Hay expectación ante la comparecencia de Carlos Mazón este jueves. Ha prometido aclarar y detallar todo lo sucedido estos días pasados tras el 29-O, aludiendo a bulos y manipulaciones. Además de admitir que ha habido errores por su parte, ha advertido que no solo por su parte. Y que las responsabilidades políticas –es decir, cambios en el Consell– se van a producir a partir de esa comparecencia. Un marco evidente.
Mazón ha de reflexionar que el nuevo Consell ha de transmitir experiencia y seguridad a los ciudadanos, y al PP nacional. No puede hacer probatinas ni experimentos.
El actual Consell lo nombró Mazón con personas que no tenían experiencia en cargos de gobierno político, de gestión, al menos en primera línea, excepto él, que venía de presidir la Diputación de Alicante. Y se han visto superados casi todos ellos por la DANA, emergencia que requiere una elevada dosis de experiencia, aunque también es cierto que nadie está preparado para un drama como el que se está viviendo.
Un Consell más que en el alambre. No dimitirá Mazón –al menos por ahora y pese a la manifestación en Valencia de 130.000 personas el pasado sábado-, y debe escuchar con humildad a voces autorizadas. No las de quienes le alaban sistemáticamente, sino quienes pueden sugerir nombres y configuración de un Consell nuevo.
Situación: la portavoz es Ruth Merino, también consellera de Hacienda, Economía y Administración Pública, desaparecida de la escena en estos días, en que Mazón ha cogido todo el protagonismo. Ahora encomienda la portavocía a Susana Camarero, vicepresidenta y consellera de Bienestar Social. Socarrada Salomé Pradas, consellera de Justicia e Interior. Muy tocada Nuria Montes, consellera de Innovación, Industria, Comercio y Turismo.
Mazón ha de decidir pensando en las mejores opciones para reconstruir, aunque para ello tenga que fichar a personas que le hagan “sombra”, por su experiencia o por su peso político. Incluso aunque alguno de ellos pueda ser el candidato a sustituir a Mazón, si la evolución de los acontecimientos lo requiere, o para las elecciones de 2027.
A la vez, en la dramática situación actual, Mazón puede encontrarse con no pocos candidatos que no se atrevan a ser conseller ahora, por el evidente riesgo de verse superados o quemados.
Esteban González Pons (Valencia, 1964) sería un buen vicepresidente primero y portavoz, con el cometido de la RECONSTRUCCIÓN TRAS LA DANA. Acumula gran experiencia en el Consell –conseller de 2003 a 2007, en Educación, Relaciones Institucionales y Territorio sucesivamente-, vicepresidente del Partido Popular Europeo -indudable la necesidad de obtener fondos europeos-, pertenece al núcleo de Feijóo –es vicesecretario de Asuntos Institucionales e Internacionales-, y tiene una reconocida capacidad para comunicar.
González Pons es suave en las formas, tiene empatía, y firmeza cuando es preciso.
Isabel Bonig (Castellón, 1970) es otra opción de interés para el nuevo Consell. Era presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, hasta que en 2021 Pablo Casado y Teodoro García decidieron que fuera Carlos Mazón. Por tanto, para Mazón es un “duro trago” pensar en ella como refuerzo de peso.
Bonig fue consellera de Infraestructuras. Tiene la cercanía y tacto que le otorgaron ser alcaldesa, y tiene una gran capacidad de trabajo.
Bonig podría sustituir a Salomé Pradas, asumiendo Justicia e Interior. Y previendo el gran despliegue que tendría que desempeñar Esteban González Pons –Comunidad Valencian, Gobierno central, Bruselas-, podría ser viceportavoz (o bien Susana Camarero). Bonig merecería, además, el rango de vicepresidenta.
Respecto a Nuria Montes, podría seguir como consellera –muy eficaz en Turismo-, entrando un conseller nuevo para Innovación, Comercio e Industria. ¿Quién? Mazón debe escuchar propuestas del empresariado valenciano: Vicente Boluda, Iñigo Parra, etc. O bien sustituir plenamente a Nuria Montes.
Y Esteban González Pons debería rediseñar Comunicación de la Generalitat Valenciana.
En cuanto a Emergencias, ¿quién podría asumirlo? No debe asumirlo Mazón. Podría ser Isabel Bonig.
Se dice que proponer un candidato para algún cargo es quemarlo. La situación es tan excepcional que no lo creo ahora. Las coordenadas son muy excepcionales. La remodelación del Consell no se puede hacer con tiritas, hace falta una apuesta total de Mazón y del PP nacional.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.