La cercanía de las elecciones autonómicas y municipales, el próximo 28-M, ayuda a entender muchas cosas, aunque no las compartamos. A veces, parece un concurso por parte de los líderes políticos de “a ver quién dice la mayor machada”, que con suavidad podemos calificar como autocomplacencia.
Ejemplos de esta autocomplacencia de los políticos en estos días los hay sobrados. Los justifican de muchas maneras: animar a sus votantes, proyectar una imagen de confianza y optimismo, dar titulares a los medios de comunicación, etc.
Javier Lambán, el presidente de Aragón, afirmó hace unos días: “Tenemos más talento que nadie para organizar la convivencia, para soñar y estamos pertrechados mejor que nadie con las herramientas de nuestra tradición, nuestra historia y nuestra cultura”.
Honradamente, me lo leí un par de veces. Los aragoneses somos amantes de la mesura, de cierto rigor en las palabras y actuaciones, o al menos nos gusta, por historia e idiosincrasia. La exageración no va con nosotros. Nos gusta el realismo.
Para destacar las virtudes y los logros, no hace falta decir que se tiene más talento que nadie. Precisamente Lambán que alardea de evitar la crispación. Es un modo de ponerse a la cabeza, por encima de todos, que me chirría, y se le puede volver en contra tanto triunfalismo verbal.
Y añadió que “pertrechados mejor que nadie con las herramientas de nuestra tradición, nuestra historia y nuestra cultura”.
Resulta más ajustado recordar la historia y tradiciones aragonesas, amantes del Derecho y de la libertad a lo largo de nuestra cultura. Orgullosos de nuestra historia y tradiciones. Distintos en la historia y tradición a otras comunidades autónomas. No pretender dar lecciones a nadie ni relegar a un segundo lugar.
La autocomplacencia y la exageración han jugado una mala pasada a Lambán. Y no sólo a él. Vamos escuchando o leyendo declaraciones de otros líderes, y caen en ese error también, que para mí no responde a la realidad y que dudo que les dé votos, porque tal vez se los quite.
Evidentemente, los políticos son ellos, viven de y para la política, están en campaña permanente. Analizan lo que aporta votos, tienen asesores.
Mi duda también es qué líder hace caso a sus asesores, y si los asesores son valientes y buenos profesionales a veces para decirle al líder lo que opinan de verdad, sin reírles o alabarles sistemáticamente sus originalidades… o autocomplacencia, o prefieren tener asegurado el sueldo, sin arriesgar con argumentos que pueden distanciarle del líder.
En Aragón, las encuestas coinciden en que puede haber un cambio de gobierno a cargo de PP y Vox. O que puede continuar Lambán. Y que los diputados que puede lograr Aragón Existe pueden decantar una u otra opción.
Hay mucha incertidumbre, a la vista de las innumerables y muchas veces coincidentes encuestas –por supuesto con excepción de las del CIS de Tezanos, que llegar a tener el calificativo de derroche y chiste-, sobre posibles cambios políticos en la Comunidad Valenciana, Aragón…
Tal vez no soy de la mayoría de los votantes, pero a mí me repele la autocomplacencia. Me atrae quien es capaz de subrayar logros, admitir algún error y mencionar proyectos.
Con los problemas no pequeños que tenemos en España, ¡por favor, calma, rigor y que los políticos no parezcan feriantes baratos ni payasos! Me parece que se les paga para algo más, también en vísperas de elecciones.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.