El pasado martes, 27 de octubre, se celebró el último Debate de Política General en las Cortes Valencianas, y se esperaba algún anuncio ‘estrella’ de Ximo Puig, aunque algunos siguen prefiriendo hablar de ‘ximoanuncios’, porque no los acuerda previamente con quien debe y no se llevan a cabo.
Puig gobierna desde 2015 con Compromís y Podemos. Las elecciones autonómicas y municipales valencianas se celebran en mayo de 2023. Enfadado porque el Gobierno no mueve ficha en el tema fiscal ante las medidas que el PP está aprobando en Madrid, Andalucía y Murcia, decide lanzarse en solitario, porque ve que las encuestas siguen siendo negativas para el PSOE, y en la Comunidad Valenciana peligra que el tripartito de izquierdas continúe a partir de 2023.
Ximo Puig afronta las elecciones antes que Pedro Sánchez, y ha decidido jugar esa baza, enfadando a todos, a los partidos que gobiernan con él –Compromís y Podemos– en la Comunidad Valenciana, al Gobierno y, por supuesto, al PP valenciano. Ha logrado enfadar a todos, lo cual es difícil en política, pero es que Puig busca su supervivencia política, consciente de que Compromís y Podemos siguen bajando electoralmentre.
Compromís ha dicho que lo anunciado por Ximo Puig necesita recorrido, y que hay que hablar, para una fiscalidad progresiva. También desde el otro partido del tripartito, Podemos, insisten en que han de pagar más los que más tienen, y que todo ello han de tratarlo con los socialistas.
El ‘caso Oltra’ pesa, y mucho, en Compromís, y más por la tardanza de Mónica Oltra en dimitir, según parece porque Puig la iba a cesar. Y no hay que minusvarlorar la capacidad electoral de Puig, un auténtico especialista en la supervivencia política. Tiene su olfato, sus datos internos y las múltiples encuestas o sondeos que se van publicando.
La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras conocer lo anunciado por Ximo Puig, aludió a la prudencia en la bajada de impuestos, que lleva o puede llevar aparejada un “recorte” de gastos. De una lucidez soberana esas palabras, porque recogen el sentir mayoritario de que el Gobierno debería haber recortado gastos, pero no lo ha hecho y no parece que vaya a hacerlo. Ni hablar de reducir Ministerios, admitir que la enseñanza concertada es un ahorro para la sociedad –una plaza cuesta la mitad que en la pública– y encima el aborto libre para pagar entre todos y sobrecargar a una Sanidad desbordada.
Por su parte, María José Catalá, secretaria general del PP de la Comunidad Valenciana y portavoz en las Cortes –el presidente del PPCV, Carlos Mazón, no es diputado– ha calificado de “tomadura de pelo” lo que ha hecho Puig, porque los anuncios de un debate de política general se trasladan a propuestas, y Catalá se plantea si le ha desautorizado Moncloa y no ha querido presentar propuestas, o le han desautorizado sus socios de gobierno –Compromís y Podemos– y no ha podido.
Además, Catalá le ha recordado a Ximo Puig que el PP propuso hace un año una rebaja fiscal que supondría unos 1.500 millones de euros, frente a los 150 que supone lo que el presidente de la Generalitat Valenciana ha anunciado.
Ximo Puig está muy nervioso. Si no, no se entiende lo que ha hecho.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.