Qué va a pasar tras el escándalo de Santos Cerdán no lo sabe nadie, ni el propio Pedro Sánchez. Quedan dos años para las elecciones generales de 2027 y nada hará dimitir a Pedro Sánchez ni habrá adelanto de elecciones. Eso sí lo tengo claro.

Los que votaron a Pedro Sánchez en 2023 y a los partidos que le apoyan conocían la falta de principios de Sánchez: vamos a tener dos años más lo que los votantes decidieron, y esa es la cruda realidad.

Por otra parte, los partidos que apoyan a Pedro Sánchez saben que le pueden exprimir hasta esa fecha todo, por si fuera poco lo concedido hasta ahora. Sánchez está en manos de independentistas y filoetarras, con el apoyo de un partido tan tornadizo como es el PNV, y parece que olvidamos que, en ese mismo pacto de gobierno, hay un alto grado de corrupción. 

Todo dependen de qué se entiende por “corrupción”, claro está. Desde luego, el tridente Koldo-Ábalos-Cerdán nos hablan de un tipo de corrupción, pero hay una corrupción mucho más profunda, desmontando el Estado de Derecho, ninguneando inversiones para darlas a independentistas y filoetarras, y una larga lista cuyo único fin es contentar a esos partidos a cambio de seguir en la Moncloa.

Algunos partidos que aguantan a Sánchez están hablando. A mí me parece un total postureo, una mera fachada para parecer democráticos.

Si alguien no sabía con precisión a qué respondían las siglas UCO, ahora no tiene dudas. La Unidad Central Operativa (UCO) es el órgano central del servicio de la Policía Judicial de la Guardia Civil de España, encargado de la investigación y persecución de las formas más graves de delincuencia. Más de 700 guardias civiles integran la UCO, y no van a parar.

Un gran error del Gobierno fue intentar parar los pies a la UCO. La Guardia Civil tiene un alto grado de servicio y honradez, y basta que arremetan contra ella para multiplicar incluso su afán de servicio a la verdad y al Estado.

Desde el PSOE ya han empezado a poner en marcha su plan de defensa: atacar a Carlos Mazón, recordar algunos casos de corrupción –juzgados o no– en el PP para transmitir que todos han tenido corrupción, y que la corrupción es cuestión de personas y no del PSOE.

Sánchez, retador, ha dicho a Feijóo y Abascal que presenten una moción de censura. Abascal es partidario, pero Feijóo no, a la vista de que la perdería, por el apoyo de los partidos socios de Gobierno. 

¿Qué más hará Pedro Sánchez? Azuzará a los españoles avisando de que viene la ultraderecha, y en otras ocasiones esta táctica de “atemorizar” demagógicamente le ha dado resultado.

¿Qué más hará? Apartar, con un plan de bisturí preciso, a los cargos que hayan tenido especial relación con Santos Cerdán. Ya van saliendo nombres de esa depuración, podríamos calificar como “preventiva”.

La UCO sigue trabajando, ahora en supuestas irregularidades en los contratos de mascarillas durante la pandemia: Canarias, Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial ; y Baleares , Francina Armengol, presidenta del Congreso. Y en otros informes, que parece que acorralan a Sánchez: ¡esto acaba de empezar!