1.- Es un simpático pajarito que inspira ternura. Los biólogos científicamente le llaman charadrius alexandrinus. Mide unos 12 cms de longitud. Tiene unas patitas altas, negras y ágiles. Nidifica en una depresión del suelo que rellena con piedras negras, poniendo entre tres y cuatro huevos que quedan perfectamente mimetizados con el terreno. En algunas zonas está en peligro de extinción, y por ello la OM del nueve de julio del año 1998, con mucha lógica y para mejor protegerlo, lo incluyó en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
2.- Mi situación profesional de responsable de los servicios jurídicos del Servicio Provincial de Costas me permitió conocer a un grupo de ecologistas que ardorosamente protegían a tan frágil e indefenso animalito. Eran –en mi modesta opinión- unas buenas personas que sinceramente luchaban para que nuestro hermoso planeta azul no sufriera tantas agresiones y lesiones. Alguna vez se pasaron de la raya, al llevarnos a los tribunales porque una de nuestras máquinas, que reparaban la mota que protege el Prat de Cabanes para impedir que el agua del mar entrase en el agua había destruido una pequeña planta, según ellos de un alto valor ecológico. Como era de esperar en los tribunales las cosas no llegaron a más.
3.- Nos obligaron a negociar algunos proyectos de restauración de la zona playera llamada La Curva, porque según su versión por allí nidifica el Chortilejo patinegro. Como negociadores eran duros porque estaban convencidos de la hermosa obra que defendían. Y lo cierto es que la supervivencia de tan frágil animalito, en más de una ocasión, nos obligó a modificar los presupuestos de las obras de restauración a favor del Chortilejo patinegro.
4.- Pese a nuestras discrepancias en no pocos problemas puntuales, surgió entre ecologistas y funcionarios una cordial relación. Aprovechándome de esta circunstancia, un día le espeté a uno de aquellos guerreros del ecologismo: “¿Y tú que opinas del aborto?”. Encogiéndose de hombros y sin molestarse por la pregunta, con toda naturalidad me contesto lacónicamente: “Coses de donas, no té mes importancia”. No me esperaba la respuesta. Por sentido común, si importante era proteger al Chortilejo, en una escala de valores racionales mucho más – muchísimo más, infinitamente más- era proteger a un ser humano desde el momento de su concepción.
5.- Comparto con los ecologistas la indignación por tantas lesiones que el hombre le causa a nuestra naturaleza. Pero no comprendo, en algunos de ellos, semejante perversión de valores. Y quizás en esta perversión radique el origen de algunos de los graves problemas que actualmente padece la humanidad. En el año 1956, Nikita Jruschov ante el XX congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, denunció los horribles crímenes cometidos por Stalin. Y en el año 1961, el XXII congreso, condenó oficialmente a Stalin. Muchos, quizás miles y miles de personas, esperamos que algún día no muy lejano, en otro congreso de cualquier izquierda, se condene con la misma rotundidad este genocidio que supone el aborto. Como ya lo ha condenado el ex diputado comunista Giuliano Ferrara.