Casi 30.000 hectáreas quemadas en la comarca castellonense del Alto Palancia, con el municipio de Bejís en el epicentro, y el ya famoso “tren al infierno”. Se dan avisos, muy razonables, de que no acudan ciudadanos a hacerse fotos, porque es peligroso y dificultan las tareas de extinción total.
En ese contexto, Pedro Sánchez se presenta en esa zona el pasado lunes, 22 de agosto, y con él todo el cortejo de asesores y cargos que le suelen acompañar, además de los cargos socialistas valencianos que querían también salir en la foto, como el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, o el presidente de la Diputación castellonense, José Martí.
Lo comentaba un miembro de ese “cortejo”: “decimos que no vengan a hacerse fotos, y aquí estamos haciendo eso mismo, no sé si es lo más adecuado y si esto da votos o no”.
Pedro Sánchez, como la práctica totalidad de los políticos, lo mide todo en votos, y más ahora que se avecinan unas cruciales elecciones autonómicas y municipales, dentro de nueves meses, que se presentan como preámbulo más que interesante de las elecciones generales.
Parece ser que Pedro Sánchez, el PSOE en su conjunto, está dispuesto a un coste electoral en una única decisión: pedir el indulto de Juan Antonio Griñán, el ex presidente de la Junta de Andalucía. Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero han dado la señal.
Saben que tendrá un coste electoral. La pregunta es por qué esta excepción, que repugna a la mayoría de los españoles. Hay quien apunta una respuesta: tal vez es el precio de que Griñán o “alguien” no tire de la manta, el precio de un chantaje, el precio de un silencio.
Pedro Sánchez pidió el lunes que no se use en la confrontación política el caso del tren que se adentraba de lleno en el incendio, y que la profesionalidad de Sonia, la maquinista aragonesa, evitó una tragedia.
Aunque hay dos investigaciones abiertas, la maquinista fue la primera que avisó a Adif de lo que estaba pasando. Es un error muy grave, y desde luego hay que aclararlo. Parece que se está intentando salvar responsabilidades políticas, cargos responsables de una emergencia como fue ese incendio devastador. Debe saberse todo y conocer de quién fue la omisión e irresponsabilidad: eso no es utilizar el dolor en el debate político, sino no tener miedo a la verdad.
Coincidiendo con la visita de Pedro Sánchez a esa zona de Castellón, Ximo Puig afirmó que hay que “mirar hacia adelante”. En unos tiempos en que está de moda hablar, por ejemplo, de la “economía circular”, de la interacción de los factores, de la influencia global, en este caso se habla de no buscar relaciones, sino mirar hacia adelante.
Vuelve a sonar como un intento de salvar a alguien de las responsabilidades derivadas de lo que sucedió en Bejís, por no hablar de los alcaldes de la zona que, hace tiempo, habían pedido la limpieza de los montes, e incluso los aledaños a las vías del tren.
Cada entidad y persona ha de mirar hacia atrás, no hacia adelante como dice Ximo Puig, sacar conclusiones y rectificar. Si no se mira hacia atrás, no se aprende, y en la política anti-incendios abundan los lamentos y pérdidas anuales, pero falta previsión responsable, con medios y partidas presupuestarias ajustadas a las necesidades.
Mejor dicho: muy de acuerdo en mirar hacia adelante… pero mirando hacia atrás primero. Caiga quien caiga. Esa foto de encontrar a los culpables es la que quieren los ciudadanos, no a Pedro Sánchez y Ximo Puig pisoteando una zona calcinada.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.