Tras los cinco días de reflexión, Pedro Sánchez ha anunciado que sigue. Tras este episodio insólito de reflexión para presentarse con renovadas fuerzas, la pregunta crucial es si sale tocado o reforzado.
Para ciertos sectores, sale tocado, porque ha mostrado una debilidad, una inmadurez y una duda que, en un líder, pronostica un final más o menos cercano. Ha recibido calificativos de todo tipo: payasada, imprudencia, teatro… Sin embargo, pienso que la opinión de que ha quedado “tocado” es parcial y no se corresponde con la realidad.
Hay que deslindar lo que Pedro Sánchez tiene en sus adentros, que no lo sabemos ni lo sabremos, pero que apunta a un reforzado narcisismo, un gustarse más a sí mismo como gobernante necesario para España en estos momentos, un ego reforzado. De su convicción subjetiva, y no solamente por sus declaraciones, sale reforzado.
Algunos apuntaban a que la causa de su reflexión y dudas sobre continuar o no se debían a presiones internacionales, incluyendo su campaña por libre a favor de un reconocimiento de un Estado palestino y su actitud ante Hamás, la amnistía, el incumplimiento con los fondos europeos y las medidas que debería haber adoptado para recibir esos millones de euros.
Pedro Sánchez no tiene prestigio internacional, pero con esta reflexión de cinco días ha logrado transmitir al mundo que el PSOE quiere que siga, que no hay líder socialista que le haga sombra - ¡importante recordar los abucheos a Page el pasado sábado! -, y que la tensión social en España es preferible que se solvente con Sánchez al frente.
Se ha presentado como víctima, como marido vulnerable ante los “ataques” a Begoña. En ciertos sectores ha inspirado compasión y humanidad, y ha concentrado todo en que hay que plantar cara a los jueces, a ciertos medios de comunicación que le atosigan y unos partidos como PP y Vox que dice que “mienten”, logrando que el “¡No pasarán!” guerracivilista vuelva a oírse.
Nadie en el PSOE le va a toser próximamente. Las críticas internacionales medirán más su calado. Habrá que ver qué entiende por “regeneración democrática” Sánchez, porque los enemigos a batir están señalados.
La imagen del María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno, fundiéndose el sábado con los militantes a la salida de Ferraz, golpeándose con pasión el corazón, resume la situación actual para Pedro Sánchez y el PSOE: ha salido reforzado.
Pedro Sánchez sabe cómo tratar a los españoles, baraja con habilidad electoral y emocional sus intereses. Los que piensan que ha salido tocado tal vez debieran sopesar si no es más bien que desearían que hubira salido tocado, porque mi impresión es que ha salido reforzado. Guste a quien guste, duela a quien duela.
Ahora bien: jueces, críticas periodísticas y partidos políticos como PP y Vox que le debilitan por múltiples flancos, no han de asustarse y cumplir con su deber. Objetividad, valentía y no permitir que la regeneración democrática se asocie a que Sánchez siga.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.