La motivación

Los deseos de nuestras vidas forman una cadena cuyos eslabones son las esperanzas y las realidades” (SÉNECA)

Decía en otra ocasión sobre valoraciones personales de “Derechos y Deberes” fundamentales del ser humano, nos daba la sensación que estábamos dando como Nación la imagen de un país lleno de derechos y bastante vacío de deberes, poco edificante en lo moral, con una corrupción galopante pública y privada en todos los niveles sociales, y con una sociedad con deberes en baja y derechos al alza.

En efecto, las acciones y decisiones que tomamos en nuestras vidas están subordinadas a “motivaciones” que en uno u otro sentido o en ambas a la vez son el origen de nuestra fortaleza moral al desembocan en la práctica diaria nuestros propósitos. Si solo son derechos de nuestro ego nos llevan al “egoísmo”, o si solo deberes compartidos, a la “filantropía” con los demás. Los derechos y deberes deben de ir siempre juntos y en sintonía, tiene que haber un equilibrio entre ellos. Decía GANDHI: “Todo derecho que no lleve consigo un deber, no merece que se luche para defenderlo”. Los derechos y deberes son como las piernas de una persona que si le falta cualquiera de ellas es coja y fácilmente se desequilibra al andar por su camino, y cae.

Generalmente parte de nuestra sociedad parece con frecuencia “desmotivada” en el cumplimiento de sus deberes y obligaciones. Así nos encontramos con una práctica política que es incapaz de formar gobierno durante un año. Con unos dirigentes poco “motivados” en su función, que piensan y actúan más en su egoísmo personal y de partido que en el bien común de España. Con el agravante añadido que algunos se odian entre si y dicen ¡No! ¡No! y ¡No! a todos los intentos de dialogo y soluciones que plantean los demás, demostrando claramente su incapacidad para dirigir este Pais y lo peor de todo es que sus “compadres” les siguen con una disciplina, obediencia y subordinación “encomiables”, más propias de una unidad militar que de un partido político, lógicamente antagónicas y que “nadie comparte ni entiende”.

motivacionMuchos sentimos que en este último año nos encontramos cansados. No sabemos si es por la pesadez de tantas elecciones, por el espectáculo que estamos dando al mundo o por “martilleo” de los medios, en especial con Europa que nos mira sorprendida, aturdida y preocupada al añadir al conjunto de sus países más problemas ¡por si tuvieran pocos! tan tontos, bobos y de tan fácil solución que todos los resuelven con eficacia, rapidez y prontitud, menos nosotros.

La “motivación” es un deseo que nos empuja a determinar la existencia de una idea para practicarla, o la manera de actuar de una persona con tesón y defensa de esa idea de dialogo hacia el bien común. Este deseo no es solo patrimonio individual o colectivo de un grupo concreto sino es más bien universal. Así, podría ser propio de Dirigentes y Políticos, como también de Empresarios y Sindicatos, de Instituciones y Organizaciones del Estado, de Profesionales y Trabajadores, de las Familias, de los Ancianos, de los Jóvenes…

De todos ellos y de sus “motivaciones”, como de las resultantes de sus acciones concretas diarias se podrían escribir infinidad de libros por los entendidos en materias como estas que componen el actual entramado social que nos ha tocado vivir. Lo dejo para los “barones”, sociólogos psicólogos y también “psiquiatras”. Personalmente me siento incapaz y me inhibo por escaso tiempo que dispongo, espacio limitado y poca preparación por mi parte para escribir sobre ellos. No obstante paso a comentar algunos rasgos reales de esa “motivación” que mueven a personas a vivir sus vidas, por aquello de estar más próximo a ellas y por supuesto con toda libertad, respeto y tolerancia hacia las mismas.

Cierto profesor de jóvenes adolescentes me comentaba que el principal problema que se encontraba con sus alumnos era “que los encontraba desmotivados”. Adolecían de poca concentración e interés por el estudio y conocimientos, huían del esfuerzo personal y abusaban a todas horas de los medios electrónicos, como Tabletas, Móviles, Internet, Juegos… (Los balones, bicicletas y deportes en general los tienen –salvo raras excepciones- guardados en el baúl o en el trastero) También tienen cubiertas todas sus necesidades, estímulos y caprichos por sus padres en exceso. Posiblemente me decía que la solución sería estimular su motivación paulatinamente por Padres y Maestros en sentido contrario; es decir, valorando más la concienciación y necesidad del esfuerzo, usando mejor el tiempo con los medios y juegos electrónicos, más actividad deportiva, tener los caprichos estrictamente necesarios y vigilar más el control del dinero para gastos personales -mejor por defecto que por exceso- entre otros.

Hace unos días hablando con un amigo sobre la corrupción en nuestra sociedad coincidíamos que tenía lugar en todos los estamentos oficiales, sociales y particulares; por concretar más, no era exclusiva solo de políticos y dirigentes, ni tampoco generalizada. La corrupción es parte de la miseria humana y no de la ideología de los partidos o de las instituciones. En esa miseria humana –como decía- entramos todos, Empresarios, Profesionales, Banqueros, Padres de familia, Promotores, Constructores, Trabajadores…

También acentuábamos claramente mi amigo y yo, que en esta corrupción que nos “pringa” como el chapapote, es más importante y grave la cantidad de miles de millones de euros que “vuelan” y que nadie devuelve, que el “número” de personas corruptas, evidentemente bajas respecto al conjunto de la población. Finalmente destacábamos que gracias a esa gran mayoría de “no corruptos”, de su “motivación” y deseo, de su bondad y fortaleza, nuestro país sigue en pie luchando hacia adelante, uniendo los eslabones de sus esperanzas y realidades para formar esas cadenas de unas vidas futuras, mejores y dignas, como decía SÉNECA, en cabecera y que otros intentan romper.

  • Juan Urios Ten es Coronel del Ejército y escritor