GLOBALISMO y DESINFORMACIÓN (II)

Según una información de “El Mundo” del pasado mes de febrero 2020, Pablo Iglesias forma parte de la comisión que controla el CNI. Según esta noticia, Sánchez metía a su socio de gobierno en uno de los órganos más sensibles del estado; en concreto, formar parte de la Comisión Delegada que coordina los Servicios de Información del Estado.

Esto supone que tiene acceso a los secretos de estado… y está obligado a ser discreto respecto de los mismos...

Inicialmente, la composición inicial de esta Comisión no incluye al Vicepresidente del Gobierno, pero hay intención de que éste se convierta en un miembro de pleno derecho de dicha comisión por lo que lo más probable es que, para adaptar la realidad a la norma, se modifique el reglamento que establece la misma.

Recordemos que, curiosamente, Iglesias siempre ha manifestado un vivo interés en hacerse cargo de la dirección del CNI, como ya manifestó en su oferta de gobierno en 2016.

Bien, con posterioridad a esta designación, el 30 de septiembre de 2020, el Observatorio Digital Elisa, un Observatorio que se define como un Laboratorio para el Análisis de la Desinformación, ha hecho público uno de sus trabajos. Podemos preguntarnos qué es la desinformación; según Wikipedia, básicamente es la información falsa o engañosa que se difunde, deliberadamente, para fingir; expresamente es la “también llamada manipulación informativa o manipulación mediática, es información falsa o engañosa que se difunde deliberadamente para engañar.”

En una palabra, bulos, mentiras y falsedades, con fines falaces.

Y, ¿cuáles son los bulos, mentiras, falacias que se persiguen?, en una palabra, ¿que es lo que este laboratorio considera desinformación?: bien, asómbrense, según dicho laboratorio, la desinformación es, únicamente, la crítica al globalismo.

Si, hemos entendido bien. Este Observatorio solo se centra en estudiar cualquier corriente o comentario antiglobalista, al que se califica como el peor de los peligros posibles.

La conclusión es que dicho laboratorio se ha creado, precisamente, para defender el globalismo. ¿Alguno de Uds. sabía de la existencia de un Laboratorio encargado de defender el globalismo?. A nivel de calle, para el ciudadano, la idea de laboratorio se asocia a un lugar donde se realizan análisis de sangre, o de productos químicos, pero sin embargo, al parecer en este laboratorio hacen otro tipo de análisis.

Como decimos, Iglesias aparece en el CNI en febrero e inmediatamente Elisa se pone a trabajar: sólo entre abril de 2020 y septiembre de 2020, Elisa ha detectado 1.808 comentarios antiglobalistas que han sido expuestos en 157 plataformas distintas. Nos parecen pocos…

Elisa denuncia el hecho de que se difunda de manera constante la tesis de la existencia de unas élites a cuyo servicio se encontraría la democracia, desconociendo las necesidades de los ciudadanos. Como cabeza visible o representante de estas élites, se encontraría Soros y su agenda 20-30. La consecuencia: se plantea incesantemente la necesidad de recuperar la soberanía de los estados, las identidades nacionales.

Por si esto fuera poco, al atacar a Soros, se considera que estos comentarios son antisemitas.

En un imposible alarde de agudeza y cinismo, según Elisa (¿el nombre quizá le viene por ser la esposa del director?) estas críticas, atacarían, nada menos que a la legitimidad de los estados, el pluralismo social, los medios de comunicación, la economía de mercado, los organismos multinacionales y la investigación científica.

En una palabra, se considera que cualquier comentario antiglobalista es un “ataque directo”.

Sintetizando, son varias las ideas que se deducen de este análisis:

1.- Elisa llega a la conclusión de que el que critique el globalismo está en contra de la democracia.

2.- Más aún, la crítica a este sistema supone un ataque a la cohesión social, la estabilidad e incluso la salud del país.

3.- Por otra parte, se califica la crítica del globalismo como una “narrativa antisistema y maliciosa” desde el momento en que se sostiene la tesis del avance de unas “elites globales”, que se imponen a las naciones y países, supeditándolos a sus intereses.

4.- Elisa, sin complejos, en otro estirón, llega a afirmar que el antiglobalismo supone igualmente ser racista, dado que si se es antiglobalista según Elisa se es también antisemita.

Bien, les ha faltado acusar a los antiglobalistas de pederastas, violadores, maltratadores o machistas…

A todo esto, nos hacemos eco de una editorial sobre esta cuestión publicada por Ok Diario en fecha 14 de octubre 2020:

“Calificar de perniciosas las ideas antiglobalistas de Vox responde a un análisis sesgado y superficial. Muy poco hondo y carente del análisis que se le supone al Centro Criptológico Nacional. Y eso de que representa una amenaza antisistema ya es para nota. A los conspicuos analistas del CCN habría que exigirles que, en lugar de perderse en disquisiciones muy poco sesudas, se dedicaran a alertar de los riesgos que para la convivencia representan formaciones antisistema como Podemos, aunque al formar parte del Gobierno de España los analistas del Centro Criptológico se supone que habrán mirado para otro lado. ¿Y los peligros de las formaciones separatistas o filoetarras? ¿Dónde están los informes sobre los riesgos que para la convivencia, la cohesión y la estabilidad representan las formaciones que sustentan al Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez?

Al informe del órgano del CNI se le nota el plumero. Versionando a Pedro Sánchez, cabría decir: ¿De quién depende el CNI? Del Gobierno. Pues eso.”

El hecho de que Iglesias aparezca en la Comisión del CNI y que inmediatamente se elabore un informe de este tipo, nos lleva a la conclusión evidente de que Iglesias es globalista. O si se quiere, que la izquierda, en su conjunto, lo es. Para muchos esta conclusión no será nueva, sin embargo, quizás la izquierda debería repensar sobre el lugar oscuro al que irremisiblemente le quieren llevar sus aliados.

  • José Manuel Millet Frasquet es abogado.