2.4. Ponderación de la actividad regnícola de Jaime II (1291-1327)
El rey Jaime II, el Justo, sucedió a su hermano Alfonso I el Liberal (1285-1291) al morir sin descendencia. Nació en la ciudad de Valencia en 1267 y falleció en Barcelona, en 1327. Hijo de Pedro I el Grande y de Constanza de Sicilia, fue nieto de Jaime I el Conquistador. Gran parte de su infancia transcurrió en Valencia, trasladándose a Sicilia en donde fue rey de 1285 a 1302. En las Cortes de Zaragoza de 1291 fue nombrado Monarca de los territorios peninsulares de la Corona de Aragón. Fue rey de Aragón, de Valencia, de Sicilia, y conde de Barcelona. Obtuvo del papa Bonifacio VIII el título honorífico de Almirante y Capitán General de la Santa Iglesia de Roma y se erigió en protector de la cristiandad en tierras de infieles.
Jaime II tuvo que demostrar su vocación diplomática en las constantes negociaciones y acuerdos firmados, vocación que le llevó a exclamar a su embajador Vidal de Vilanova en la corte romana: “Se diu clarament, en la cort, que mes hic escrivits vos, senyor, tot sol, que entre tots los altres princeps del mon”.
La personalidad del Rey, según Martínez Ferrando, la definen las siguientes cualidades: un abnegado temperamento de trabajo, un sentimiento burgués, su paternalismo, el espíritu democrático reflejado en su afán de administrar justicia y amparar a los más necesitados, su religiosidad, el fervoroso patriotismo, etc. El cronista aragonés J. Zurita afirmó de nuestro monarca que era “rey de mucha igualdad y justificación con sus vasallos”.
Gozó de gran prestigio internacional entre sus coetáneos, como lo corroboran los numerosos elogios que le dedicaron embajadores y emisarios de diversos países: un embajador francés lo saludó como “Príncipe de toda la Cristiandad”, y un emisario alemán le diría que “Su fama se extiende por todo el orbe”. Su propio hermano Federico de Sicilia le dedica las elogiosas siguientes palabras: “Vos a qui Deu tant honrat, que us ha feyt, per dit veritat, lo pus alt home que anc fos en nostre llinatge d’Arago, e que tota Espanya, e encara gran partida del mon, per la gracia de Deu guarda a vos molt”.
Fue el Monarca más internacional de los contemporáneos y el más diplomático de los reyes de la Corona de Aragón (1).
Son muchos los documentos que consignan la intitulación que ostentaba el monarca Jaime II y que reflejan también los territorios en los que ejercía la soberanía y su correspondiente título diplomático. Entre otros, podemos citar, la obra Aureum Opus Privilegiorum Civitatis et Regni Valentie, Aureum Opus de Xàtiva, Privilegios, Órdenes y Donaciones de Pedro III, Alfonso III, Jaime II. Pergaminos en el Archivo Municipal de Valencia y la Col.lecció Documental de la Cancelleria de la Corona d’Aragó (1291-1420).
Las intitulaciones más habituales que aparecen en la documentación seleccionada y que constatan los territorios en los que ostentaba la “potestas regia” reflejan que en 1292 se intitulaba: “Iacobus Dei gracia rex Aragonum, Cicilie, Maioricarum, et Valencia, comes Barchinone” y en 1327 “[J]acobus, Dei gracia rex Aragonum, Valencie, Sardinie et Corsice, comesque Barchinone ac Sancte Romane Ecclesie vexillarius, amirantus et capitaneus generalis” (2).
En política interior el reinado de don Jaime II fue agitado por una serie casi ininterrumpida de conflictos, entre ellos el ocasionado por el decreto que pretendía dar anexionado una parte del Reino de Valencia al de Aragón para acabar con la anarquía reinante en el reinado de su predecesor Alfonso el Liberal.
Jaime II restringió el poder de los nobles, les limitó el poder casi absoluto que ejercían sobre sus vasallos, los sujetó a la ley, y aumentó la autonomía real y las libertades individuales de los súbditos. Algunos “Furs” fueron modificados, reservándose el Monarca el nombramiento de los “consellers” y “jurats”.
De la acción política de su reinado destacamos los siguientes hechos:
a) La ampliación territorial del Reino de Valencia.
Dicho monarca, de carácter moderado y amable, no tuvo la gloria de ver aumentados sus Estados, faltándole la audacia de su abuelo, Jaime I el Conquistador, y de su padre, Pedro I el Grande, pero sí que logró finalizar la reconquista de las tierras valencianas y delimitar los confines meridionales del Reino de Valencia (3).
La conquista y formación del Reino de Valencia se realizó desde las bases de una monarquía que pactaba su poder con las Cortes del Reino y que respetaba la legalidad de los “Furs”.
De la consolidación política y expansión territorial, de los reyes Jaime I, Pedro I el Grande, Alfonso I de Valencia y posteriormente Jaime II, nace la conciencia de pueblo singularizado entre los valencianos, ante las pretensiones anexionistas de nobles aragoneses, e intereses particulares de prohombres catalanes y las rebeliones de los musulmanes.
b) Disolución de la Orden militar de los Templarios y fundación de la Orden de Montesa.
Por sentencia de 4 de febrero de 1312 se ordenó la dispersión de los caballeros del Temple, pudiendo ingresar en otras órdenes monacales. Esta disolución permitió poder disponer al Rey de las rentas procedentes de los bienes de dicha Orden, hasta que se decidió la creación, en 1317, de la nueva Orden militar de Montesa, que recibió los bienes catalanes y valencianos de la extinguida. Con sus lugares, villas y castillos, el rey Jaime II creó el señorío y patrimonio de la Orden de Montesa que estuvo muy enraizada en territorio valenciano y estableció la casa del gran maestre en la población valenciana de Montesa. La Bula pontificia de Juan XXII, que aprobaba la nueva Orden, lleva fecha del 10 de junio de 1317 y recogía que una de las principales funciones que debía desempeñar la Orden de Montesa fuera la defensa de las fronteras del Reino de Valencia ante las posibles incursiones berberiscas (4).
c) Fundación del monasterio de Santa María de la Valldigna
Su fundación se debe al monarca Jaime II y se produjo por una orden de 15 de marzo de 1298. Para formar la comunidad religiosa se asentaron trece monjes procedentes del monasterio de Santes Creus que se instalaron, provisionalmente, mientras se procedía a la construcción de la Valldigna. En el año 1300, Jaime II amplió sus donaciones y en 1301 otorgó el derecho a poseer una casa en los lugares de Valencia, Xàtiva, Alzira y Gandía. Sucesivos reyes contribuyeron a incrementar el patrimonio y los derechos jurisdiccionales de la Valldigna. Cabe citar entre ellos a Alfonso II de Valencia el Benigno, Pedro II de Valencia el Ceremonioso, Juan I el Cazador y de Martín I el Humano.
De esta manera, a lo largo de la Edad Media, el monasterio de Santa María de la Valldigna se conforma como el más rico e influyente del Reino de Valencia y se consolida como uno de los preeminentes señoríos del Reino (5).
d) La celebración de Cortes valencianas en 1292 y entre 1301-1302.
Un privilegio de dicho rey refiere que se celebraron Cortes en la ciudad de Valencia en 1292. En dicho privilegio se contempla la aprobación de los fueros, libertades, buenos usos y costumbres concedidas por sus predecesores a la ciudad y Reino de Valencia y la promesa de trabajar sin desmayo hasta conseguir que sus súbditos disfrutasen del beneficio de la paz, de la que carecían por intereses sociales encontrados y por la situación política.
El Aureum Opus Privilegiorum Civitatis et Regni Valentie constata que “Lo molt alt senyor Rey en Jacme” hijo del rey Pedro I de Valencia, celebró Cortes en la ciudad de Valencia el año 1301-1302. En el “proemio” se especifica los motivos de dicha convocatoria, la solicitud de convocatoria y la relación de los invitados. Las Cortes se celebraron en la “Seu” de Valencia. El contenido legislativo de estas Cortes es extenso (6).
Jaime II fue un Monarca de gran sentimiento patriótico que mantuvo el prestigio de la Corona de Aragón en un tiempo en que la Europa mediterránea pasaba por una situación política complicada.
Rubió i Lluch afirmó de Jaime II que fue el más grande de nuestros reyes diplomáticos y el más universal de los de su tiempo.
En el plano cultural, la principal decisión de Jaime II fue la creación del Estudio General de Lérida en 1300, a donde acudirán estudiantes valencianos y del resto de la Corona de Aragón, no teniendo necesidad de desplazarse en muchos casos a Montpellier. Impulsó los estudios de Derecho y de Medicina, alcanzando dicho centro universitario gran prestigio durante los siglos XIV y XV.
Fue un Monarca preocupado por la cultura. Supo valorar a los grandes humanistas de la Antigüedad clásica, interesándose por los más destacados historiadores. Distinguió a intelectuales de su tiempo: Arnau de Vilanova, Ramón Llull, Ramón Montaner, Pedro Marsili, entre otros. Su formación literaria como orador y poeta quedó puesta de manifiesto en sus discursos y composiciones literarias a la Virgen.
Durante su reinado, en 1306 comenzó a redactarse los Manuals de Consells i Establiments de la Ciutat de Valencia, libro de actas que recoge las deliberaciones, provisiones y acuerdos de los “jurats” y “Consell General del Cap i casal del Regne”, fuente imprescindible para conocer la vida ciudadana y disposiciones dictadas por la ciudad de Valencia.
A partir de 1300 se levantó la actual iglesia, de estilo gótico, de la “Mare de Deu de Santa María de El Puig”, bajo cuya invocación religiosa se proclamó patrona del antiguo Reino de Valencia. Se finalizó su construcción en 1340 y es considerada cuna referente de la valencianidad.
Falleció a la edad de 60 años. La muerte, que borra muchos agravios, hizo exclamar al pontífice Juan XXII en una expresiva carta de condolencia dirigida al futuro rey Alfonso el Benigno que debería imitar a su progenitor y rogar a Dios por conseguirlo.
BIBLIOGRAFÍA
1. GÓMEZ BAYARRI, J. V., Reyes forales medievales del Reino de Valencia. Valencia, 2.000, p. 118.
2. GÓMEZ BAYARRI, J. V., Intitulaciones de los Reyes de la Corona de Aragón. RACV. Valencia, 2017, p. 147.
3. Cfr. DEL ESTAL, J. M., Conquista y anexión de las tierras de Alicante, Elche, Orihuela y Guardamar al Reino de Valencia por Jaime II de Aragón (1296-1308). Alicante, 1982. GUINOT RODRÍGUEZ, E. Els límits del Regne. Valencia, 1995.
4. BURN, R. I., “Caballeros Templarios”. El Reino de Valencia en el siglo XIII. Iglesia y Sociedad. Tomo II. Valencia, 1982, pp. 419-427. GÓMEZ BAYARRI, J. V., Reyes Forales medievales del Reino de Valencia. Valencia, 2000, pp. 128-129.
5. Cfr. TOLEDO GUIRAU, J., “El Monasterio de Valldigna. Contribución al estudio de su historia durante el gobierno de sus Abades Perpetuos”. Anales del Centro de Cultura Valenciana. Tomos, IX (1936), primera época. Tomos, IX, (1940) X, (1942), XI, (1943) XII, (1944) XVI, (1948), segunda época. CABANES PECOURT, Mª D., Los monasterios valencianos. Su economía en el siglo XV. Valencia, 1974. GASCÓN PELEGRÍ, V., Historia de Tabernes de Valldigna. Valencia, 1981. GARCÍA OLIVER, F., El naiximent del monastir cistercenc de la Valldigna. Valencia, 1983.CISCAR PALLARÉS, E., La justicia del abad. Justicia señorial y sociedad en el reino de Valencia (Valldigna, siglos XVI, XVII y XVIII). Valencia, 2009.
6. SIMÓ SANTONJA, V. L., Les Corts Valencianes 1240-1645, Valencia, 1997, pp. 91-99.
Imagen de portada: Jaime II de Valencia el Justo o el Prudente. Salón de los Reyes del Palacio de la Generalitat Valenciana
José Vicente Gómez Bayarri es Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia,
Catedrático de Geografía e Historia, Académico de número de la RACV y Medalla de
Plata de la Ciudad de Valencia.