Ancelotti, liderazgo y errores

Tras la derrota ante el Leipzig, el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, afirmó: «A veces, seguro, aprendes más con una derrota que con diez victorias seguidas”.

Hay que reconocer que Ancelotti es un entrenador-líder, un experto en gestionar un equipo de fútbol de la talla del Real Madrid. Fue un gran jugador de fútbol, y ahora es un gran entrenador de fútbol, aunque está claro que los resultados son al final lo que mandan en un equipo del máximo nivel.

‘Carleto’ es uno de los entrenadores más prestigiosos del mundo, y de la historia del fútbol: único entrenador en haber ganado las cinco grandes ligas europeas y entrenador que más veces ha ganado la Liga de Campeones, en cuatro ocasiones.

Xavi Hernández también fue un excelente jugador, pero ha de confirmar su talla como entrenador ahora en el Barcelona: a mí me parece que lo hace y hará muy bien, es sensato, sereno y va aprendiendo de los errores, faceta esta última que es muy importante.

Cuando Ancelotti ha afirmado que se puede aprender tras una derrota, no hay que perder de vista su comienzo: “A veces…”. De las derrotas se puede aprender, se puede decaer, se puede pasar de soslayo. Depende de la actitud que se tenga, y eso sirve para cualquier líder o cualquier persona: admitir que tenemos errores, y que si se aprende pueden ser muy provechosos para el trabajo, la familia, las relaciones sociales.

Gestionar, entrenar, dirigir a un equipo como el Real Madrid no es nada fácil. Mucha presión diaria, mucho dinero en juego, muchas cámaras y micrófonos atentos a cualquier despiste, declaración o gesto ¡todos los días! Es verdad que están muy bien pagados tanto Ancelotti como sus jugadores, pero eso no es obstáculo para reconocer el liderazgo en la gestión de esos jugadores.

Henry Ford afirmó que “el único verdadero fracaso es aquel del que no aprendemos nada”. Me parece muy sensata esa idea, y precisa, como cuando Aristóteles escribió: “La victoria tiene muchas madres. La derrota es huérfana”.

Otro deportista, Michael Jordan, afirmó: “Puedo aceptar el fracaso, todo el mundo fracasa en algo. Pero no puedo aceptar no intentarlo”.

En una sociedad como la actual tan abonada al éxito y la prisa, se observa la falta de sensatez que aportan estos pensadores y deportistas, que reflexionan con constancia sobre éxitos y fracasos. Y de este tono actual se impregnan, sobre todo, los jóvenes: son tiempos duros, laboral y económicamente, y han de aceptar este axioma de que el éxito llega tras mucho esfuerzo, constancia, sobreponiéndose y aprendiendo de los errores.

Además, jóvenes y no tan jóvenes hemos de cultivar la ilusión de proyectos a nuestro alcance, conscientes de que el éxito deslumbrante o mundial como Ancelotti lo alcanzan algunos pocos: la mayoría aspiramos a tener un prestigio humano y profesional en nuestro entorno, y evitar batacazos en proyectos que nos exceden. El realismo y el conocimiento propio son indispensables para trabajar nuestros proyectos, aprender de los errores y continuar.

Mucho se habla de aprender de los errores; no tanto de aprender de lo que nos sale bien, de los éxitos, sean sonoros o discretos. En las escuelas de negocios, por ejemplo, me consta que se podría subrayar la importancia de analizar las causas de que algo vaya bien, para fortalecerlas, para detectarlas con nitidez.

Sucede, en ocasiones, que cuando algo va bien se deja de estudiar y analizar. Lo que sale bien hay que vigilarlo tanto o más que lo que sale mal: si sale bien es por algo, normalmente no por la casualidad, y si es por la casualidad bueno es saberlo porque mañana puede dar un giro total, y sorprender.

Para el liderazgo y para los proyectos personales, en definitiva, hace falta la humildad y la sabiduría de aprender de los errores, pero también el optimismo de analizar las causas de lo que sale bien. Y en ello Ancelotti haga gala continuamente de optimismo realista, en un equipo en racha como lo es el Real Madrid.

 

  • Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
    Escribe, también, en su web personal.