Hace ya tiempo que muchas personas, de diversos ámbitos profesionales y no solamente psicólogos o psiquiatras, se asombran de la personalidad de Pedro Sánchez.
Arturo Pérez-Reverte, por su experiencia profesional y habiendo conocido lugares y personas muy distintos, está asombrado con el presidente del Gobierno. Cuando Pedro Sánchez afirmó a primeros de mes que, para él, Ábalos era “un gran desconocido”, Pérez-Reverte en un tuit expresó sintéticamente: “¿es fascinante o no es fascinante?”.
Analizar la personalidad de Sánchez se está convirtiendo en un modo de resumir su actitud y tropelías, que superan en mucho lo que hemos conocido en España. Dispuesto a todo con el único fin de gobernar. Chantajes y cesiones no le importan. Ha hecho de la mentira su libro de cabecera.
Ante los casos de corrupción y acosos sexuales por parte de socialistas, que se han conocido muchos de ellos en los últimos días, Sánchez llegó a decir en un momento que lo asumía “en primera persona”.
¿Qué significa eso, acaso dimitir, tomar medidas? No se sabe, porque sigue con la intención de agotar la legislatura y nadie dimite. ¿Qué significa? Misterio, que solo se resuelve acudiendo a su itinerario falso y torticero, apoyado por unos partidos políticos que le han exprimido, les exprimen y exprimirán, con una responsabilidad similar a la de Pedro Sánchez.
Estamos en medio de un circo político como nunca lo hemos vivido. Dice que no convoca elecciones para que no gobierne la ultraderecha, por lo que está afirmando que las encuestas de Tezanos son más que mentiras continuadas, pues dan vencedor holgadamente al PSOE.
PNV, Coalición Canaria, Sumar, ERC, Junts, Bildu y BNG ¿van a hacer algo, además de gestos y palabras que provocan hilaridad, como ver a Yolanda Díaz exigiendo cambios, en vez de dimitir todos los ministros de Sumar y provocar una crisis real? ¿Y el PSOE qué hace ante tantos desmanes de Pedro Sánchez?
Desde luego, los socialistas saben muy bien el desastre que ha ocasionado Sánchez, pero saben que han de moverse con mucha cautela, porque Sánchez no perdona ni una crítica ni sombra. De los que le criticaban, ya vimos cómo hizo el cambio de Ximo Puig por Diana Morant, de Javier Lambán por Pilar Alegría, y solo le tose Emiliano García-Page, por ahora.
¿Cuál es la personalidad de Pedro Sánchez? Algunos le consideran un PSICÓPATA. Supone un trastorno de personalidad caracterizado por la ausencia de empatía, falta de remordimiento, manipulación y engaño, egocentrismo extremo, insensibilidad emocional y responsabilidad nula por sus actos. Un psicópata a los mandos del país. Asusta, a la vez que duele por el enorme daño que está provocando a España.
Piensa en sí mismo y en conservar la poltrona de la Moncloa: esos son sus “principios”.
Para conservar el poder, recurrirá a lo que haga falta. Si se le desaloja del poder, es capaz de volver. Estamos ante un gobernante de personalidad enfermiza, peligrosa.
Desde un ángulo psíquico o psiquiátrico, hace tiempo ya que se le consideraba un nar NARCISISTA de libro, que va bastante unido a la paranoia. El narcisista es la persona que está feliz de haberse conocido a sí mismo, todo lo hace bien, se recrea ante el espejo una y otra vez. Un narcisista antisocial, se ha llegado a decir, que no escucha a nadie y sólo resuena en sus oídos lo que se dice a sí mismo. Tiene sordera integral.
El narcisismo toma su nombre del mito griego de Narciso, quien se enamoró de su propia imagen reflejada en el agua, y cayó al intentar besarla muriendo así ahogado.
He indagado sobre el narcisismo. Incluso existe un NARCISISMO MALIGNO. Este último incluye características comórbidas de otros trastornos de la personalidad y, por lo tanto, consiste en una gama más amplia de síntomas que el narcisismo patológico, que puede incluir una personalidad antisocial, paranoide y sádica, guiándose por los propios deseos sin remordimiento. ¿Le suena?
Su personalidad es peligrosa, como estamos comprobando. Puede tener tratamiento y mejora, pero que, por favor, sea sin ser presidente del Gobierno. Hace mucho daño.
No sé si son conscientes las mujeres de la crueldad con que está tratando el acoso sexual a las mujeres por líderes de su partido, La palabra “puteros” ya es utilizada en hemiciclos y medios de comunicación. El PSOE con Sánchez no puede decir que es feminista: se ha maltratado a las mujeres, y el voto femenino va a cambiar de acera, o se abstendrá. Produce vómitos lo que está sucediendo.
Sánchez tiene rasgos paranoicos y narcisistas, y eso hace que no se vaya. A Sánchez ha de echarlo el propio PSOE –por su propio bien como partido– o los partidos que le sostienen. Esperar una cuestión de confianza, una dimisión o unas elecciones anticipadas es, simplemente, angelical, ante un auténtico “caballo de Troya” que ha penetrado en nuestra democracia española, imponiendo una dictadura que borra toda crítica. Y algún líder socialista ha hablado de “pucherazo” en las primarias del PSOE.
Un psicópata y narcisista saca nuevas cartas en su baraja. No se desanima, porque se siente fuerte. Es más: ahora tal vez está en una fase más peligrosa todavía y es la de poner las bases para provocar una paranoia colectiva en España que se podría resumir en un “síndrome de trastorno por Vox”. Intentar que la sociedad se eche en brazos de Sánchez inventando rasgos cavernícolas en Vox, en vez de respetarle como partido.
Intentará que salten casos de corrupción y abusos en otros partidos políticos, para hacer ver que los abusos son estructurales, y el PSOE no tiene tanta culpa como parece. Intentará vender que Vox encarna el antifeminismo y el totalitarismo. Intentará subrayar que el PP está en manos de Vox. Intentará todo. Hay que estar preparados. Desde luego, no es país para ingenuos ni cobardes. Que Sánchez lo logre o no depende de todos.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.
