Pistas para el 28-M en Valencia

Lo que suceda el 28-M en la Comunidad Valenciana en las elecciones autonómicas y municipales tendrá un claro valor para todos los partidos políticos de primera vuelta de las generales.

Si no, que se lo pregunten a Alberto Núñez Feijóo, que cada semana pregunta cómo van los preparativos, la pre-campaña, los planes de Carlos Mazón, candidato del PP a lograr la presidencia de la Generalitat Valenciana.

Ximo Puig, presidente actual de la Generalitat Valenciana, ha decidido presentarse por la circunscripción de Valencia, en vez de la de Castellón como en ocasiones anteriores. Es un castellonense, nacido en Morella, con gran experiencia política, que ha sabido sobrevivir a luchas de todo tipo, y ahora piensa que su tirón electoral es más eficaz en Valencia, tras ocho años presidiendo el Consell, porque en la provincia de Valencia es donde más escaños se deciden. Habrá que ver cómo le sale la apuesta esta vez.

Encuestas y sondeos coinciden: puede pasar de todo en Valencia el próximo 28-M. O, mejor dicho, hay casi un empate técnico entre el tripartito de izquierdas PSPV-Compromís-Unidas Podemos, que lleva gobernando ocho años, y PP-Vox, ya que Ciudadanos no obtiene representación en Les Corts en ninguna de las encuestas. Está más que enterrado.

Hay una ligera ventaja para PP-Vox en las encuestas: pueden obtener 50-51 diputados, cuando la mayoría absoluta es el número mágico de 50. Al PP se le otorgan 35 diputados, y a Vox 15-16. Como es lógico, todos los contendientes están de los nervios.

Resulta curioso comparar estas estimaciones – que coinciden como nunca – con los resultados de 2019. Entre PP, Ciudadanos y Vox, consiguieron 47 diputados (19 el PP, 18 Ciudadanos y 10 Vox). Es evidente que una parte de los que votaron a Ciudadanos va a Vox, pero la gran mayoría al PP. Es decir, que en realidad hay un trasvase de votos, y no hay un excesivo rechazo al tripartito, por lo que ahí surgen los grandes temores.

El deterioro de la sanidad valenciana estos años, las movilizaciones contra las leyes educativas y la imposición lingüística, el caso Mónica Oltra, los diversos casos de corrupción… parece que no pasan especial factura, y a los socialistas menos todavía.

En el tripartito, el PSPV mejoraría sus resultados de 2019, Compromís bajaría ligeramente y Unidas Podemos también, con el riesgo añadido de que, si no logra el 5% de los votos, se quedaría sin diputados y, por tanto, abocaría a PSPV y Compromís a la oposición.

Se percibe en la calle que una parte de los votantes de Compromís se pasará a los socialistas de Ximo Puig, pero a su vez Compromís recibirá a desencantados de Unidas Podemos.

El radicalismo y el sectarismo golpearán, previsiblemente, a Unidas Podemos y a Compromís. Los valencianos quieren trabajo y tranquilidad, y están hartos de que el senador Carles Mulet ande buscando placas “franquistas” por toda España, de modo obsesivo, para aplicar la Ley de Memoria Histórica. Se dice que, como se entere de una inscripción en una cueva de cualquier sierra valenciana, es capaz de hacer de ello su principal batalla política: la gente está harta. Y de una concejala como Verónica Ruiz en Castellón, también de Compromís, que no ha parado hasta quitar la Cruz del Parque Ribalta.

Por su parte, Héctor Illueca, conseller (Podemos), uniéndose a los ataques a Mercadona y Juan Roig, que acaba de anunciar que en 2022 tuvo un 5,6 más de beneficios ¡y ya tiene 99.000 empleados fijos! Eso enorgullece a los valencianos, y el conseller lo critica. Se dice que es para fidelizar a los votantes de Podemos. Resulta bananero.

Los valencianos son muy emprendedores. Sirva como botón de muestra que, en enero, por cada dos empresas valencianas que han cerrado ¡se han abierto tres! Tienen empuje, dinamismo empresarial, asumen riesgos, y quieren trabajar en tiempos difíciles, sin que los gobernantes pongan trabas.

Únicamente son pistas, faltando todavía más de 2 meses, una eternidad en política.

 

  • Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
    Escribe, también, en su web personal.