Todavía muchos estamos restregándonos los ojos después de la que la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, acusara al presidente de Mercadona, Juan Roig, de “capitalista despiadado”.

No acusaba a nadie más, solamente a Juan Roig. Tal vez porque es la referencia más cualificada y cuantificada de lo que son capaces los empresarios españoles, creciendo constantemente en beneficio de los españoles, con contratos fijos, cuidando a los clientes, remunerando muy razonablemente, conciliando la vida familiar y la laboral.

Se puede decir que Juan Roig es el polo opuesto a los líderes de Podemos, que en su inmensa mayoría han salido del joven profesorado de la Universidad, jaleando a sus alumnos, sin mucha experiencia laboral –salvo la teórica de su docencia incipiente-, y que no saben lo que es crear puestos de trabajo y dar oxígeno a decenas de miles de familias.

Podemos ha heredado la ideología marxista, sin llamarlo así, para no asustar en exceso. Su populismo, su demagogia, se basa en derribar la excelencia, de cualquier tipo.

Ione Belarra, 35 años, secretaria general de Podemos, es psicóloga. Diputada del Congreso desde 2016: es decir, desde los 28 años vive de y para la política en exclusiva. Por lo que se ve en su currículum, poco curtida en un trabajo profesional exigente, con horario que exija disciplina y cumplimiento. Más años dedicada a la política que a trabajar profesionalmente en materias relacionadas con sus estudios de Psicología. Unos pocos artículos publicados en unas pocas revistas. Interesante contraste, que puede ayudar a comprender su sectarismo y patinazos.

Belarra no es un verso aislado en Podemos. ¿Qué ha hecho, tras las declaraciones de Ione Belarra, Podemos en la Comunidad Valenciana, tierra natal de Juan Roig, y sobre el que hay un sano orgullo entre los valencianos por su capacidad emprendedora, sensata y creadora de trabajo todos los años? Lo expresó el naviero Vicente Boluda, presidente de AVE (Asociación Valenciana de Empresarios) dando voz a los empresarios y a la gran mayoría de los valencianos. Juan Roig ni siquiera ha contestado a la “acusación” de Belarra: discreto e inteligente, bien sabe que no ofende quien quiere, sino quien puede, y Belarra no le merece ni contestación.

¿Cómo se reaccionó en el tripartito valenciano a las palabras de Belarra? Fueron criticadas por el presidente de la Generalitat, el socialista Ximo Puig, y también por la portavoz del Consell y vicepresidenta, Aitana Mas, de Compromís. No así, por el vicepresidente segundo del Ejecutivo valenciano, Héctor Illueca, de Podemos, quien consideró las palabras de su compañera "una descripción muy ajustada de una realidad".

Este martes la portavoz de Podemos –Unidas Podemos-, Pilar Lima, en las Cortes Valencianas ha presentado una Proposición no de Ley (PNL), con carácter de urgencia. En uno de sus puntos pide estudiar “la creación de un tributo que grave los beneficios extraordinarios de las grandes cadenas de distribución alimentaria y grandes supermercados”.

¿A que llaman los podemitas “beneficios extraordinarios”? Es un misterio. Un dato es que Mercadona fue la cadena de supermercados en 2022 que más cuota de mercado ganó situándose por encima del 25% en el sector, a mucha distancia de sus competidores.

“Terriblemente injustas”, dijo Ximo Puig aludiendo a la acusación de Belarra, a la vez que se preguntaba “por qué se atacaba solo a una empresa valenciana”. ¿Qué habrá detrás, además del sectarismo populista?

El pánico en Podemos va en aumento ante las diversas encuestas. Se lo han ganado a pulso. Y piensan que, con estos planteamientos populistas, van a volver a engañar a un electorado que se creyó hace años que iban a cambiar muchas injusticias, y para ello se instalaron en el chalé de Galapagar.

Entre estas palabras de Belarra y la ley del “solo sí es sí” de su compañera de partido, la ministra Irene Montero, estas dos jóvenes e inexpertas políticas están acelerando el hundimiento de Podemos. Ese mérito sí que lo van a tener. Pablo Iglesias y Pablo Echenique, que han anunciado que se plantearán irse de España si Vox entra en el Gobierno tras las próximas elecciones, saben que Belarra y Montero han acelerado su hundimiento.