La convocatoria de elecciones generales para el 23 de julio se viene calificando de muchas maneras, todas ellas subrayando que Pedro Sánchez busca su beneficio únicamente, aunque sea intentando fastidiar las vacaciones de millones de españoles, pensando que habrá una abstención muy significativa: inoportuna, fraudulenta… Me da la sensación de que va a haber una gran participación, que va a tener un efecto “boomerang” o “bumerán”: se va a volver contra Pedro Sánchez. Basta recordar lo que ha sucedido en las elecciones autonómicas y municipales para reconocer ganas de cambio político, ¡y más si Sánchez quiere jugar con los españoles!
Contra la decisión antidemocrática de fijar la fecha contra el sentido común, existe la madurez política de los españoles, que efectivamente se va a poner a prueba el 23-J. Suponer que muchos van a anteponer la playa, los viajes o a mera comodidad, a la responsabilidad ciudadana, es demasiado suponer. Al menos, ahora.
No vale refugiarse en la queja. La democracia es participar, en primer lugar con nuestro voto, y luego en la vida cotidiana asequible a cada uno, por capacidad, tiempo o preferencias. La situación política a la que nos ha llevado Pedro Sánchez requiere movilizarse: quien quiera respaldarle, que lo haga, valorando estos años de des-gobierno, ya que todo partido político que le apoya sabe que puede conseguir de Pedro Sánchez lo que quiera, con tal de contar con sus diputados, sean independentistas, filoetarras o podemitas descontrolados. El descontento se ve en la calle: ahora toca que se traduzca en las urnas.
La democracia tiene sus exigencias y sus recursos. Votar por correo es una opción –que ya se ve que va a ser muy utilizada– para quien prevea vacaciones, viajes o cualquier circunstancia que pueda dificultarle votar, como puede ser en algunas personas los efectos del calor, no precisamente político, sino de pleno verano. A alguien le puede subir la tensión ese día por enfado. Lo mejor es no arriesgarse ni a la ira ni al calor del 23-J. El voto por correo ya se puede solicitar, y tenemos de plazo hasta el 13 de julio.
Ante unas elecciones, mi respeto a cualquier decisión basada en la reflexión y en la responsabilidad. La comodidad o el pasotismo no son democráticos, sobre todo en tiempos cruciales como los actuales, puesto que se puede permitir que gobiernen fraudulentos, pesebristas o dictadores disfrazados de demócratas, que se ríen del poder de los ciudadanos. Sánchez ha convocado elecciones. ¡que hablen las urnas!
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.