Las agresiones contra médicos y personal sanitario en general siguen aumentando. En 2024 en la Comunidad Valenciana han aumentado un 13,7% respecto a 2023: 221 fueron agresiones físicas y 1.135 verbales. Más de la mitad en Atención Primaria. No basta con carteles en los Centros de Salud pidiendo respeto al personal sanitario.
La Sanidad es un servicio que, entre todos, hemos de ir mejorando. No sirve de disculpa la tensión que, lógicamente, acumulan algunos pacientes ante enfermedades reales o hipotéticas, o la petición de una baja laboral que no se concede. Tampoco sirve como excusa las esperas o comprobar deficiencias-retrasos en la atención sanitaria.
Es razonable y oportuno que se modifique la Ley de Salud de la Comunidad Valenciana sobre infracciones y sanciones a las agresiones contra el personal sanitario, permitiendo sanciones económicas, entre 500 y 60.000 euros, sin acudir a la vía judicial, siempre mucho más lenta y que no se debe saturar más: desde luego, puede haber casos que convenga acudir a los tribunales.
Seguiremos el ejemplo de tres comunidades autónomas, que ya tienen ese poder sancionador: Castilla-La Mancha, Navarra y Castilla y León. Las infracciones pueden ser por daños al mobiliario, amenazas, insultos o agresiones físicas al personal sanitario, incluyendo también el uso de las redes sociales.
Se contempla la opción de asignar un nuevo profesional a la persona infractora, o un nuevo centro sanitario. Pienso que esto se debe facilitar al máximo, pudiendo el médico o enfermero rechazarlo “de oficio” cuanto antes como paciente. No puede ser que la Sanidad sea un derecho absoluto para los ciudadanos, sino un conjunto de derechos y deberes de todos, con reclamaciones razonables y sanciones.
Hace tiempo –me lo confirman varios médicos- se nota un considerable número de inasistencias a la consulta de Atención Primaria. En una mañana puede haber media docena de pacientes que no se presentan, y de ese modo impiden que se atienda a algunos pacientes, que han de pedir hora un día o unos días más tarde. No es una cuestión pequeña. Más de uno opina que, acumuladas dos o tres faltas, habría que poner una multa. Otros opinan que cobrar un poco por cada consulta evitaría el desorden actual: la gratuidad total favorece estos abusos. Evitemos un uso abusivo de la Sanidad.
Contra la violencia, que siempre es la pérdida del autocontrol y de la razón, por más que se pretenda disimular de otra manera, hay que pensar medidas eficaces.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.