Todos los Santos y día de los Difuntos, 1 y 2 de noviembre: tenemos el recuerdo de la muerte, del más allá y de nuestros seres queridos, por quienes rezamos o avivamos su memoria. Sin tremendismos, la muerte es una realidad que hay que afrontar y ayudar a afrontar, y en esa tarea tienen un papel fundamental los cuidados paliativos. El 11 de noviembre, sábado, en el Ateneo de Valencia se celebra un Homenaje a los Cuidados Paliativos, organizado por la Sociedad Valenciana de Bioética y la Sociedad Valenciana de Cuidados Paliativos, con el patrocinio y colaboración de muchas instituciones. Expertos autonómicos y estatales -médicos, profesores, enfermeros- que ha logrado reunir el coordinador de esta jornada, el profesor de Bioética Emilio García-Sánchez, con una visión esperanzada y urgente para movilizar a la sociedad. El programa y las entradas se pueden adquirir en el enlace https://www.ateneovalencia.es/evento/homenaje-cp/.
El término “homenaje” es un acierto. Muchos profesionales, muchos voluntarios, están dejándose la piel en atender a los enfermos terminales, aquellos cuya expectativa de vida es relativamente corta a causa de una enfermedad que no responde a tratamientos curativos. Estos cuidados buscan lograr la máxima calidad de vida y actividad en los enfermos terminales, sin intentar acortar ni alargar la vida, procurando el alivio del dolor y otros síntomas. Además, en los cuidados paliativos se integran los aspectos psicológicos y espirituales, incluyendo a la familia del paciente.
Con los notables avances médicos, se puede llegar a la muerte sin encarnizamiento, con cuidados paliativos, de modo que se ayude a vivir, no a morir. Seamos claros: es una inversión en profesionales, dinero y tiempo, que reclaman la dignidad humana, y la solución barata y cruel es la eutanasia. No es cuestión de expresar deseos utópicos, sino de avanzar en la puesta en práctica, y me parece una sesión muy interesante la de experiencias en los cuidados, en la que intervendrá Manuel Dolz, de la Unidad Hospitalaria a Domicilio del Hospital Provincial de Castellón –y que recibirá una placa de reconocimiento-, junto con otros profesionales. Avances, logros, no teorías vacías.
Ahora, en España, un buen número de enfermos graves e incurables no están recibiendo los cuidados que necesitan para morir en paz. Hay servicios y profesionales que sí lo están haciendo, y merecen ser reconocidos. Paliar el sufrimiento recupera el sentido ético de la sanidad: atender al que lo necesita, sanar al enfermo, aliviar al que sufre.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.