalanes. Bajo seudónimos, los insultos de todo tipo unían el supuesto cientifismo de los defensores de los mamarrachos de Iruña con soeces descalificaciones tabernarias.

Aparte del insulto, el fascismo nacionalista emplea magistralmente el ostracismo contra el disidente. Así me sucedió con las ‘Regles d’Esquivar vocables‘, una buena falsificación del millonario erudito Jaume Massó con la que pretendía remontar la utópica ‘Unitat de la llengua’ al año 1492. Yo denuncié esta falsedad en un opúsculo1 que, inteligentemente, los catalanistas optaron por el método nazi de ignorar la obra y al oponente cultural. Pero, hasta la fecha, ningún filólogo catalán o catalanista ha logrado justificar los múltiples anacronismos y lagunas que demuestran que fue un fraude perpetrado hacia el 1930, presentado a toda orquesta para apoyar las catalanas Normes de Castelló en 1932.

Aquí no hay quien levante un dedo contra la gestapo del catalanazismo que controla nuestras vidas desde la guardería. Así, cuando di a conocer el origen castellano de la leyenda que atribuía las barras de sangre «catalanas» a Wifredo el Velloso, nadie de la prensa nacional se dignó dar la noticia; aunque echaron fuego las rotativas de los diarios El País y El Mundo cuando, ¡10 años después!, Martí de Riquer proclamó que había descubierto lo mismo y en el mismo incunable de Ferrán Mexía que yo había dado a conocer en el diario Información de Alicante el 11 de julio de 1989. Hoy, los de la Wiquipedia silencian mi nombre y atribuyen el hallazgo al catalán Martí de Riquer.

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Para el fascismo expansionista catalán supone un triunfo la total descalificación de los valencianos que, despectivamente, llaman «blaveros»; de ahí que un descubrimiento como el citado no pueda atribuirse a este estamento considerado inhumano; igual que sucedía en la Alemania nazi, cuando se ocultaba cualquier hecho intelectual que pudiera atribuirse a un judío. Sorprendido por el hurto del descubrimiento, publiqué el artículo «Martí de Riquer ¿Me ha copiado usted?» (Diario de Valencia, 06/11/2000), que no obtuvo respuesta del ilustre plagiador.

Volverá a suceder. Igual que han silenciado a quién descubrió el origen castellano de la leyenda de Wifredo, redescubierta por un descuidero barcelonés 10 años más tarde, dentro de otra década aparecerá con grandes titulares en El País, El Mundo o ABC la gran noticia cultural: «Un erudito catalán ha descubierto que la considerada primera gramática catalana, Les Regles d’esquivar vocables, es una falsificación realizada por Jaume Massó en el año 1930″. Callarán que la denuncia la hizo un blavero en dos artículos del Diario de Valencia: ‘El canto del perejil’, 27 de enero y 5 de febrero del 2001. Así actúa el fascismo expansionista catalán, y los cobardes periodistas que se arrastran tras la mezquina política de premiar la sumisión colaboracionista.

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Los tolerantes de Iruña-Veleia

Todavía culebrean por la red algunos de los comentarios sobre mi artículo «Morcillas y coloquis de Tortosa», referente a las inscripciones en vasco de Iruña-Veleia. No sé qué opinarán ahora en junio de 2020, tras la condena por la Justicia del arqueólogo Zubillaga. En 2009, según vemos, me llamaron hasta «chuloputas» que opinaba desde «puticlús de carretera». Lo siento, pero tengo la manía de observar de primera mano sobre lo que opino, sea la manipulada cerámica «vasca», el incunable de Ferrán Mexía de la Bib. de la Univ. de Valencia o, en el caso de «Les regles», en el mismo archivo de la Catedral de Gerona. Para ello me desplacé desde Alicante y, de verdad, aquello no era un puticlub, sino un lugar acogedor bajo la custodia de un archivero catalán que no podía ser más educado, preparado y amable. Por suerte, la mayoría de vascos y catalanes son personas magníficas.

1 García Moya, R.: Regles d’esquivar vocables. Nacionalismo y lexicografía, 2014.

https://clubjaimeprimero.org/content/regles-desquivar-vocables-en-pd

  • Ricart Garcia Moya es Llicenciat en Belles Arts, historiador i Catedràtic d'Institut de Bachillerat en Alacant.