Con la llegada de las fiestas navideñas, la solidaridad llama a nuestras puertas. Se puede escuchar esa llamada, o hacerse el remolón o el despistado. Lo más frecuente es que se remueva en todos las necesidades de los demás, a veces muy cerca de nosotros. Cerca o lejos, tenemos la convicción de que hay muchas personas más necesitadas que nosotros, aunque pasemos por apuros. Muchos hogares en Castellón necesitan ayuda económica, y lo sabemos. Lo que sucede es que, con el ajetreo de estas fiestas, se puede perder la perspectiva de la solidaridad, dejándonos llevar por la superficialidad, y también por una abundancia e incluso derroche que debería hacernos reflexionar.
Navidad es, especialmente, tiempo de solidaridad, y de ejercerla materialmente, no sólo con una mera compasión. En ocasiones nos gustaría ayudar económicamente, pero el cauce concreto nos ofrece dudas, por su complejidad o por falta de conocimiento de las necesidades básicas de miles de familias.
No es el caso de Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón. Lleva a cabo, como en toda España, una labor encomiable de ayuda a hogares y personas necesitadas, siendo la realidad muy superior a lo que se publica. Cáritas siempre está al lado del necesitado, y moviliza recursos económicos para lograr la gran labor social que, año tras año, realiza. Cáritas materializa las virtudes cristianas de dar y darse. Dar un poco de lo que nos sobra no tiene mucho mérito, pero puede iniciar dar de lo “necesario” y darse.
En Cáritas se anima a ayudar no solamente con lo que apenas nos supone esfuerzo, sino a plantearnos incluso lo que consideramos necesario, y que muchas veces no lo es tanto, sobre todo si se analizan las carencias de tantas familias. Leí hace tiempo que unas señoras que desempeñaban tareas caritativas preguntaron a un chico, casi desnudo, si tenía frío: el chaval les contestó con la pregunta de si ellas tenían frío en la cara, y apostilló afirmando que para él todo era cara. Gran enseñanza, real, de un chaval.
Conozco a algunas personas que desempeñan tareas en Cáritas Diocesana, y son un ejemplo, también algunos colegas que aportan su experiencia en medios de comunicación para hacer llegar la labor que hace Cáritas, conscientes todos de que vemos una parte, como sucede con los iceberg, que se ve una mínima parte. Aportar a una entidad que nos ofrezca garantías es del máximo interés, y animo a ayudar a Cáritas un año más en esta campaña de Navidad, realizando aportaciones económicas a través del Bizum 05921 o en la web caritas-sc.org. Estaremos más contentos en Navidad.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.