Ximo Puig ha apaciguado a sus socios de gobierno, afirmando que no contempla el adelanto electoral, y que antes de hacerlo lo hablaría con Compromís y Podemos. Los diversos choques de los socialistas con Compromís tensaron mucho la relación, y en el seno de Compromís se llega a pensar que fueron “provocaciones” del PSPV para justificar un adelanto electoral. Mónica Oltra estaba, y está, alarmada con ciertas decisiones, que le han descolocado. Tanto Ximo Puig como Mónica Oltra son auténticos jugadores de ajedrez, y tienen una notable habilidad para ir cambiando, con una ambición política a prueba de bombas. Puig ha permitido a Podemos que, ya que no está en el Consell, se apunte el tanto de haber logrado cara al exterior una paz en el tripartito, que es ficticia.
Ya a partir de ahora los rumores electorales van a ser continuos, respecto a posible adelanto electoral y sobre candidatos, por no hablar de posibles pactos post-electorales tras las autonómicas de mayo próximo, si es que no se celebran antes.
Isabel Bonig ha reiterado la petición de adelanto electoral, alegando las broncas públicas del Botànic y su caos de gestión, con un Consell más pendiente de sus batallas y su espacio electoral que de resolver los problemas de los ciudadanos. Y acierta cuando enumera entre los problemas la gestión de la sanidad, por ejemplo. Desde luego, el déficit hizo estallar las relaciones entre Compromís y PSPV, y la tensión fue máxima.
No creo que Ximo Puig adelante elecciones, y todo apunta a que se quiere desmarcar de una Mónica Oltra que “no preside, pero gobierna”, a veces relegando a Puig, o simplemente llevando a cabo una política radical –como es el caso de la Consellería de Educación, imponiendo el valenciano y atacando la enseñanza concertada de modo descarado, o ciertos líderes como Enric Morera apoyando a los independentistas catalanes– que no le interesa a Puig para las próximas elecciones. Buscará gestos para presentarse como un presidente que de verdad preside, para ganarse votos que quieren una política más moderada. Y con una clave: poder pactar con Ciudadanos si los números dan tras las elecciones. La tensión con Compromís ha estado calculada. Además, es posible que Pedro Sánchez adelante elecciones si no saca los presupuestos. En ese caso, ¿qué haría Puig, si prevé que le interesa electoralmente hacer coincidir unas autonómicas adelantadas con unas generales adelantadas?
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.