Podemos está en desbandada. Casi diariamente asistimos a un goteo de bajas en la formación morada, unas veces sin especificar el motivo, y otras veces abiertamente alegando que no se “reconocen” en el Podemos de hoy: Jaime Asens se encuentra entre estos últimos, sin rodeos de ningún tipo, rompiendo el carnet.
Líderes de Podemos hasta ahora, algunos del núcleo duro incluso de Pablo Iglesias. Lilith Verstrynge, que era parte de la terna que ha salido a relucir siempre estas semanas, era la número 3 del partido –Ione Belarra, Irene Montero y ella-, pues era nada más y nada menos que la secretaria de Organización.
A Lilith e ha sucedido a Pablo Fernández, que acumula cargos por imperiosa necesidad en el partido: en este momento faltan personas para los cargos, falta dinero, y falta futuro, porque el presente es más que negro. Por no retroceder mucho en el tiempo –hace mes y medio– y recordar el goteo de dimisiones en Podemos Madrid, y un poco antes en Podemos Cataluña.
He de reconocer que daba yo por hecho que Pedro Sánchez nombraría a Ione Belarra ministra de “algo”, para que estuviera contenta y tranquila, en medio de las zozobras de Podemos, sobre todo desde que lo ha fagocitado Sumar, de la mano de Yolanda Díaz. Y algún cargo para contentar a Irene Montero.
Pero no, parece que se impuso la postura de Yolanda Díaz de comerse la formación morada y que no tuvieran responsabilidad alguna sus jefas. Aunque ya avisaron que el hecho de quedarse marginadas en el Gobierno lo iban a cobrar, y pronto: la venganza se presentó muy pronto, tumbando la subida del subsidio de desempleo que proponía Yolanda.
Queda la curiosidad de cuál fue el momento crítico para Podemos. Galapagar, desde luego, tiró por tierra la confianza de muchos votantes o simpatizantes de Podemos. Pablo Iglesias perdió su credibilidad muy pronto.
En estos momentos a todo el mundo le cuesta incluso pronunciar el nombre del partido, “Podemos”, porque está anémico, cuesta abajo y parece que solo algunos líderes buscan un salvavidas en forma de un cargo que les consuele, como Irene Montero apuntando a las elecciones europeas.
Es prematuro para analizar, pero tres partidos han parecido ser emergentes y prometer políticamente en España, y han acabado mal: UPyD (Rosa Díez), Ciudadanos (Albert Rivera) y Podemos (Pablo Iglesias). Los tres han tenido un líder fuerte y con tirón, por lo que ya se ve que lo importante en un partido no es un líder, sino un equipo, una coherencia, una trayectoria.
Con frecuencia comenta algún político que se plantea constituir un partido político. Visto lo visto, cuando muchos cacareaban que el bipartidismo estaba en regresión en España, seguro que lo piensan mejor. Aunque lo curioso es que ahora uno de los dos partidos mayoritarios, el PSOE, gobierna gracias a un cúmulo de pequeños partidos, con Junts diciendo abiertamente que no buscan la gobernabilidad sino la independencia, y lo han demostrado en la votación del martes sobre la amnistía, humillando a Pedro Sánchez sin ninguna consideración.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.