Es curioso que el PSOE insista en acusar al PP de ser el partido más corrupto de España. Igualmente viene repitiendo en los últimos tiempos que los Populares y en especial su líder Feijóo son los grandes mentirosos del país.

El refranero español nos recuerda que se suele presumir de aquello que se carece y quien tenga un mínimo de memoria recordará que en el escalafón de los corruptos, el PSOE se lleva de lejos la palma, siguiéndole en méritos el desaparecido Convergencia y Unión y el partido de Jesús Gil y de su sucesor Julián Muñoz que desde Marbella y Madrid arramblaron con cuanto pudieron. El PP ocupa tan solo un modesto cuarto puesto en esa vergonzosa competición.

De igual forma y atosigado por la creciente fama de falsario que se estaba merecidamente labrando, Pedro Sánchez instruyó a sus ministros para que intentaran dar la vuelta a la realidad acusando de mentiroso a Feijóo. No han conseguido ni lograrán privar al presidente de su merecido palmarés. Sánchez raramente acierta a decir la verdad. La mentira viene indisolublemente vinculada al modo de razonar de nuestro gobierno y ello tiene confundida a la ciudadanía.

En estos días ha estallado un caso más que sumar a los del PSOE. Ábalos, ex Ministro de Fomento y de Transportes, fiel seguidor de Sánchez desde los tiempos difíciles y número dos del partido, acaba de verse envuelto en un negocio sucio de importación de mascarillas en los tiempos críticos de la pandemia. La operación logro unas subvenciones de 54 millones de euros y beneficios multimillonarios canalizados por el chofer, guardaespaldas y ayuda de cámara de Ábalos, Koldo García, personaje con un modesto currículo que le sitúa como portero de discotecas y de puticlubs.

Lo raro de todo este escándalo es que todo un señor ministro -aunque de la escasa talla de Ábalos- se dejara convencer parece ser que por el tercer hombre del partido, Santos Cerdán para meterse en negocios con semejante Koldo.

El lio es muy gordo porque en este asunto se están viendo envueltos personajes de la talla de la actual presidenta de las Cortes, la Sra. Armengol cuando estaba al frente del gobierno balear, el Ministro de Política Territorial Ángel torres cuando era presidente de Canarias, Salvador Illa hoy líder del PSC y antes Ministro de Sanidad, e incluso parece que andan envueltos Marlaska, el inefable Oscar Puente y Ximo Puig, aparte de otros personajes de segundo nivel. Se trata en definitiva del núcleo duro del sanchismo, el que le arropó desde el minuto uno tras su defenestración del partido y el que consiguió llevara Sánchez hasta la Moncloa.

El PSOE está arrinconando a Ábalos para que ceda su escaño en el Parlamento y cargue con las culpas sin tirar de una manta repleta de información. El plazo dado por el partido vence hoy a las 11 horas, límite que podría verse prorrogado. Si finalmente Ábalos dimite tras obtener garantías de inmunidad, el resto caerá en el olvido y pronto el escándalo será borrado por otro de mayor actualidad y quizá de superior nivel.

No es a excluir que todo este feo asunto haya sido sacado del archivo en este momento para encubrir el mayor caso de corrupción conocido en España desde que entramos en democracia hace casi medio siglo: la ley de Amnistía con la que se busca borrar delitos de Alta Traición, Terrorismo y Malversación de fondos entre otros.

Continuará.

PS. Mi más sentido pésame a los familiares de las diez víctimas del incendio de Campanar, así como a todas las personas que en cuestión de minutos perdieron cuanto tenían. Un gran aplauso para los bomberos y el heroico portero Julián. En un incendio de similares características en Londres en 2017, fallecieron 74 personas. Aquella torre Grenfell sigue en pie en el centro londinense y el expediente sigue incompleto. Veremos cuál es el destino de esta ruina de Valencia y qué decisiones se toman para evitar que edificios con similares características puedan producir nuevas tragedias.