Se atribuye a Groucho Marx la frase "Éstos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros". Con esta fórmula se describe al político que acomoda su discurso, para decir lo que el público quiere oír. Esta visión de los políticos como oportunistas con el único objeto de captar votos se critica, y a la vez se disculpa, incluso por ciertos sectores ciudadanos, que aceptan discursos cambiantes según el foro o el momento. Para otros la política es el arte de lo posible, que fluctúa continuamente, y exige cambiar decisiones, reflexionar, porque un político monolítico se ve como un peligro.
El problema es que, si un político o un partido consideran esencial un principio, incluso a costa de perder votos, no puede ni debe, simultáneamente, renunciar a ese principio y continuar defendiéndolo, porque esa incoherencia y oportunismo se percibe como un riesgo evidente para votar a ese partido político. No se sabe en qué y hasta cuándo considerará básica esa postura. La flexibilidad es, incluso, parte de la prudencia, ateniéndose a la realidad.
Compromís defiende e impone el valenciano. Debería facilitar el bilingüismo, en valenciano y castellano, pero se las ingenia para calificar con frecuencia lo que es una imposición injusta e ilegal como algo propio de la identidad valenciana. Más aún, amparándose en el bilingüismo y su visión dictatorial del valenciano, hay profesores que examinan únicamente en valenciano, aunque les conste que hay un buen número de alumnos que no lo entienden bien.
Los líderes de Compromís Joan Baldoví y Vicent Marzà, diputado nacional y diputado autonómico respectivamente, han intervenido en castellano en un acto en Segorbe este fin de semana. Allí no habla valenciano nadie, ni en otras comarcas de la Comunidad Valenciana, en las que se impone el valenciano en la enseñanza, en textos y en oposiciones a puestos docentes o de la Administración. Se veta la contratación de médicos por no tener un nivel de valenciano. Imponer el valenciano a toda costa.
La hipocresía de Compromís se ha puesto de manifiesto en el ayuntamiento de la capital de la Plana. Se les pide que los textos oficiales los presenten también en castellano. Se ha despedido a un profesional con muchos años de docencia en el Conservatorio de Castellón por no tener un nivel de valenciano: más importante el valenciano que la competencia musical. Compromís no es democrático: impone el valenciano sistemáticamente, y aisladamente usa el valenciano por unos pocos votos.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.