Que esta UE se ha construido pensando únicamente en los intereses de las grandes corporaciones y multinacionales es algo que hoy en día saben hasta los gatos. Y que Holanda (distribución y ventas), Alemania (fábricas) y Luxemburgo, como el nidito de amor mundial de los Grandes Defraudadores y los maravillosos Paraísos Fiscales, son los únicos países que se benefician de esto es un hecho también del dominio público.
La consecuencia es que las seis mil multinacionales que operan en Europa y estos países son los únicos que han experimentado una elevación brutal en sus ingresos, mientras se divierten humillando e insultando al resto de países como Francia, España o Italia, tratándolos de retrasados (no hay más que recordar aquello de los pigs).
A título de ejemplo, Holanda es el primer exportador de cítricos del mundo sin tener una sola hanegada cultivada en su territorio. Esto nos puede dar una idea de cómo va el tema, evidentemente, bastante mal.
La última noticia es que la UE se debate entre permitir que se sepa lo que ganan esas multinacionales o no hacerlo. Y también entre que éstas paguen impuestos o no. La misma existencia de este debate debería de sonrojar a todos los eurodiputados, si no estuvieran tan ocupados gastando los sueldos millonarios que cobran entre restaurantes de la guía Michelín, campos de golf y yates fondeados en las islas griegas.
No es ninguna broma. El último presidente de la Comisión Europea, el Sr. Juncker, retirado ya gozosamente en alguno de los paraísos fiscales que él mismo construyó con tanto ahínco, estuvo como veinte años ocupando los puestos de más relevancia en le UE fundamentalmente gracias al reconocido sistema de defraudación Juncker, que no es una marca de calderas, sino un sistema pensado sólo para multinacionales, abstenerse autónomos y pequeñas empresas.
Es otro hecho que estas seis mil grandes corporaciones, entendiendo por tales empresas las que producen fuera de Europa y luego venden dentro y cuyos beneficios anuales superan los 750 millones de dólares cada una, ya saben, aproximadamente como cualquier familia media española, se han ido quedando con todo el mercado, consiguiendo precarizar hasta niveles de miseria la vida normal; logrando que cerraran pequeñas explotaciones agrarias, tiendas de todo tipo, toda modalidad de pequeño comercio, restaurantes…..y en una situación en el que todo el negocio se está concentrando en las manos de sólo ese 1% de la sociedad, condenando a la ruina al 99% restante; en un contexto, además, en el que se ha hecho todo lo posible por destruir a la familia, la religión, el mundo laboral, en el que se pretende, con demasiada evidencia, la degradación de la vida humana; en parte con el falso pretexto de un ecologismo mal entendido y exagerado, asustando y atemorizando a una población sometida a unos mass media en manos de siempre los mismos; pues bien, al parecer ha surgido el escándalo cuando se ha propuesto que estas seis mil multinacionales paguen impuestos.
Sin embargo, hay una nueva vuelta de tuerca a la cuestión y en definitiva, era inevitable que alguien acabara planteándola. Hay una propuesta de que ya que esas supersociedades, esas grandes corporaciones, esas multinacionales, se quedan con todo… que paguen la factura. ¿Qué a qué llamamos factura?, por ejemplo, que tal ¿las pensiones?, o los subsidios por desempleo, o por incapacidad, o la sanidad, o la educación, ¿y que tal una renta vitalicia para todo el mundo?. ¿Por qué no?, ya que sólo pueden trabajar ellas no es tan descabellado pensar que puedan, por fin, descargarnos de la maldición bíblica del trabajo, a más de sostener el edificio del estado de bienestar que entre todos levantamos con tanto esfuerzo.
En este orden de cosas, y con este enfoque, surge Piketty, un economista autor de un ensayo de 1.200 folios en el que se llega a esta conclusión final de que se solicita la imposición de un 90% de impuestos sobre los beneficios a los gigantes económicos que hemos citado.
Pues bien, Piketty ha sido ya atacado, no sólo le han llamado rojo, en un contexto en el que sólo parece que exista ya un color, el del dinero, sino que al parecer hay ya volando denuncias por violencia de género, violencia conyugal, violencia doméstica, y demás violencias a la moda, que es, junto con las denuncias de acoso sexual, cómo se ataca hoy día mayormente a todo el mundo que debe de ser atacado, como es de sobra sabido, y si no que se lo pregunten al abogado de Podemos.
En una UE de 514 millones de habitantes, una supuesta democracia, donde se vota… donde la gente decide lo que se ha de hacer….¿que tal si votamos imponer un impuesto del 90% sobre los beneficios a esas 6.000 multinacionales?. Es probable que quizás en ese referéndum consiguiéramos bajar la tasa de abstención… de paso, quizás…elevar, ¿por qué no? el índice de natalidad.