En el recuerdo de Pepe Galindo lector fiel e indulgente.
El nombre de Urraca, de escasa o nula incidencia entre los actuales, fue adoptado, en tiempos remotos, para cristianar a singulares mujeres de la historia de España. Realizada consulta en la página del Instituto Nacional de Estadística la respuesta es esclarecedora al respecto: “No existen habitantes con el nombre consultado o su frecuencia es inferior a 20 para el total nacional (ó 5 por provincia)”. No es un nombre al uso en este momento.
En tiempos pasados desconozco la incidencia a nivel popular pero es evidente que entre las clases nobles y la realeza fue un nombre muy querido. Me propongo dar noticia, a título divulgativo pues los investigadores ya han hecho su trabajo, cosa que agradezco, de algunas de estas señoras que ostentaron el nombre de Urraca.
He tenido serias dudas sobre el orden a seguir. Me explico. Una posibilidad era hacerlo por orden de importancia del cargo o título que cada una de ellas ostentó. La otra era hacerlo por orden cronológico. Esta última opción tiene el inconveniente que entre una y otra puede haber un lapso de tiempo nada despreciable, lo que dificulta un tanto su encaje en la historia. Intentaré una mezcla de ambos procedimientos en el entendido que lo que se propone es facilitar su comprensión.
Urraca Fernández de Castilla.1007. Reina de León y de Navarra
Hija del conde de Castilla Fernando González y de su primera esposa, la infanta Sancha de Pamplona. Este conde castellano cuenta en su haber la significativa participación en la batalla de Simancas. En el enfrentamiento participaron, por parte cristiana, el rey Ramiro II de León, el rey García Sánchez I de Pamplona y el mencionado conde castellano. Por la parte musulmana iba al frente de la campaña, denominada del Supremo Poder, nada menos que el califa Abderaman III.
La derrota de las tropas califales, curiosamente, dio origen a enfrentamientos internos en la corte de León. Algunos condes no estaba de acuerdo con el reparto de tierras y cargos llevadas a cabo por el monarca Ramiro II de León. Se sublevaron los condes de Saldaña-Carrión y de Castilla. Ambos fueron hechos presos y encerrados en León.
Pasado el tiempo el rey los perdonó y, en señal de alianza, pactaron matrimonios entre sus descendientes. Es en este momento cuando cobra protagonismo nuestra señora Urraca. Contrae matrimonio con Ordoño, hijo y heredero del monarca leonés, que reinará como Ordoño III. Urraca ya es reina consorte de León.
Muere su esposo y en su nueva condición de viuda ha de soportar el olvido a que son sometidas las reinas en este estado. Se inicia una guerra interna por la sucesión entre Sancho I y Ordoño IV. Ambos contendientes se creen con derecho a la corona. El conde castellano, recordemos, padre de la reina viuda, decide casarla con Ordoño. Debió de ver más posibilidades en este candidato pues, en efecto, fue rey efímero en León.
El padre se equivocó y su favorito perdió la partida. Ordoño huyó a territorio musulmán y el conde recupera a su hija y a sus nietos dándoles la protección debida. Nunca más se supo del yerno, supuestamente fallecido en tierras moras.
Como tantas otras veces en la historia la mujer es objeto de mercadeo. Viuda, o repudiada, o abandonada contrae nuevo matrimonio con el heredero al reino de Pamplona Sancho Garcés. Por tercera vez ostenta el título de reina consorte al acceder al trono su marido Sancho Garcés II “ Abarca” . En esta situación le tocó lidiar con el gran Almanzor, que por entonces estaba en su etapa de mayor esplendor.
Hija de conde fue reina dos veces en León y una en Pamplona.
Gómez, Urraca. 1039. Condesa de Castilla
Desposó con el conde Sancho García de Castilla, conocido como el de los buenos fueros. Sirva como prueba de tal apelativo las siguientes reseñas.
También se habían establecido por D. Sancho García, último de dichos Condes las Leyes primitivas, y Fuero general de aquella Corona, que poco antes se había separado y hecho independiente de León.
Hasta aquí llegaron las Leyes Godas del Libro ó Fuero Juzgo, acompañadas en León del Fuero de D. Alonso V y sus agregados, y en Castilla del Fuero viejo de D. Sancho, y de los posteriores Fueros Castellanos, fazañas, alvedrios..[i]
Nuestra Urraca fue la madre del último conde de Castilla, García Sánchez. Aquel que murió, asesinado en la explanada de San Isidoro de León, al irse a desposar con la infanta Sancha, hermana del rey Bermudo III de León. También fue la madre de Muniadona, esposa del rey Sancho III el Mayor de Navarra, y más tarde condesa de Castilla a la muerte de su hermano García Sánchez. A destacar que es por esta línea, Muniadona, por la que uno de sus hijos, Fernando, pasará a ser conde de Castilla y posteriormente rey de Castilla y León, Fernando I. Resumiendo Urraca Gómez fue la madre del último conde y abuela del primer rey de Castilla.
Urraca Fernández (1033? -1101)
Hija de Fernando I, aquel conde que se erigió rey de Castilla y que posteriormente por estar casado con Sancha, reina de León, también se hizo con dicho trono. Es la primera unificación de Castilla y León. Fue su primera hija y tuvo un interesante, e importante papel, en la historia de ambos reinos a la muerte de su progenitor.
Dada la preeminencia del hombre respecto a la mujer en aquellos tiempos, en el reparto que hizo el rey Fernando, su padre, no le fue adjudicado ningún reino. A su hermano Sancho se le hizo rey de Castilla, a Alfonso rey de León y a García se le adjudicó Galicia. A ella misma y a su hermana Elvira se les otorgaron las rentas de significativos monasterios con la condición, a tenor de lo que apunta la Crónica Silense, de que permanecieran célibes.
El romancero, siempre realzando hasta el extremo las veleidades de la realeza, nos relata como la infanta se queja ante su padre que, por ser mujer, la aparta de la herencia, al menos en lo sustancial y le hace ver que la avoca a la prostitución:
¡y a mí, porque soy mujer,
dejáisme desheredada!
Irme he yo de tierra en tierra
como una mujer errada;
No obstante, con anterioridad al fallecimiento paterno, la infanta Urraca se ocupó de la educación de su hermano Alfonso, circunstancia esta que propició una relación especial entre ambos hermanos y que tuvo sus consecuencias en la historia como veremos. Incluso se ha insinuado una relación incestuosa por parte de sus detractores, que los tuvo.
El rey Fernando I tuvo a bien repartir los reinos, que él había unificado, entre sus hijos varones, como ya ha quedado expuesto. Sancho, que se consideraba el heredero universal, no estuvo de acuerdo con la voluntad paterna. Conspiró con Alfonso para desposeer a García de Galicia, cosa que consiguieron. Más adelante Sancho y Alfonso se enfrentan en disputa por el reino de León. Alfonso es capturado por Sancho y llevado prisionero a Sahagún.
Es en este momento cuando nuestra protagonista interviene ante su hermano Sancho para que libere a Alfonso. Este último se destierra al reino moro de Toledo pues, como rey de León que era, aquel estaba sometido a tributo y le debía protección, las famosas parias inventadas por su padre.
Sancho ya era rey de Castilla, Galicia y León. Solo le quedaba el enclave de Zamora donde se habían hecho fuertes los partidarios de Alfonso y donde, por supuesto, se encontraba su hermana Urraca. Es en este escenario donde acontece el asesinato del rey Sancho en las inmediaciones de la muralla de Zamora.
No hay certeza sobre la participación de Urraca en el magnicidio aunque razones hay para pensar que fuera su autora intelectual. Las crónicas ponen en su boca al referirse a su hermano Sancho: “Yo mujer soy y bien sabe el que yo no lidiare con él, mas yo lo haré matar a furto o a paladino” . Ella era manifiestamente partidaria de Alfonso y enemiga declarada de Sancho por lo que no hay que descartar su papel en el asesinato, al menos como inductora.
De su destacado papel en el reinado de Alfonso VI hay numerosas evidencias al figurar su nombre junto al del rey en varios diplomas en los primeros años de su reinado como rey de Castilla, León y Galicia. Con todo su poder nada hizo Urraca para aliviar la penosa situación del hermano pequeño. Aquel García desposeído por sus hermanos y recluido en el castillo de Luna hasta su muerte.
Urraca de León. 1081 -1126. Reina de León y de Castilla
De entre sus homónimas es sin duda la que ostentó el cargo más importante. Fue reina de León y de Castilla. No reina consorte como tantas otras. Ella fue reina propietaria de ambas coronas. Hasta donde yo sé es la primera reina por derecho propio que se conoce en el entorno europeo.
Era hija de Alfonso VI, el hermano de la anterior Urraca, la de Zamora. Inicialmente fue la candidata al trono pues el rey no conseguía concebir un varón. Con edad provecta Alfonso VI conoció, en el sentido bíblico del término, a una mujer llamada Zaida y cuyos orígenes son confusos. [ii]Lo cierto es que, parece ser, se casó con ella y de esa unión nació el Infante Sancho. Por fin tenemos heredero varón. Urraca pasa a un segundo plano.
Contrae matrimonio con Raimundo de Borgoña. Fruto de esta relación nace el que, con el transcurrir del tiempo, sería Alfonso VII. No lo tuvo nada fácil el futuro rey pues las decisiones de su abuelo y de su madre hicieron peligrar su corona, pero eso es otra historia. Lo cierto es que Raimundo de Borgoña fallece tempranamente y nuestra protagonista queda viuda.
Para complicar más las cosas el heredero al trono, el infante Sancho, por orden del rey su padre, es puesto al frente de un importante ejército con la misión de auxiliar al importante enclave de Uclés que está siendo asediado por los musulmanes. El enfrentamiento termina siendo un desastre para los cristianos. El infante Sancho muere y con él buena parte de la nobleza castellana en su afán de proteger al heredero.
Urraca pasa a ser nuevamente la heredera. El rey, su padre, seguramente con la mejor intención, decide casarla con el rey de Aragón Alfonso I el Batallador. La idea era buena sin duda. Si esa relación prosperaba y había un hijo este heredaría las coronas de León, Castilla y Aragón, en esos momentos los reinos más pujantes e implicados en la Reconquista.
Lo cierto es que ambos contrayentes se odiaron sin medida. Desprecios, malos tratos, hasta sostuvieron varios enfrentamientos militares. En boca de la reina se pusieron palabras como “malditas y excomulgadas bodas”. Ese fue el final de la aventura matrimonial. La anulación del matrimonio se llevó a cabo por cuestiones de parentesco. Bien es verdad que aunque la reina puso de su parte lo que buenamente pudo, a pesar de la repugnancia que por él sentía, su cónyuge pensaba que un hombre debía vivir con hombres. Que cada uno piense lo que quiera.
Fracasado el intento la reina Urraca hubo de lidiar con una situación complicada en sus dominios. Su hijo, recordemos el futuro Alfonso VII, estaba en manos de la nobleza y el clero gallego. En concreto bajo la tutela del todopoderoso obispo de Santiago de Compostela Gelmirez que, aprovechando la debilidad de la reina, pretendía encumbrar al trono al tierno infante y destituir a su madre. Era más fácil manipular al niño que a la bragada madre muy curtida ya en traiciones y desencuentros.
Los hechos ocurridos en Santiago de Compostela ponen bien a las claras lo precario de la situación de la reina. En dicha ciudad una turba descontrolada arrastró por el suelo a la reina e incluso la despojaron de parte de su ropa. Solo la intervención, en último extremo, del controvertido obispo, libró a la reina de ser seriamente perjudicada.
Se puede imaginar el lector la venganza de la reina cuando pudo recuperar el control. El castigo que hubo de soportar la ciudad por la humillación llevada a cabo en su persona fue antológica.
Como puede verse su vida pública fue ciertamente complicada. En lo personal tampoco se quedó atrás. Además de sus matrimonios, una vez libre de cargas, tuvo, al menos, dos amantes. A saber, Pedro González de Lara y Gómez González de Candespina. De esos tratos carnales nacieron dos hijos. El parto del tercero, que nació muerto, también se llevó por delante la vida de la reina.
Para su tiempo fue una mujer libre, dentro de ciertos límites claro. No lo tuvo nada fácil en una época en la que la mujer veía cercenada su capacidad de obrar constantemente. En cualquier caso defendió la corona heredada y consiguió transmitirla a su hijo Alfonso VII Emperador.
Urraca Alfonso. 1132 – 1164. Reina de Pamplona
Hija bastarda de Alfonso VII, hijo como ya hemos visto de la reina Urraca de León y Castilla. Su infancia trascurrió a la sombra de la infanta Sancha, hermana del rey que gozó del favor real incluso en detrimento de la esposa del rey. Su educación fue adecuada a su origen real pues su padre no la desamparó en ningún momento.
Siguiendo los modelos de entonces fue utilizada como instrumento político en aras de las aspiraciones paternas. Su destino no fue menor, para ser ilegítima. Se casó con el rey de Pamplona García Ramírez y de esta forma se consolidó el pretendido vasallaje del reino navarro a Castilla. En definitiva fue reina consorte de Pamplona hasta que se quedó viuda siete años más tarde.
Contrajo nuevas nupcias con el conde Pedro Manrique de Lara, señor de Molina. Posteriormente se retiró a Asturias, donde había trascurrido su infancia y donde residía su madre Gontroda Pérez. Alfonso VII, su padre, le donó importantes propiedades y le encomendó el gobierno de la zona.
Urraca López de Haro. 1226. Reina de León
Doña Urraca, como es fácil deducir a la vista de su apellido, era hija de Diego López de Haro, señor de Vizcaya, y de Aldonza Ruiz de Castro. Inicialmente fue amante del rey Fernando II de León con quien tuvo dos hijos aunque solo sobrevivió uno, Sancho. El rey se había casado anteriormente dos veces y tenía descendencia anterior. Su primera esposa curiosamente también se llama Urraca, pero es portuguesa. Es precisamente con esta con la que tiene a Alfonso, futuro Alfonso IX de León.
Con nuestra Urraca se casó aproximadamente un año antes de morir. En vistas de lo cual fue reina efímera pero reina al fin y al cabo. Peleó contra viento y marea para colocar a su hijo Sancho en el trono leonés. Me dirán que era una osada pues su hijo había nacido fuera del matrimonio pues lo tuvo cuando solo era la amante. Es cierto pero también es cierto que el primogénito de Fernando II, Alfonso IX, también era ilegítimo pues el Papa había anulado el matrimonio de sus padres. Alfonso hizo valer su mejor derecho y se consolidó como rey de León.
Con la sola intención de situar al lector y ver un cierto hilo conductor me permito aclarar que, Fernando II de León, era hijo de Fernando VII rey de Castilla y León y nieto de la reina Urraca esa primigenia reina en Europa.
Alfonso, Urraca. Señora de Vizcaya. 1197
Hija ilegítima de Alfonso IX de León y de Inés Íñiguez de Mendoza. Alfonso IX había contraído matrimonio con Teresa, hija de Sancho I de Portugal, pero el Papa anuló el matrimonio basándose en el parentesco entre los contrayentes. Al quedar libre tuvo a bien solazarse con Doña Inés a resultas de lo cual nació Urraca. Alfonso volvió a casarse con Berenguela, hija de Alfonso VIII rey de castilla, también conocido como el de las Navas de Tolosa. De esta importante unión nació Fernando III el Santo. En este entorno se desenvolvió Urraca.
Su bastardía no fue impedimento para que se casara bien. Lope Díaz de Haro sería el elegido, nada menos que el señor de Vizcaya. Tuvieron numerosos hijos, el más señero el primogénito, que ostentaría la titularidad del Señorío de Vizcaya.
Fue un importante apoyo de su esposo al que siguió en su lucha por el poder. Una de sus decisiones más importantes fue apoyar a Berenguela, futura reina de Castilla, enfrentada a su hermano Enrique I, ambos hijos de Alfonso VIII. Tuvo suerte, pues una teja se desprende de manera fortuita del tejado del palacio arzobispal de Palencia, provocando la muerte del joven rey que había accedido al trono a la edad de diez años.
Fieles a la reina Berenguela no dudan en enfrentarse a Alfonso IX, rey de León, recordemos que este matrimonio entre Berenguela y Alfonso, padres de Fernando III, también fue anulado por el Papa, para defender los derechos sucesorios de Fernando III. No obstante estos apoyos las relaciones con el monarca sufrieron altibajos. De lo que no cabe duda es de la influencia de la que gozó esta señora, bien es cierto que por mediación de su marido.
Hay más mujeres que llevaron con orgullo el nombre de Urraca pero, como ya he dicho en otras ocasiones, las relaciones de parentesco son escabrosas y duras de leer. Como lo último que quiero es desanimar al lector pongo punto final a la prolija enumeración. En mi ánimo solo esta contribuir, con toda humildad, a la divulgación de nuestra historia.
P. D. Esta modesta recopilación de la historia de España va dedicada, como se hace constar al inicio de estas líneas, a Pepe Galindo sin olvidar, por supuesto, al resto de las personas que dedican una parte de su tiempo a leerlas e incluso a comentarlas. Es el mejor regalo que puedo recibir. Gracias a todos.
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[i]Extracto de las leyes del Fuero Viejo de Castilla con el primitivo fuero de León de, Asturias y Galicia.( Biblioteca Nacional de España)
[ii]Facultad de Filosofía y Letras Grado en Historia. Historia y memoria de la reina Urraca I de León Enrique Javier Martín Delgado Tutora: Asunción Esteban Recio Curso: 2019-2020.
Sobre Zaida el tudense es bastante claro y la coloca como concubina real, algo que confirma la utilidad del concubinato como herramienta para las alianzas, Zaida era hija de Almotamid, rey de Sevilla. Sin embargo, Alfonso X en su Primera Crónica General dice: «Las II amigas deste rey don Alfonso fueron estas: la una ouo nombre donna Xemena Muñoz […]. La otra amiga que el rey don Alfonso ouo fu la Çayda, fija de Abenhabet rey de Sevilla. Mas esta, como quier que lo digan algunos, non fue barragana del rey, mas mugier velada»