El atropello del pasado viernes en Castellón, que provocó tres muertes, sigue presente. El alcohol de nuevo destroza vidas inocentes. Tres homicidios imprudentes y en libertad el joven que segó esas tres vidas, tres familias, todos unidos a esas familias porque la víctima podía haber sido cualquiera de nosotros, peatones confiados que no asociamos a un coche un riesgo tan grande mientras se regresa a casa o se pasea.
La noticia destacaba que los tres fallecidos eran mayores de 60 años, como si ese dato fuera relevante o significativo: le podía haber tocado a jóvenes veinteañeros como los que iban en el coche que arrolló a las víctimas, o a padres de familia de 35 años. Como si ser mayor de 60 años tuviera algo que ver con ser atropellados mortalmente. Al principio, también se publicó que el conductor era un joven español: muchos comentaron que, si hubiera sido de otro país, no se hubiera especificado, y tal vez por las reacciones airadas se suprimió lo de “español”.
Estamos de lleno en el puente vacacional, y a las puertas de múltiples comidas y cenas. Y llegarán las fiestas navideñas, ocasión de vivirlas con paz y felicidad en familia, sin accidentes ni tragedias provocadas por el alcohol. Hagamos un esfuerzo ahora de responsabilidad para estas semanas especialmente.
El alcohol disminuye la capacidad de concentración cuando se conduce, los reflejos se mitigan. Es cierto que podemos ser responsables con el alcohol pero ser víctimas de quien se excede, por lo que al conducir también hay que estar pendientes de los que nos siguen o incluso que se acercan, porque a veces se observan serpenteos o maniobras que hacen pensar que el conductor no está sobrio. Hay que pensar en la familia que llevamos en el coche, y en otras familias. Por unos vasos de más se pone en peligro a muchas personas, mayores de 60 años y veinteañeros en plenitud de forma física.
La delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé ha avisado que la única tasa segura de alcohol es 0,0%, subrayando que, aún con las tasas de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, nuestro riesgo de sufrir un accidente de tráfico puede verse incrementada. Destacó que los controles de alcoholemia y drogas son muy eficaces, pues disminuyen los accidentes con víctimas. Es evidente que las sanciones obligan a recapacitar lo que con sentido común deberíamos hacer, pero así somos los seres humanos. Vale la pena extremar las precauciones y respetar la normativa de circulación, por los demás, por todos.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.