Estoy de acuerdo con Mariano Rajoy: faltan gobernantes. Se está demostrando en el futuro de las pensiones, tratado con falta de previsión y ocurrencias.
A la vez que Rajoy dijo que faltan gobernantes, afirmó que sobran comentaristas. En eso no estoy de acuerdo, salvo que se refiera sólo a políticos que “comentan” con ligereza sin gobernar, pero tal vez nos incluye a los periodistas: es tan gallego, que lo que dice puede ser ambivalente, según cada uno quiera entender.
En España hay 9,5 millones de pensionistas, de los que 6 millones son jubilados, y el resto perciben pensiones de invalidez, viudedad u orfandad. Cada día hay 300 pensionistas más en nuestro país. Desde luego, no es cuestión fácil. Y desde 2014 se incrementan un 0,25 las pensiones.
El Gobierno sigue hablando de recuperación económica, excelentes previsiones de crecimiento. Mientras tanto, a los pensionistas los maltrata, aunque todos sabemos que en buena parte han soportado la crisis –y soportan-, ayudando a hijos y nietos. El tono de la carta de la ministra de Empleo, en mayo pasado, dirigida a los pensionistas ha sido el detonante. España va bien, pero los pensionistas a seguir sufriendo, pues el IPC ha subido en estos años mucho más.
Se veía venir la movilización de los pensionistas. Asombra que el Gobierno no lo viera y se adelantara a tomar alguna medida. Ahora, haga lo que haga, es una conquista a remolque de los demás partidos políticos –que obligarán a Rajoy a una comparecencia en el Congreso para tratar las pensiones– y de las protestas.
El Gobierno pensaba que es un sector tan pasivo que no plantearía quejas, y que es mayoritariamente votante del PP. Ni es tan pasivo ni su hartazgo es ilimitado, como se ha comprobado con las manifestaciones de febrero en las principales ciudades del país y se está transmitiendo crecientemente en las redes sociales. Ante ese clima, Unidos Podemos y Compromís han estado ágiles, y se van a sumar todos los partidos políticos: si el PP se aísla, puede pagarlo, y con más de un 0,25% de sus votantes.
Rajoy parece un maestro de escuela. Critica a los que prometen “cheques sin fondos”. Alardea de paciencia, y tal vez se cree que es mejor gobernante de lo que es: tiene aciertos, pero no es la panacea.
Los pensionistas ven que hay dinero para tramos de AVE por todas partes. Saben que ha aumentado el número de funcionarios y empleados públicos en estos años de crisis –sí, dato sorprendente-: y todos aceptamos que sobran. Saben que no se acomete una reducción de la Administración, como la fusión de ayuntamientos. ¿Hay dinero para todo ello, y no para un incremento digno de las pensiones?
Rajoy ha de entender bien el hartazgo justo de los pensionistas, y también los demás líderes políticos, que fían a una subida de impuestos la mejora de las pensiones.
Que Rajoy demuestre en este asunto preparación y capacidad de gobernante, y consiga acuerdos razonables, por el bien de todos: de los pensionistas actuales y futuros, de quienes dependen ahora económicamente en buena parte de los pensionistas.
Las pensiones son un derecho, que otorgan las cotizaciones. No un regalo ni una dádiva de papá-Estado. Otros muchos gastos no son obligados, le recuerdo como comentarista a Rajoy, para que en este asunto demuestre su capacidad de gobernante.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.