Defender la vida en España requiere valentía, la vida del concebido y no-nacido. Desde la concepción, hay un ser humano. Basándonos en razones antropológicas sin acudir a otras de otra índole, es asombroso que lo que es el primer derecho de un ser humano –derecho a nacer– sea en la práctica un acto de heroísmo en muchos casos por parte de muchos padres y de los que defienden con valentía la vida, y por tanto están en contra del aborto. Unos padres jóvenes que conozco fueron avisados por el médico de que su hijo nacería con síndrome de Down, pero que era muy sencillo evitarlo, una inyección…: padre y madre reaccionaron con un sonoro NO cuando se dieron cuenta de que les hablaba de abortar, ¡y nació sana la criatura, sin síndrome de Down!
Sobre el aborto se esconden muchas verdades incómodas. En derechos humanos no es definitivo lo que diga la mayoría, y así lo enseña la Historia: basta recordar la esclavitud, los derechos negados a las mujeres, o un largo etcétera. Una de esas realidades es la cantidad de abortos que se llevan a cabo a fetos con más meses de los que permite ser matados por la ley, en clínicas a lo largo del país, y que cobran más por ese motivo: ¿por qué no se hacen inspecciones y denuncias?
Entre los provida hay diversos sectores de personas. Los hay –y más de los que parece– que son provida pero no se atreven a expresarlo: temen el desdén o ser tachados de intolerantes o antiguos, cuando no las represalias profesionales. También estamos los provida, entre los que me permito incluirme, que expresamos nuestra postura en contra del aborto, defendemos la vida como una realidad incuestionable, pero tenemos la sensación de no estar a la altura de lo que demanda nuestra sociedad para mejorar y cambiar algo tan básico: hacemos “algo”, pero sentimos que es muy poco. Y los hay provida que son muy valientes, que ponen muchos medios para evitar abortos, pese a la reciente reforma del artículo 172 del Código Penal que castiga con penas de cárcel de entre tres meses y un año las vigilias, rezos y manifestaciones antiabortivas.
El PP no considera que esa modificación vulnere derechos fundamentales; Vox considera que sí vulnera ocho derechos fundamentales y por eso ha recurrido al Tribunal Constitucional. Hace unas semanas fueron absueltos dos ancianos en Zaragoza que se ofrecían a dar información a las mujeres que iban a abortar, pero por hechos anteriores a la reforma: no se sabe qué pasaría ahora ante una denuncia. Por cierto, denunció la gerente de la clínica, no ninguna mujer que fuera a abortar: para pensar.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.