Hace sólo unas semanas, Ximo Puig se mostraba contrario a que Pedro Sánchez convocara elecciones generales haciéndolas coincidir con las autonómicas el 26 de mayo. Le parecía que era mezclar sin sentido y, en el fondo, temía que las generales tiraran hacia abajo los resultados del PSPV, que Sánchez era un “lastre” para los valencianos.
Sin embargo, al adelantar las generales Sánchez al 28 de abril, Ximo Puig ha cambiado de opinión, le ha parecido que le interesa a él y a su partido hacerlas coincidir, y las ha hecho coincidir. Tal vez le han influido las encuestas del CIS de Tezanos, previendo a nivel estatal que el PSOE va a doblar al PP. Piensa Puig que, con motivo de las generales, va a haber una gran movilización de la izquierda, para evitar que gobiernen PP-Ciudadanos-Vox, pero el 28 de abril coge de lleno el “puente” de San Vicente, que en Valencia se celebra el lunes 29 de abril y es festivo. Además, en estos momentos es difícil saber qué partidos están más movilizados, si los que aspiran a seguir gobernando infundiendo el “temor” de que vuelva a gobernar la derecha, o bien los partidos que desean echar a Sánchez de la Moncloa y a Puig del Palau.
Los políticos revisten sus decisiones, con frecuencia, con argumentos que hacen sonreír. Es evidente que la única razón es que piensa que le interesa a él, pero el lunes argumentó que era poner a los valencianos como “actores de primera fila”, a la vez que equipararse a las comunidades autónomas –Galicia, Cataluña, País Vasco y Andalucía– con el falso calificativo de “históricas”. Sin comentarios.
Puig ha dejado hacer a Mónica Oltra y a Compromís todo lo que han querido en estos cuatro años, que Puig calificaba como “legislatura más que digna”. Ha dejado en manos de Compromís la ideología –pancatalanismo, ataques a la enseñanza concertada, discriminación del castellano en aulas y servicios ciudadanos-, y acertado era el comentario de que “Puig reina pero Oltra gobierna”. La Sanidad ha empeorado en estos cuatro años, de modo evidente. Muchos no opinan que haya sido “digna” esta legislatura, sino parcial y sectaria en muchos aspectos. Ya se comprobará el 28-A
No me creo a Oltra cuando ha afirmado que, en cuatro años, el Consell todo lo ha decidido por unanimidad –extraña afirmación-, salvo adelantar las elecciones, pese a oponerse Oltra. Si hay unanimidad total, no hay pluralismo, sino dictadura. Para no creernos a Puig ni a Oltra, aunque según resulte el 28-A volverán a ponerse de acuerdo para gobernar, eso seguro.
Semanas de alto voltaje político nos esperan.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.