‘Escuela de Todos’, plataforma nacional a la que están adheridas las asociaciones de la Comunidad Valenciana ‘Idiomas y Educación’ y ‘Plataforma de docentes por la libertad lingüística’, remitió el 3 de mayo a los partidos con representación en las Cortes Valencianas una encuesta sobre cuestiones relativas a la enseñanza. Loable iniciativa, porque la enseñanza es una cuestión primordial, no precisamente residual, e interesa saber la postura de cada partido político en estos momentos. Si luego cumplen o no con su promesa electoral, también interesará comprobarlo, pero ahora tocar votar el 28M.
Primer dato relevante de esa encuesta, y a la vez sorprendente, o significativo, según se mire: ¡no han contestado a la encuesta los tres partidos políticos que nos gobiernan ahora, PSPV, Compromís y Unidas Podemos! ¿Por qué? Se puede invocar desinterés por la cuestión. Más bien opino que, es tan conocida la postura de los tres partidos de izquierdas, avalada por lo que han legislado y activado en estos ocho años, que no les interesa electoralmente contestar. No son partidarios de la libertad. Han pretendido imponer el valenciano –sin éxito– y relegar el castellano. Como la encuesta la han promovido dos entidades que defienden la libertad, le produce alergia al tripartito contestar, o tienen pánico a contestar con lo que de verdad promueven y buscan.
PP, Vox y Ciudadanos -¿tendrá algún parlamentario este último partido a partir del 28-M?- defienden que los padres elijan la lengua vehicular de enseñanza en todas las etapas, en español, valenciano o en modelo bilingüe.
Los tres partidos de centro-derecha apuestan por la neutralidad ideológica, la excelencia académica con evaluaciones externas comunes para todas las comunidades autónomas, atención a la enseñanza escolar para jóvenes con necesidades educativas especiales, comunicación de la Administración en las dos lenguas cooficiales. Defienden no otorgar privilegios ni imposiciones del valenciano, y la zona escolar única.
Indigna la falta de transparencia y de respeto por parte del tripartito ante esta encuesta. Se puede afirmar que nos consta a todos lo que hacen y quieren, intentando que el valenciano sea obligatorio hasta en el patio del colegio. Son partidarios de la imposición y del adoctrinamiento ideológico, enemigos de la libertad y contra el derecho de las familias, a la vez que contra el rendimiento educativo y la mayor empleabilidad, porque con un trabajo internacionalizado y móvil el valenciano no cuenta mucho en Londres, París o Nueva York. Sectarismo y ceguera los imponen en perjuicio de la enseñanza.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.