Neoliberalismo y Neofascismo

En una sociedad que pretende destruir las humanidades, la historia, la capacidad de pensar y reflexionar, donde no se permite ninguna revisión histórica, y que en cambio, si se impone por decreto una supuesta y parcial “Ley de Memoria Histórica”; que intenta animalizar a su “masa sucia” a costa de amputar cualquier fuga intelectual y espiritual, reduciéndola a una especie de ganado dócil al que sólo se le intenta enseñar a odiar al que molesta, y del que han conseguido que ya tan sólo sienta y no piense; y al que se obliga a vivir en una realidad en la que, una a una, se han ido destruyendo todas las instituciones que podían dar certidumbre y seguridad a la persona, convirtiendo a la humanidad en la “sociedad líquida” que pronosticó Bauman, y a su clase media en el “precariado”, una nueva clase social caracterizada por la inestabilidad, la zozobra y la angustia.

Una sociedad a la que se le imponen unos clichés que se esfuerzan en inculcarnos desde la más tierna infancia, de forma insistente y repetitiva, enseñándonos que sólo hay dos sistemas, el demócrata y el fascista; pues el comunista al parecer fue una especie de nebulosa que o bien no existió o no provocó víctimas, y si lo hizo, es demasiado evidente que estas debían de estar justificadas, según el relato de la historia sesgada, parcial y absolutamente tendenciosa que podemos encontrar en los canales de televisión; único medio al que suele acceder el ciudadano normal, ansioso de recargar su disco duro personal a base de odios y prejuicios basados en la posverdad.

Sin embargo, según una reciente definición publicada recientemente en El País, periódico que no se caracteriza tampoco precisamente por su imparcialidad, como todo el mundo sabe, el FASCISMO POSMODERNO es la tentativa de plegar el mundo entero a la lógica de mercado y de someter a todo aquel que intente fugarse.

Aceptando dicha definición como buena, y siguiendo el cliché antes citado, lo lógico sería detectar a aquellos actores o sujetos que activamente participan en esa tentativa de dominio y en qué grado.

En este sentido, es conocido que, a pesar del secretismo en sus decisiones, los grandes dominadores han conformado y creado un famosísimo Club, en el que se reúnen periódicamente para decidir sobre su agenda de dominio global. Los invitados saben que participar en el mismo es garantía de éxito personal y que solo con estar, el poder, los bienes y riquezas les serán propicios hasta grado sumo, merced a su complicidad con dichos planes globalistas y como retribución a su ayuda en su implementación.

No es un secreto que el citado club, sobre el cual se han escrito ya “best sellers”, como el de Daniel Stulin o la casi decena de libros escrita por Maria Martin Jimenez, se ha reunido recientemente, teniendo como invitados de honor al Sr. Casado (PP) y a la Sra. Arrimadas (Cs).

Tampoco es ningún secreto que nuestro actual presidente del gobierno, Sr. Sanchez, estuvo como invitado ya en 2015, siendo actualmente el líder supremo que guía los destinos de nuestro país, y que es conocido, sobre todo, por su pasión en la ímproba tarea de desenterrar cadáveres centenarios, mayormente.

Quizás, para el lector avisado, sobran las palabras para dar al traste con la falsedad que esconde la teatralización que sufrimos en la vida política española; su argumentario barato, infantil y vacío de contenido; la hipocresía y lo artificial de sus planteamientos; pues resulta demasiado evidente que la conclusión que de todo ello podemos extraer es que los calificativos están errados, y los que se dicen demócratas, lejos de serlo en realidad, solo son servidores fieles de esa maquinaria totalitaria y fascista que antes hemos citado, y, al revés, los que ellos insultan, estigmatizan, atacan, menosprecian e incluso odian, serían precisamente los únicos disidentes de esa estrategia global de plegar el mundo entero a su lógica de mercado global.

Engaño y falsedad totalmente lógico y coherente, si tenemos en cuenta el principio en el que se sustenta cierto servicio secreto extranjero: “mediante el engaño harás la guerra”.

Engaños, montañas de dinero, mentiras y poder. Nada nuevo bajo el sol.

  • José Manuel Millet Frasquet es abogado.