El Consell lo tiene muy claro y parece que no está dispuesto a cambiar ni una coma del arreglo escolar pese a la avalancha de críticas. Aunque Mónica Oltra dio por cerrado el arreglo escolar, los afectados tenían hasta esta semana para presentar alegaciones y aún falta conocer si la Consellería de Educación acepta alguna de ellas.
La intención política es evidente. La Consellería de Educación ha incoado 154 expedientes “de incorporación, modificación o prórroga de concierto”. Oltra indicó que tras el arreglo escolar aprobado se prevé que se “reorganicen” los conciertos de unidades que no se consideran “necesarias” por “cuestiones de población y de demanda” y de acuerdo con “los criterios técnicos establecidos en la normativa y con garantía de la prestación de los derechos públicos fundamentales”.
Escuelas Católicas califica en una carta enviada a los padres como una “decisión política sin precedentes”. La carta deja muy clara la opinión de la patronal. Denuncia que Educación ha creado más de 400 nuevas unidades en la enseñanza pública, con el consiguiente aumento del gasto público, “con un único objetivo de eliminar la libre elección de las familias, para conformar, al final, un planteamiento educativo único y público”.
Recalcan que la reducción de aulas en sus centros afecta a 1.250 familias que no podrán elegir la educación de sus hijos además de provocar la pérdida de un centenar de puestos de trabajo. La carta señala que el departamento jurídico trabaja para cobertura legal a los centros y denunciar un proceso “carente de transparencia” y en contra de la libertad de los padres.
Víctor Carmona ha escrito un breve articulo que me gustaría difundir por su “genialidad”
“Vengo yo pensando que sobre la propuesta de la Conselleria de Educación y el “arreglo” escolar en la Concertada pudiéramos haber agotado los calificativos conocidos. Quizá es momento de acuñar algunos neologismos. Me lanzo con uno:
Concertofobia
1. f. Aversión exagerada a la libertad de enseñanza, en especial al derecho que asiste a los padres a escolarizar a sus hijos en centros de iniciativa social de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas. En materia de política educativa, generalmente se presenta asociada a la ausencia de voluntad negociadora y a un manifiesto desinterés por los profesionales de la enseñanza privada concertada.
Origen del término
Del lat. concertare y del griego fobos. Comenzó a utilizarse en la Comunidad Valenciana (España) en la primavera de 2016 a resultas de una propuesta de la administración educativa de suprimir 46 unidades concertadas en cerca de 40 centros, afectando directamente a más de un millar de familias y un centenar de profesionales. En julio de 2016, la RAE decidió no acuñar el término en atención a la histórica contestación social de la ciudadanía que dio al traste con el propósito original del gobierno valenciano, posibilitando la recuperación de las habituales cotas de libertad.”
Seguiremos insistiendo, pues esta muy claro que las amenazas a la libertad de enseñanza provienen casi siempre del intervencionismo estatal, de la estatificación. La escuela única es el objetivo. Llámesele como quiera: estatal, pública, pluralista, neutra o laica, gestionada democráticamente …. Eso es lo de menos. Lo decisivo es que se suprime la libertad de los padres, con un “acto de vandalismo educativo”
Este es -decía Ortega- el mayor peligro que amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, la absorción por el Estado de los individuos, las familias, los grupos sociales. Ante la libertad de enseñanza no es ético desentenderse. Por eso urge que todos empleemos menos tiempo en lamentos estériles y más en unirse para defender ese derecho.
Mª Ángeles Bou Escriche es madre de familia, Orientadora Familiar, Lda. en Ciencias Empresariales y profesora