SIRIA

La reapertura de Notre Dame estaba llamada a monopolizar todas las portadas al menos durante el fin de semana. Convertida en cumbre entre Estados Unidos y. Ucrania, tuvo la clamorosa ausencia de los Reyes de España. Es cierto que ningún otro Monarca asistió, con la excepción de los Reyes belgas, pero es difícil explicar por qué Felipe VI y Doña Leticia no participaron en tan hermoso e importante acto.

Pero he ahí que el derrocamiento del régimen sirio de Al-Asad, que dominó el país durante 54 años y que se vio fulminado en once días por los yihadistas, pasó a dominar la pista central informativa y seguirá haciéndolo previsiblemente durante muchas semanas.

Nacido como país independiente al final de la Segunda Guerra Mundial, tras la ruptura del Imperio Otomano, Siria pasó a convertirse, junto con Egipto, en centro neurálgico del mundo árabe. Era la cultura del Eufrates frente a la del Nilo y ambas llegaron a formar durante tres años la República Árabe Unida.

Siga el enlace para obtener una imagen ampliada

 

La vida no fue tranquila en el cuarto de siglo que transcurrió entre su nacimiento en 1945 y 1970, año en que el General Hafez Al-Asad implantó una dictadura que duró hasta su muerte en el año 2000 y que luego continuó su hijo hasta estos días en que visto el cariz que estaba tomando la insurrección yihadista, el líder se refugió en Rusia, el país que le había estado manteniendo durante los últimos años.

Siempre es una buena noticia la caída de un dictador y Al-Asad, padre e hijo, habían destrozado cualquier atisbo de libertad en el país. La guerra civil que comenzó hace 13 años, había ocasionado medio millón de muertos, la destrucción del país y la emigración de seis millones de personas que inundaron Europa y que acabaron en campos de refugiados en Turquía, por cuenta de la Unión Europea.

En el mundo árabe existe un claro rechazo a la instauración de regímenes democráticos, de ahí que la alternativa a una dictadura suele ser el desorden, el caos, la fragmentación en bandos y la aparición de estados fallidos. Así ocurrió durante la primavera árabe de 2011 y lo vimos tras la muerte de Gadaffi en Libia y de Sadam Hussein en Irak; en ambos países se abrió una crisis que perdura hasta hoy.

Al-Asad había conseguido permanecer en el poder gracias al apoyo de Rusia -que mantiene dos bases en la costa siria que le dan salida directa al mediterráneo- y de Irán que le apoyaba en la lucha contra Israel.

La guerra ruso-ucraniana debilitó el interés de Putin en Siria y a su vez la acción de Hezbollah contra Israel con el apoyo de Irán, debilita el papel de Siria en la región. Turquía por el contrario, ha salido ganadora ya que había venido apoyando al grupo rebelde de Al-Jolani que tras una operación relámpago de once días, acabó con la guerra civil y tomó las dos principales ciudades del país, Alepo y Damasco.

Al-Jalami y su Organismo de Liberación de levante no llegan con consignas agresivas. De hecho han garantizado la seguridad de las Embajadas existente en el país y del personal de las Naciones Unidas. No debemos olvidar, sin embargo que el Organismo y su líder, están considerados como terroristas por los EEUU que ofrecen diez millones de dólares por la cabeza del líder.

Es difícil decir si Siria estará, a partir de ahora, mejor o peor de lo que estuvo en el último medio siglo. Al menos por el momento la guerra civil ha terminado aunque hay que reconocer que la proliferación de distintas facciones -yihadistas, kurdos, shiitas, suníes etc- no preludian nada bueno.

No se trata de que Siria deba implantar una democracia moderna, sería el primer país árabe que consigue hacerlo. Pero sería un gran progreso si se lograra la paz, la unidad, que los sirios lograran escoger libremente un gobierno estable. Si consiguieran hacerlo evitando convertirse en un estado fallido sería ya un gran triunfo. En otro caso no harían sino engrosar los problemas presentes en la región que afectan a Israel, Jordania, Gaza, Transjordania, Líbano e Irán. Y desvelar la duda de si los exiliados sirios en el mundo pueden ir planeando su regreso o si otros millones de sirios deben prepararse para emigrar.

Imagen: jusoor.co

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.