De pocas cosas se puede uno sorprender, pero hay algunas que entran en el catálogo de la barbaridad. Todavía me froto los ojos de perplejidad, de sorpresa y de indignación. El motivo es un nuevo fiasco del SERVEF, en esta ocasión con los parados menores de 30 años. En 2016 tenía presupuestados 3 millones de euros para contratar, con contrato indefinido, en las empresas jóvenes cualificados menores de 30 años, subvencionando a la empresa con una cantidad entre 7.000 y 9.000 euros. Sólo se concedieron 460.000 euros. Pero ante semejante fracaso, no se le ocurre otra cosa al SERVEF que prever para 2017 solamente 2 millones de euros, como ya se publicó la semana pasada en el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana. Mientras tanto, en el Consell todavía se están preguntando por qué no ha funcionado ese plan, precisamente en un segmento de población tan preparado profesionalmente y con un 50% en paro.
Si la prioridad es crear empleo –la mejor muestra de solidaridad y justicia-, no se entiende nada de esta lamentable historia. Si las empresas no se han acogido a esas facilidades de contratación, será por algo, pero es evidente que ha faltado trazar ese plan de acuerdo con las empresas. Salta a la vista que hay sectores que necesitan personal. Y todos conocemos a no pocos jóvenes de 30 años que sufren el paro, desde hace años, con una preparación buena, a veces con dos titulaciones. Precisamente esos 3 millones y los 2 de este año van destinados a titulados superiores o medios. Puig y Oltra deben centrarse en los problemas reales, acuciantes, como el mencionado.
El SERVEF hace aguas por muchos frentes. El principal es que no es una ayuda para encontrar empleo, y las ETT están felices ante tal ineficacia, ya que incluso el SERVEF subcontrata a ETT para ayudar a los parados a buscar trabajo. El SERVEF es un servicio de desempleo, de burocracia asfixiante y a la caza de posibles prestaciones que puede exigir su devolución a los sufridos parados: burocracia, lentitud, ineficacia y demasiado esfuerzo en perseguir a los parados. Quien no sepa ejemplos concretos que pregunte.
Está claro que el SERVEF no diseña estos planes con cabeza. No habla con los empresarios ni con los sindicatos. Y los menores de 30 años ya pueden pensar en crear una plataforma y defenderse, porque no veo que estén organizados: están hartos. Deben movilizarse más, y desde luego cuentan con mi aliento y ayuda. Por eso en esa franja de edad es Podemos quien más votos consigue: promete mucho a los hastiados.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.